El PJ está reducido a la táctica penal de Cristina Kirchner. Kicillof busca plata entre sus pares; Pullaro se saca la foto pero no cede recursos ni protagonismo.
Mayans festeja junto a Di Tullio haber frenado Ficha Limpia. Foto: Gentileza La Nación
El jefe de bloque, José Mayans, celebró el fracaso de Ficha Limpia con la “V” de la victoria en el recinto del Senado, junto a varios de los integrantes de Unión por la Patria. La foto es una concesión a la estrategia de “los ingenieros del caos”; el peronismo, hundido en la táctica de la defensa penal de la condenada Cristina Fernández, opera a la defensiva en un reducto, por ahora lejos de la construcción de una alternativa de poder en el país.
Si la imagen hubiese sido montada por Santiago Caputo, la hipótesis sería verosímil; acaso así haya que leer los votos misioneros que precipitaron el fracaso del proyecto de ley, que no se percibirá de la misma manera en todos lados.
La dinámica de la interna del PJ en el conurbano bonaerense es distinta a la del país; la foto de la “victoria” del bloque kirchnerista no representa lo mismo allí que en el resto del mapa ciudadano. Nada de lo que sucede en el Amba representa a toda la Argentina.
La iniciativa obtuvo 36 votos y no llegó a la mayoría.
Conurbano y retenciones
Vale repasar lo que dijo Maximiliano Pullaro en enero, cuando puso en marcha las obras por el tercer carril de la autopista: “el campo no puede seguir subsidiando al conurbano bonaerense”, al que calificó como “sector improductivo”.
El gobernador de Santa Fe se sacó el martes una foto junto a sus pares, en el encuentro del CFI en Paraná. El Consejo Federal de Inversiones -que maneja una millonaria caja garantizada por la coparticipación- es presidido por Ignacio Lamothe, un politólogo impulsado por Wado De Pedro y promovido al cargo por Kicillof y Gildo Insfrán.
Ese ensayo opositor, forzado desde la provincia de Buenos Aires en la capital entrerriana, puede generar cuestionamientos coincidentes contra Javier Milei, pero es incapaz de cimentar propuestas electorales o institucionales allí donde hay decisivas confrontaciones por el reparto de los recursos nacionales y la ética política.
Axel Kicillof tiene una provincia en déficit, Cristina no le convalida endeudamiento en la legislatura bonaerense, Milei no le concede recursos federales discrecionales. El bonaerense no puede pretender que el campo santafesino -como el cordobés, o el de su propia provincia- financien la redistribución entre sus votantes de La Matanza y alrededores, para su interna ante la ex presidenta y su pretensión presidencial.
El Senado le dijo "NO" a Ficha Limpia.
Las reformas que vienen
La reforma tributaria (el súper Iva) viene a marcha forzada, avalada en el espanto de los mandatarios provinciales y por imposición brutalista del superávit fiscal, al que Milei llama “motosierra”. Hay más que matices, pero nadie saca los pies del plato a la batalla política e institucional por las reformas estructurales.
Es toda una redefinición -un intento- del modelo político y del régimen económico que se ensaya por acción u omisión en la Argentina, tras el fracaso del montaje redistribuidor y bi-coalicionista pos 2001.
Una reconfiguración que no es solo libertaria; hasta Pullaro habla de poner la prudencia fiscal en la Constitución santafesina. Es el contraste con el peronismo bonaerense en busca de un líder para el modelo de “redistribución con inclusión”.
Eso se definirá después de los comicios de este año; el debate ya se ha iniciado por especialistas que analizan las reformas impositiva, previsional y laboral, pero su viabilidad política se juega con la reconfiguración de la representatividad en el Congreso y un clima de época que, las urnas dirán, será más o menos proclive a los cambios sustanciales.
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