Las diferencias entre dirigentes justicialistas no son nuevas pero fueron in crescendo en las últimas semanas, especialmente en Legislatura. El primero paso lo dieron Matilde Bruera y Paola Bravo cuando anunciaron la integración del bloque Lealtad Kirchnerista y aparentemente sin avisar a los restantes integrantes de la bancada que hace las veces de oficialista. Entre éstos crece la sospecha de alguna mano de Casa Gris como catalizadora de la decisión y, no obstante esto, el último jueves las dos mujeres votaron contra un artículo del endeudamiento con el fondo kuwaití aliados a los dos bloques de izquierda.