Hugo Grimaldi (DyN)
El almuerzo que reunió en Olivos a 280 medios no sólo gráficos del interior del país, citados para hablar sobre la fabricación de papel para diarios, tuvo dos mesas de cabecera, una presidida por Cristina Fernández y la otra por Néstor Kirchner.
Después del surtido cóctel de bienvenida y del discurso sobrio y formal de la presidenta sobre la elaboración de un Marco Regulatorio destinado a lograr el abastecimiento local de la producción de papel para diarios que evite su importación, los invitados se sentaron a las casi 30 mesas dispuestas en el quincho de la residencia.
En tanto, un grupo de ministros (Florencio Randazzo, Amado Boudou, Débora Giorgi y Carlos Tomada) y una tropa de diputados K, que atendieron solícitos cada indicación de los dueños de casa, se fueron desparramando por el salón para ayudar a los anfitriones y pulsar el ambiente.
Cuentan quienes se sentaron cerca de ella, que la presidenta se mostró muy impresionada por la cantidad de gente que, por primera vez en muchos años, se había acercado al convite de las autoridades.
Es que los medios de todo tipo (además de diarios de toda tirada, había canales de TV y radios AM y FM de todo el país) vivieron la situación a dos puntas. Por un lado, sintieron que, ante la necesidad gubernamental que motivaba la invitación, la ocasión les iba a permitir hacerle escuchar a las autoridades, de primera mano, viejas reinvindicaciones sobre discriminación de la publicidad estatal o impuestos que afectan a la actividad. Y en esto no se equivocaron: “Al menos tomaron nota”, comentó un invitado.
Pero, por otro lado, campeó la desconfianza, por el peligro de que sea el Estado quién digite cupos y finalmente condicione la libertad de prensa. De allí, que la preocupación del auditorio estuvo centrada en saber si en algún momento se va a cerrar la importación de papel para los diarios, en una norma que, por la noche, el ministro Boudou comenzó a clarificar cuando explicó que el Estado podría hacer hacia el futuro la inversión para lograr el autoabastecimiento, a costa de la cesión accionaria de los dueños privados de Papel Prensa.




