“Lo malo de vivir en un pueblo pequeño es que todos creen conocerte, pero lo peor es que de verdad te conocen”, del libro “Aforismos sin espinas”.

Son más de 20 las más reconocidas, en este caso, del departamento San Jerónimo. Algunas tienen gran trayectoria; otras son más locales o regionales. Pero todas sirven para reinsertar el sentido de pertenencia y para generar ingresos extras en cada localidad.

“Lo malo de vivir en un pueblo pequeño es que todos creen conocerte, pero lo peor es que de verdad te conocen”, del libro “Aforismos sin espinas”.
En el departamento San Jerónimo hay 18 comunas y tres ciudades, pero por la vida cotidiana, las costumbres, las tradiciones, las formas de ser, los lugares de encuentro, las historias, siguen siendo pueblos, aunque el progreso fecunde como una semilla entre los surcos.
Pero esa vida de “terruño”, de patria chica, tiene muchas ventajas, es un motor de crecimiento y de vida social que hoy más que nunca se torna insoslayable ante tanta tecnología aisladora.
Si hablamos de costumbres, de tradiciones y de historia, no podemos dejar de lado las fiestas, con el formato que se le haya podido dar: local, regional, provincial, nacional, patronal, encuentro, feria, sorteo público masivo, carnaval, festival, expo. Son símbolos de las localidades, porque las fiestas –les llamaremos así en este informe-, nacen de un producto, de un hecho, de una institución, de algo o alguien que representa a esa aldea.
San Jerónimo en ese sentido tiene una vida festiva muy intensa, que encuentra pocos claros a lo largo del año. Anotemos varias de ellas que localizamos mentalmente en un rápido recuento: Tractor de López; Frutillero de Desvío Arijón; Alfajor de Arocena; Frutilla y Estudiante de Coronda; Carnavales de San Fabián; Chocolate y Bajo las Estrellas de Barrancas, Vascas y Por el Agua de Monje; Expo Maciel, de los Dos Ríos de Puerto Gaboto; Vaquillona a la Estaca de Larrechea; Folclore para Todos, de Gessler; Criolla de Campo Piaggio; Colectividades de Gálvez; Picada de Centeno; Trigo de San Genaro; Lúpulo de Casalegno; Herradura de Irigoyen; Mozzarella de Bernardo de Irigoyen; o Cebada Cervecera de Díaz.
Esto sin contar las fiestas patronales, y otras actividades folclóricas, deportivas y aniversarios. Realmente el valor que se le da en todo Santa Fe a las fiestas populares, es admirable.

Esto lo ratificó la secretaria de Turismo de la provincia, Marcela Aeberhard, quien indicó al respecto que “siento un profundo orgullo cada vez que participo de una fiesta popular. Porque no se trata solo de eventos, se trata de celebrar lo que somos” porque “cada encuentro que exalta la identidad productiva de nuestras comunidades, es una manifestación viva de nuestro sentir colectivo”.
Y ejemplificó con un rápido recorrido por la bota: “La Fiesta Nacional de la Frutilla en Coronda, la Fiesta Provincial de la Carne, del queso, de la Leche, del Pescador, del Asado a la Estaca, del Algodón en el norte provincial, del Salame, por solo nombrar algunas, son celebraciones que hablan de nuestras raíces y de nuestro presente. Cada una cuenta una historia de trabajo, de territorio, de familias que forjaron y siguen forjando la identidad productiva santafesina”.
Precisamente, las festividades de los pueblos y ciudades pequeñas tienen distintos ingredientes: el valor cultural, la utilidad comercial, la oportunidad turística y el sentido de pertenencia.
Leonel Cavallera, locutor nacional y animador de la Fiesta Provincial del Trigo, de San Genaro, lo resumió así: “La primera vez que me subí al escenario fue en 1994, pasaron 31 años, si no hubiera estado la Fiesta del Trigo nada hubiera sucedido en mi carrera. ¿Qué es para los sangenarinos? Muy fácil, acá el año es el período que va entre una Fiesta Provincial del Trigo y la otra, así es de importante para nuestra gente”.

La Lic. María Belén Sierra, es subsecretaria de Producción de la Municipalidad de Coronda, pero además directiva de la comisión organizadora de la Fiesta Nacional de la Frutilla: “Tiene un peso histórico con más de 60 años a nivel nacional que ya está en el consciente colectivo. Coronda es sinónimo de frutilla y producción lo que genera un movimiento de diferentes regiones hacia la ciudad”.
También explicó el valor de las otrora llamadas Reinas. “Las visitas de las representantes a las diferentes fiestas, la movilidad dentro de la provincia, son puntos neurálgicos para su éxito. El turismo de fiestas permite más visitantes y hay algo fundamental que tiene la nuestra: entrada libre y gratuita lo que permite más visitantes”.
Además, la funcionaria aclaró que “el turismo no sólo se genera por la fiesta. Hace dos años vemos la cantidad de gente que hace circuitos del día, cortos. En las escuelas, que llevamos a quintas e industrias, y particulares que hacen micro turismo y si lo concretan dentro de la fiesta implica sumar mucho más”.
Algo parecido opinan en San Fabián, ya que sus Carnavales, los más tradicionales del departamento, dejan siempre un sabor muy dulce en el pueblo. “No sólo representan una fiesta de colores, música y alegría, sino también una oportunidad única de crecimiento y fortalecimiento para la comunidad. Desde lo turístico atrae visitantes de distintas localidades, impulsando la economía local, generando trabajo y promoviendo el intercambio cultural. Son expresión viva de nuestras tradiciones, de las costumbres populares y el sentido de pertenencia”, manifestó la subsecretaria de Cultura de la comuna, Romina Roldán. “Estas organizaciones movilizan recursos, tanto humanos como materiales, y despierta un fuerte sentido de colaboración entre vecinos, instituciones y emprendedores” por eso “los carnavales en nuestro caso, dejan huellas que van mucho más allá del festejo en sí mismo, consolidan la cultura, dinamizan la economía y refuerzan el tejido social de San Fabián”.
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