Juan Carlos Scalzo | [email protected]
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Luego del primer brote de infecciones (marzo/abril), tuvieron que pasar 127 días, para que el 17 agosto Rafaela conozca otro caso positivo de coronavirus y hasta finalizar el mes la cifra comenzó a crecer sostenidamente a razón de 7 contagios diarios en promedio. En las dos semanas siguientes los casos se duplicaron.
Para tener una idea de la rápida y preocupante escalada de infecciones en la ciudad del oeste santafesino hay que tener en cuenta que el primero de setiembre se reportó que solo un test había dado positivo, pero al día siguiente los casos pegaron un salto y se confirmaron 19. A partir de allí comenzaron a crecer a un ritmo medio de casi 15 por jornada. A su vez, y para tomar dimensión de cómo se fue agravando la situación, vale mencionar que el 1° de este mes los casos activos eran 26 y las personas aisladas llegaban a 264, pero dieciséis días después las cifras crecieron considerablemente y los casos activos se quintuplicaron, trepando a 143, mientras que los ciudadanos aislados se duplicaron, y son 525.
La dramática consecuencia se refleja en las camas críticas con que cuenta la terapia intensiva del hospital Jaime Ferré. Según el reporte brindado en el mediodía de este viernes desde el área epidemiológica local, 12 de ellas, sobre un total de 16, están ocupadas: 7 con pacientes positivos de Covid y los 5 restantes son casos sospechosos. De todos ellos 7 están con asistencia respiratoria mecánica.
Ante la posibilidad de una saturación de la capacidad del nosocomio, tal como se adelantó días atrás, el subsecretario de Salud rafaelino, Martín Racca, informó, esta mañana, que el Hospital Jaime Ferré se convertirá en monovalente y solo atenderá pacientes infectados de coronavirus, y el resto será derivado a las terapias intensivas privadas. A su vez, el nosocomio cerrará la sala de cirugía para ampliar la capacidad de atención de Covid.
Una de las dificultades con la tropiezan las autoridades sanitarias rafaelinas es la negativa de algunos grupos familiares, en cuyo seno hay integrantes contagiados de coronavirus y la vivienda que habitan no cuenta con las condiciones adecuadas para aislar a personas de riesgo, de permitir que éstas últimas sean alojadas en los centros preparados a tal efecto, y para dar respuesta a esta situación el Municipio se vio obligado a abrir un espacio de “preaislamiento” en un residencial ubicado a pocas cuadras del microcentro de la ciudad.
En la víspera, se comenzó el traslado de personas de edad avanzada o que presentaban comorbilidades o discapacidades y fueron alojadas en habitaciones separadas.
El lugar cuenta con 20 habitaciones individuales y un equipo interdisciplinario de profesionales, conformado por psicólogos, trabajadores sociales y terapistas ocupacionales para brindar asistencia y contención.