De emergencia nacional del Incucai a una “nueva oportunidad de vida”: Luna celebra 10 años de su trasplante
A sus 30 años, la santafesina comparte su historia, desde su diagnóstico de fibrosis quística a los cuatro meses, hasta recibir los nuevos pulmones que le permitieron volver a respirar por sí misma. Un testimonio de resiliencia y concientización: "Hay un deseo muy fuerte en poder seguir vivo, estoy agradecida", remarcó la joven en diálogo con El Litoral.
El antes y después de Luna. Gracias a la donación de órganos, pudo seguir viviendo.
Luna Palazzo tiene 30 años, es oriunda de Reconquista y actualmente vive en Rosario. A sus cuatro meses de vida le diagnosticaron fibrosis quística; con el paso del tiempo, la enfermedad le provocó deterioro pulmonar y en julio de 2013 entró en lista de emergencia nacional del INCUCAI.
En el Día Nacional de la Donación de Órganos y Tejidos, a 10 años de recibir un trasplante bipulmonar que mejoró su calidad de vida, la santafesina recuerda la importancia de donar: “Hay un deseo muy fuerte en poder seguir vivo. Cada paciente se prepara mucho para recibir un órgano; yo me preparé para recibir mis pulmones y estoy agradecida de tener otra oportunidad de vida”.
Palazzo dice que la fibrosis quística es parte de su vida, no la desconoce y convive con ella desde que la gastroenteróloga Marta Wagener la diagnosticó a sus cuatro meses de vida en el Hospital de Niños de Santa Fe. Si bien la entrevistada cuenta que frente a los momentos más duros se muestra fuerte, en su adolescencia los altibajos de la FQ la llevaron a preguntarse “¿Por qué a mí?”.
“La preadolescencia fue un momento duro, porque además de la enfermedad, tenía problemas de niña y de adolescente. Sabiamente a los 15 años pude dejar de cuestionarme y reflexionar que esto también podía pasarme a mí. Fue clave el acompañamiento de mi familia, amigos y médicos”, dice Palazzo quien destaca emocionada a cada uno de los profesionales que la acompañaron durante estos años.
La necesidad de nuevos pulmones
Como niña y adolescente, Luna vivía su vida al máximo, siempre con los cuidados que le demanda la FQ. De Reconquista y sus visitas médicas en Santa Fe, pasó a vivir también en Villa Trinidad y San Cristóbal.
“En mi último año de secundaria venía decayendo bastante y me costaba mucho a nivel respiratorio, pero mis compañeros no dejaban que me pierda nada: el último día de clases que se acostumbra trasnochar, me pasearon en carretilla por todo el pueblo”, recuerda la entrevistada.
Uno de los pulmones de Luna estaba sellado por varias crisis de neumotórax -aire comprimido entre las pleuras-. “Yo empezaba a sentir cómo no entraba aire en mis pulmones. No podía respirar”, recordaba la joven, ya que con el paso del tiempo sus órganos se deterioraban cada vez más.
En 2013 Luna se muda a Rosario para comenzar su vida universitaria y también, por la accesibilidad en salud, ya en la lista de espera por nuevos pulmones. En ese momento, con 18 años, comenzó a usar oxígeno continuo: “Dormía y estaba todo el tiempo con él. Tenía una máscara Bipap y también un convertidor de aire llamado Freelox. Todo comenzó a volverse más tedioso”.
A comienzos de 2015, uno de los pulmones de Palazzo colapsa: “Me interné en Rosario, no podía respirar, estaba con 15 litros de oxígeno y sedada porque no podía más del dolor. Empecé a vomitar sangre y ahí es donde apuran mi ingreso a la Fundación Favaloro”, cuenta la entrevistada, quien luego de este episodio entró en emergencia nacional del Incucai para recibir un trasplante bipulmonar.
Con dos tubos pleurales, a la espera de sus pulmones, tuvo dos posibilidades de trasplante que por una u otra particularidad, no sucedieron. “Yo estaba físicamente preparada para recibir los órganos, venía haciendo una preparación con Adrián Ludovico, mi kinesiólogo, y en Favaloro me hacían andar en bici”, cuenta Luna.
"Meses después del trasplante subí las escalinatas del Parque España, no lo podía creer", contó Luna.
El regalo de cumpleaños
“Uno de mis compañeros trasplantados me dijo ‘siempre llegan una semana después de tu cumpleaños' y así fue”. En febrero de 2015 la santafesina cumplió 20 años y a los días llegó su regalo más esperado, “la tercera es la vencida”, pensó.
“Nos avisaron que había un operativo que venía de General Roca”, recuerda Luna quien le decía a su mamá “hasta no estar en el quirófano sedada, no lo voy a creer”. Luego de 9 horas de cirugía y otras más de recuperación, con mucho dolor y aún en shock, la joven ya tenía una nueva oportunidad de vida, gracias a un donante del sur del país; gracias a una familia que dijo sí a la donación de órganos.
Luego vino una recuperación difícil y dolorosa, y la entrevistada recuerda sus “segundas primeras veces”: “Cuando ya estaba sin oxígeno, no entendía que podía respirar, me olvidaba de hacerlo y mi mamá se ponía a mi lado para recordarme cómo. Me acuerdo que me reí, tosí, lloré y no me ahogué, que era algo que no me pasaba”.
Las cosas simples, para esa joven de 20 años trasplantada, eran como tocar el cielo con las manos: “Pude volver a abrazar y que no me duela, no sentirme asfixiada. Usar un top deportivo, dormir sabiendo que podía respirar”. Uno de los pendientes de Luna era poder subir las escalinatas del Parque España de Rosario; “lo hice a los pocos meses de estar operada, no lo podía creer”, recordó.
Luego de 10 años del trasplante, Luna vive a pleno su "segunda oportunidad".
Una segunda oportunidad de vida
Hoy Luna Palazzo tiene 30 años, es profesora de teatro, da clases en escuelas de la ciudad de Rosario y también actúa. La fibrosis quística es parte de su vida, “vivo con esto, a veces es más o menos jodido”, recalca la entrevistada, quien reitera “estar agradecida de tener una segunda oportunidad de vida y tener los recursos para llegar a eso”.
Luego de 10 años, cuidando sus pulmones, con medicamentos por su transplante y la FQ, la santafesina respira y recuerda una frase que la marcó: “No es un extraño quien recibe una parte nuestra, sino que es un extraño quien se prepara para llevar una parte de nosotros y que siga viva”, dice y resalta que “yo me preparé para estar trasplantada, llevar estos órganos y que sigan viviendo con otros aires”.
Dejanos tu comentario
Los comentarios realizados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de las sanciones legales que correspondan. Evitar comentarios ofensivos o que no respondan al tema abordado en la información.
Dejanos tu comentario
Los comentarios realizados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de las sanciones legales que correspondan. Evitar comentarios ofensivos o que no respondan al tema abordado en la información.