"Cuanto más sepa la población, más aumenta la posibilidad de tener derecho a la salud"
El médico, con gran trayectoria en el ámbito público, reflexiona sobre el rol del Estado en la atención sanitaria y advierte sobre el efecto que tuvo sobre los grupos políticos extremos el protagonismo de los gobiernos en la pandemia. "Feminización" de la Medicina y estigmatización a científicos.
"Hay gobiernos que han debilitado a la salud pero no se han dedicado a construir un discurso activo para destruirla", advierte Mario Rovere. Foto: Flavio Raina
El derecho a la salud es uno de los temas que se pondrá en debate desde el 14 de julio en la reforma de la Constitución Provincial. Es también un tema altamente sensible a nivel nacional con fuertes reclamos por la situación de hospitales que son emblema a nivel mundial: los miércoles al Congreso marchan jubilados pero también médicos del Garrahan.
En los últimos días estuvo en Santa Fe Mario Rovere, médico pediatra y reconocido sanitarista con una extensa e intensa trayectoria a nivel nacional e internacional. Fue viceministro de Salud del país y dirige la Escuela de Gobierno en Salud de la Provincia de Buenos Aires.
Con más de 50 años en la profesión, reflexiona sobre el concepto de salud pública pero también sobre los discursos que estigmatizan a científicos y buscan eliminar el Estado, sin tener en cuenta que éste es la forma en que la sociedad se organiza.
- ¿A qué vino a Santa Fe?
- En términos de salud púbica, una reforma constitucional es una gigantesca oportunidad porque las constituciones duran mucho tiempo, tienen un impacto por muchos años y los debates, las discusiones, los forcejeos que se dan en las cartas orgánicas de cada provincia o incluso del país tienen efecto por décadas.
A la salud pública se la mira inmediatamente del lado de la Medicina y, en realidad, nació como un concepto jurídico porque refiere a ponerle cierto límite al derecho privado cuando este afecta los bienes públicos. En ese juego, la idea de derecho a la salud es una construcción que se fue instalando en la cultura y luego en la legislación; y uno se sienta encima de la idea de que todas las personas tenemos derecho a disfrutar hasta el máximo de nuestro potencial biológico. Y ¿por qué a veces no lo podemos aprovechar? Porque hay determinaciones ambientales, sociales y económicas que minan ese potencial.
Una constitución, que es un contrato entre el Estado y la sociedad, tiene que pensar en los derechos ciudadanos.
- A nivel nacional, estamos en un momento en que la salud pública parece menospreciada o, al menos, no tan valorada. ¿Coincide con esa idea?
- Uno va a los orígenes y se encuentra con personas extremistas del derecho privado, hasta el punto de destruir el Estado. De hecho, enuncian: "Yo soy la persona que viene a destruir el Estado". En cierta manera falta algo en ese enunciado y es que el Estado no es nada ajeno a la sociedad sino que es la forma como la sociedad se organiza. Entonces, si alguien viene a destruir el Estado, viene a desestructurar la sociedad. De alguna manera los ciudadanos tenemos que reaccionar a esos enunciados porque nos están desestructurando la vida.
- ¿Cuántos años hace que está en el campo de la salud?
- Pasé los 50 años de médico.
- Y después de este tiempo, ¿qué es lo que más lo preocupa?
- En 50 años de médico con derecha, izquierda, dictaduras, gobiernos democráticos, nunca hemos tenido un ataque discursivo directo al derecho a la salud. Hay gobiernos que han debilitado a la salud pero no se han dedicado a construir un discurso activo para destruirla. Esta alianza contra la Organización Mundial de la Salud (la Argentina, como Estados Unidos, se retiró recientemente de este espacio) no tiene un efecto práctico tan importante, pero tiene un efecto simbólico y es que "no queremos una esfera de la vida que tenga predominio del sentido de lo público". Eso me preocupa porque traslada la atención a una batalla cultural.
- La pandemia fue un antes y un después en muchos sentidos. En esa época estábamos todos preocupados por conseguir los barbijos del Conicet, por saber cuándo llegaba la vacuna. Y de golpe tenemos una negación hacia los científicos, hay críticas a la salud pública, crisis como la del Hospital de Pediatría Garrahan (referente a nivel mundial). ¿Tiene algo que ver una cosa con la otra?
- Si, totalmente. The Economist dice que "tenemos tremendo susto a la recuperación del protagonismo del Estado". Entonces se produce un efecto de acción y reacción: hubo distintas fuerzas políticas analizando que la pandemia podía ser una oportunidad para repensar la relación entre sociedad y Estado. La izquierda pensaba eso y la derecha también. Pero al revés. Entonces, el músculo que muestra el Estado durante la pandemia es lo que irrita a las posiciones más extremas. Esta internacional de ultraderecha se alimentó de la pandemia y, sobre todo, en lugares donde secretarios de salud de municipios o condados de Estados Unidos tuvieron necesidad de una protección policial porque la gente los agredía. En la Argentina no ha pasado, como tampoco hay un movimiento antivacunas.
"El camino de la salud es el más rápido para que la ciencia llegue a la población. Alcanza con recordar toda la investigación que precede a una vacuna". Foto: Flavio Raina
- No tan robusto, pero hay.
- Hay expresiones en las redes, pero si se compara con Australia, allá son movimientos orgánicos. En la Argentina, pienso que la caída de la vacunación tiene más que ver con el grado de confusión que generó la presencia de tantas vacunas en una enfermedad (el Covid). Además, hay algo del pensamiento mágico en quienes piensan "hubo una catástrofe y sobreviví, puedo sobrevivir a cualquier cosa". Creo que culturalmente estamos en una vuelta de página intencional.
- ¿Por qué?
- Cuando empezó la pandemia, con mi compañera que es historiadora pensamos que sería interesante buscar documentación de la epidemia de gripe española de 1918, casi un siglo antes. La gran sorpresa fue la falta de documentación, como si no hubiera ocurrido. No hay estudios históricos que contrasten temas sincrónicos, como la Semana trágica y la epidemia, o la relación con la Revolución Rusa y la epidemia. El mundo se conmovió con una cifra de muertes casi tres veces mayor que por Covid y, sin embargo, es difícil encontrar información periodística de la época. Empezamos a pensar que iba a pasar lo mismo con Covid, cierta sensación en la sociedad de que "esto no sucedió", fue "un mal sueño", una distopía. Quizás por eso ahora todos vemos El Eternauta y esa imagen de calles vacías.
- ¿Se imaginó en estos 50 años de profesión que los médicos y los científicos se iban a volver a ir del país?
- Son dos cosas distintas. Al movimiento de los profesionales de salud lo venimos siguiendo hace muchos años, es extremadamente dinámico y si uno lo mira en términos comparativos somos "una gran fábrica" con arriba de 4 médicos cada 1000 habitantes (el doble de Brasil), lo que no quiere decir que están bien distribuidos. No es un problema central ni a corto plazo en la Argentina la falta de médicos. Sí hay modificaciones que tienen impacto en el mercado de trabajo y es lo que mal se denomina feminización, es decir, el aumento de la proporción de mujeres que supera holgadamente el 50 % en la carrera. Ese dato tiene que ver con la elección de especialidad, y es una realidad que existe una triple carga sobre la mujer que trabaja y el mercado de trabajo continúa formateado para médicos hombres.
Si lo pensamos en términos de mercado de trabajo, somos víctimas y victimarios porque en el caso de la provincia de Buenos Aires que es un gran empleador de residentes (5500), el 20 % son graduados en el extranjero pero una parte sustantiva se queda en el país.
Pero es totalmente distinto el mundo científico porque no se necesita solo salario para investigar sino también infraestructura. En el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner se hizo un gran esfuerzo para repatriar científicos y había muchos argentinos que decían, con total honestidad, que más que salarios eran las condiciones que se necesitan en los laboratorios las que preocupaban. Esa expectativa de llegar al 1 % del PBI para financiamiento (Ley nacional 27614) es algo a lo que la Argentina se fue acercando y ahora se está alejando en forma dramática. Además, hay un discurso estigmatizante, irrespetuoso, hacia gente que cambió su proyecto de vida para volver a la Argentina y ahora está pensando en volver a irse.
De todos modos, es correcto que vinculemos ambos mundos, porque el de la salud es el camino más directo para que la ciencia llegue a la población. A lo mejor pensamos en lo simple que es dar una vacuna, pero hay mucha investigación detrás de ese pinchazo.
Por eso empieza a aparecer en esta relación ciencia-salud, primero, la sensación de que se acorta el tiempo que se tarda entre el descubrimiento científico y su aplicación. Hay una línea que se llama investigación traslacional que intenta trabajar fuertemente esa reducción. Nunca antes en la historia de la humanidad surgió, en menos de un año, una amenaza pandémica y seis vacunas eficaces para protegerse. Cuando hoy no tenemos una vacuna de VIH.
- Volvamos al tema de la salud pública, ¿dónde cree que deberíamos poner el foco?
- Hay una maduración que no ha ocurrido en la dimensión que se esperaba. Después de que la OMS logró erradicar la viruela en el año '78, y Argentina formó parte de esa gesta, ocurre también el surgimiento de la atención primaria de la salud y hay un ministro muy influyente que lo puso en esta tensión: salud para todos o salud con todos.
Me da la sensación de que en estos momentos donde la propia idea de salud pública está amenazada, aparece más claro que antes que falta un recorrido más y es que la población la tome como parte de sus reivindicaciones. Que el derecho a la salud no sea plasmado solamente en la Constitución o en la cultura de los trabajadores de la salud, sino que cuanto más sepa la población, más aumenta la probabilidad de que ese derecho ocurra. Pondría mucho el énfasis de los próximos años en esa cuestión.
Hay una frase de Muhammad Yunus cuando ganó el Premio Nóbel (de la Paz). Él es un economista pero se refiere a la participación en salud de una manera que no había escuchado en otros casos. Dice: "Participe en salud porque se va la salud en ello".
Dejanos tu comentario
Los comentarios realizados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de las sanciones legales que correspondan. Evitar comentarios ofensivos o que no respondan al tema abordado en la información.
Dejanos tu comentario
Los comentarios realizados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de las sanciones legales que correspondan. Evitar comentarios ofensivos o que no respondan al tema abordado en la información.