Emilia Mernes dijo que en la música “hay mucha envidia, resentimiento y frustración”

Emilia Mernes transita su tour europeo con récords y una mirada profunda sobre su carrera y vida personal. Durante su gira por Europa, se consagró como la primera artista latina en llenar tres Movistar Arena en Madrid. Este hito la posiciona como “una en un millón”, según sus propias palabras, en una entrevista para una de las revistas más importantes del continente.

En la sesión de fotos para Elle España, la cantante posó con varios looks destacados, entre ellos un blazer negro de Versace y un vestido blanco de Jean Paul Gaultier, mientras fue descrita como “un combinado perfecto de energía, dulzura, sensualidad y buena vibra”.

Raíces y sacrificio detrás del éxito

En la charla, Emilia recordó sus orígenes en Nogoyá y el ejemplo de su familia, especialmente de su padre y tíos, quienes trabajan en una panadería local llamada El Boulevard. “Va gente de todo el mundo a hacerse fotos. Tienen colgados mis discos de platino y los premios que me han dado. Todas las harinas de esa panadería pasan por este cuerpo -entre risas-”, contó.

También agregó: “Vi a mi padre levantarse a las 3 de la mañana con 40 grados a la sombra o con heladas, y ningún día faltó. Mi familia me ha enseñado esa cultura del trabajo”.

Con más de 98 nominaciones y varios sold outs a sus 28 años, afirmó: “Me esfuerzo mucho, me gusta hacerlo, y soy una persona sacrificada; así que el sueño se ha hecho realidad gracias a eso”.

Reflexiones

Emilia también se dirigió a las futuras generaciones: “Hay mucha envidia, resentimiento, frustración. La gente a veces proyecta demasiada negatividad en uno, así que le diría que no se lo tome como algo personal, porque va a poder con todo. Y que también sepa esforzarse y hacer renuncias, porque eso es fundamental para poder cumplir un sueño”.

Sobre la desigualdad en la industria musical, la artista señaló: “Se nos exige más que a los hombres. Se nos compara, y eso es lo que fomenta el odio. Hay que cumplir ciertos estándares de belleza, debes ser la más hot, la cara más linda. Si una sube de peso, adelgaza demasiado o se equivoca, se nos castiga, algo que con ellos no sucede. Es tremendamente injusto”.

Reconoció que la terapia le ayudó a mantener el equilibrio: “Sé que, a menudo, soy blanco de críticas y, si no hubiera recurrido a ella, hoy no estaría tan en calma, me afectarían”.

Sobre su expresión artística y sensualidad, afirmó: “Opto por mostrar mi cuerpo, y es algo que está completamente bien, porque lo escojo yo. Eso no significa que me esté sexualizando. Si aparece un hombre en un videoclip desnudo, no es un tema de conversación. Nosotras podemos hablar de sexo y ser sensuales, y eso no es que nos estemos sexualizando, sino siendo quienes deseamos ser”.

Dualidad

En un tono más íntimo, Emilia definió sus dos facetas: “Me definiría como un todo. Está la Emilia a la que le encantan los flashes, las fotos, estar montadísima, hacerse el make up y entregarse en los shows, que es donde me transformo. Me recuerda a cuando era pequeña y hacía mis performances frente al espejo. Y adoro esta versión mía, porque es la esencia de la popstar que siempre quise ser”.

Pero también señaló: “Soy la chica de Nogoyá, la que va al supermercado con su mamá a hacer la compra, a la que le gusta estar tirada en el sillón viendo una serie, desmaquillada y en pijama”.