Durante la mañana del lunes, agentes de la División de Investigaciones Complejas de la Policía de Investigaciones (PDI) realizaron allanamientos en viviendas ubicadas en calle General López al 3800, en el barrio San Lorenzo de la ciudad de Santa Fe.

Los procedimientos fueron realizados por la División de Investigaciones Complejas de la PDI en General López 3800. La investigación, dirigida por la fiscal Rosana Peresin, apunta a esclarecer un robo ocurrido en enero donde una joven fue atada y encerrada por tres delincuentes armados.

Durante la mañana del lunes, agentes de la División de Investigaciones Complejas de la Policía de Investigaciones (PDI) realizaron allanamientos en viviendas ubicadas en calle General López al 3800, en el barrio San Lorenzo de la ciudad de Santa Fe.

Las medidas fueron ordenadas por la fiscal Rosana Peresin, en el marco de una investigación por robo calificado, iniciada a raíz de un resonante hecho ocurrido en enero en barrio Sur.
Durante los operativos, los uniformados identificaron a una mujer sospechada de participar en la maniobra delictiva. Además, se procedió al secuestro de celulares, documentación y otros elementos de interés para la causa, los cuales quedaron a disposición del Ministerio Público de la Acusación.
Según trascendió, la pesquisa detectó que una tarjeta sustraída durante el robo de enero fue utilizada posteriormente para cometer estafas reiteradas, lo que permitió a los investigadores reconstruir movimientos y posibles conexiones de los autores del hecho.

A partir de esos indicios, la fiscal Peresin solicitó las medidas que se concretaron este lunes y que representan un avance significativo en el esclarecimiento del caso.
El hecho que dio origen a la causa ocurrió durante la madrugada del viernes 17 de enero, en una vivienda de calle Francia al 1700, en el corazón de barrio Sur.
La víctima fue Paula, una joven de 27 años, que se encontraba cuidando la casa de sus padres mientras estaban de vacaciones. Cerca de las 4.30, fue sorprendida mientras dormía por tres delincuentes, quienes ingresaron al domicilio sin forzar aberturas visibles.

Los intrusos llegaron hasta su habitación —cerrada con llave desde adentro— y tras amenazarla con un cuchillo en el cuello, exigieron dinero y joyas. Luego revisaron toda la casa, rompieron un maletín creyendo que contenía dólares, y finalmente ataron a la joven con un cable de portero eléctrico, la amordazaron y la encerraron en el baño.
Los ladrones escaparon con una notebook, un teléfono celular y dos Smart TV, uno de ellos de 55 pulgadas, entre otros efectos. Minutos después, la víctima logró desatarse y pedir ayuda, lo que dio inicio a la investigación que hoy muestra sus primeros resultados concretos.
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