"A esta altura, después de tantos años de luchar, no importa que no me dejen ver a mi hija, me conformaría con asegurarme de que ella está bien, pero sé que no lo está", se lamenta Juan Carlos N. con los ojos llenos de lágrimas de impotencia y tristeza. Su pequeña tiene hoy 10 años y hace siete que prácticamente perdió todo contacto con ella. Su enmarañada causa en el ámbito de la Justicia de Familia parece empantanarse una y otra vez desde entonces.
Él estuvo casado por cinco años con la mamá de la nena. "Me separé en 2015 y dejé ver a mi hija dos años después, porque me hicieron una falsa denuncia por abuso sexual. La fiscalía tomó todas las medidas, pero la causa fue archivada. Ni siquiera me imputaron, porque la acusación no tenía asidero alguno, pero sirvió para que la familia de mi ex mujer lograra una orden de alejamiento para mí. En ese momento, pedí visitas supervisadas, pero el juez no me lo permitió. No la veo desde 2017, prácticamente. La tuve cinco minutos en 2019 y otros cinco minutos al año siguiente", contó el desesperado papá.
Según contó Juan Carlos N., "el equipo interdisciplinario de la Corte recomendó un tratamiento para mi hija, porque tiene una patología psíquica generada por el entorno materno. En realidad sugirieron un tratamiento para todos urgente. Nos mandaron al Hospital de Niños Dr. Orlando Alassia. Fue una serie de visitas: primero yo, después la madre, después la nena, después la nena y yo… todo de manera progresiva. No obstante, la primera vez que nos encontramos con mi hija la madre interrumpió la sesión. Arruinó todo. Amenazó a la psicóloga. Lo grabó todo y lo colgó en Facebook. A raíz de ese incidente renunció la psicóloga del centro de salud, porque no estaban dadas las condiciones de seguridad. La nena quedó sin tratamiento alguno. La justicia no hizo nada".
"Seguí peleando desde lejos -añadió-, porque no me puedo acercar. En concreto, no tengo impedimento alguno, pero si me acerco es policía, es lío, es mi hija llorando. Todo traumático para ella. No voy para evitar más traumas para mi hija. Llegó a decir que no me reconoce como padre. Me dice 'señor' en una carta que mandó al juzgado. Teóricamente ella misma la llevó ante el juez. Ella sigue teniendo esa patología, que sería de por vida, y no está siendo tratada. La madre no la lleva a un profesional y el juez dice que es la menor de edad la que debe decidir. Es una locura".
Mirá tambiénLa historia de Juan Carlos, la interminable lucha para poder revincularse con su hijaEl hombre asegura que con su ex "es imposible hablar. Tuve cientos de denuncias. Las revisaron en la fiscalía una por una. Nunca me imputaron. Antes las hacía en la comisaría; después en el MPA. Ahora le prohibieron hacerme denuncias, porque hizo más de cien, a veces cinco el mismo día. Ninguna es creíble".
Mientras tanto, Juan Carlos N. sigue sin poder ver a su hija. "No puedo hacer anda. Ella va de la escuela a su casa, donde esta la madre, el abuelo, la abuela. En la escuela trabaja la abuela. Ahora me denuncia ella, porque la madre no puede. Me acusan de cualquier cosa para lograr el alejamiento. Mi hija estaba catalogada en la escuela como una niña que había sido abusada por mí. Cuando me acerqué al establecimiento me recibieron a escupitajos, las maestras no me dejaron ni hablar. Esto siguió así hasta que el equipo interdisciplinario de la Corte se comunicó con la escuela y explicó a las autoridades lo que pasaba. Entonces me convocaron y me pidieron disculpas. Puedo ir a los actos de la nena, pero a mi hija la alejan de donde estoy yo, con el grupo de padres", señaló.
Totalmente quebrado, contó que "el dolor es insoportable, cuando me despierto a la mañana y cuando me acuesto a la noche. Es lo que lograron. Quisiera una vida normal con mi hija. No digo separada de su madre, porque madre hay una sola, pero sí al menos tener la oportunidad de mostrarle que hay otra vida, sin líos, sin conflictos".
"Hace algunos meses logré que alguien la pueda atender. Me Permitieron la atención de Salud Mental de la provincia. Habían designado un psicólogo para mí, otro para mi ex y una junta en el Hospital Mira y López para mi hija. Todo por separado. Yo empecé, mi ex creo que también, pero mi hija nunca fue. Nunca le dieron el turno porque el juez de Familia nunca lo solicitó. El médico está esperando que el magistrado haga el oficio. Nadie se hace cargo. La mamá no la lleva, el juez quiere que mi hija tome su propia decisión. Lo concreto que es ella necesita un psicólogo urgente. No sólo para verme a mí, a su papá, sino para su futuro. Si quieren yo no la veo más a mi hija… no la veré, pero quiero saber que la están atendiendo, que está bien. La última vez ella me abrazaba y me decía que la suelte al mismo tiempo. No está bien. En ese oportunidad fue muy cruel conmigo, me dijo palabras hirientes que no son de una criatura", dijo.
Escalofriante comparación
Juan Carlos N. sostuvo que la Justicia no está haciendo su trabajo. "El juez no quiere tomar las decisiones que tiene que tomar. No es sólo mi caso, hay muchos de padres y madres damnificados porque el otro fue artero al poner una denuncia. No en todos los casos las acusaciones son falsas, pero hay algunas. La Justicia no va a fondo para ver realmente qué pasa en estas causas. Las criaturas son sólo números. Es tedioso… y llega otra feria, y después hay que empezar todo desde cero otra vez. Los jueces se sacan la responsabilidad de encima, como en el caso Lucio. Buscan que a las decisiones las tome otro, pero es su trabajo. Le piden a una criatura de 10 años que tome la decisión de un adulto. Una niña no va a tomar la decisión de ir al médico por propia voluntad", disparó.
El hombre explicó que cuando su ex lo denunció por un supuesto abuso a la pequeña se basó en el certificado de una psicóloga amiga de la familia. "Nunca fui imputado, pero así me alejaron de mi hija. La demandé a esa profesional, por falsa denuncia y falso testimonio. Delante del fiscal dijo que no quiso decir abuso sexual, pero decía: "abuso sexual y vejaciones de toda índole". Ella explicó en ese momento que puso 'vejaciones' porque 'la nena se reía porque yo hacía muchos chistes'. Eso dijo. Insólito. La jueza Susana Luna me dio la razón. Apelaron y cajonearon la causa, porque la psicóloga trabaja en el poder judicial. Yo no sabía que los médicos tienen seguros de mala praxis. Entonces, el seguro de ella me indemnizó con una cifra irrisoria, pero es el reconocimiento de que hubo mala praxis. Me dieron 600 mil pesos. No la quiero seguir porque son demasiados frentes, pero el daño que me hizo esa mujer no tiene precio. Ojalá que nunca más trabaje con niños", reclamó.
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