Amenazas de masacres en Argentina y una temible “comunidad” en la sombra
Un especialista analiza el denominado Grupo 764, que opera en Internet y está integrado por distintas células en donde confluyen sadomasoquistas, neonazis, terroristas y satanistas.
Los menores de edad pueden estar en peligro si no se toman los recaudos necesarios. Foto: El Litoral
La actividad del denominado Grupo 764 genera una de las más oscuras amenazas para desprevenidos internautas, fundamentalmente menores de edad en estado de vulnerabilidad. Integrado por sadomasoquistas, nazis, terroristas y satanistas, esta comunidad capta personas en las redes sociales y las somete a sus más bajos instintos. Las incitan a autolesionarse y hasta a suicidarse, en algunos casos.
“764 nace en Texas, Estados Unidos. De hecho, los números corresponden a la característica telefónica de allí. La creó un pibe llamado Bradley Cadenhead en 2021. Tenía 15 años en ese momento. Se trataba de una comunidad en Discord, una aplicación que permite a los usuarios crear servidores, organizar comunidades y chatear entre los miembros. Estos grupos pueden ser cerrados. En esos casos, el administrador decide a qué usuarios dejará entrar”, explica el tecnólogo Rodrigo Álvarez, magíster en Ciberseguridad, director de Ciberterrorismo del Centro Nacional de Respuesta a Incidentes Cibernéticos de México y coordinador de la ONG Argentina Cibersegura..
“Este adolescente lo crea para compartir lo que consumía: material de abuso sexual infantil. Muchos usuarios se sumaron. Pasó el tiempo y un año después el FBI lo arrestó, pero el grupo se ramificó y llegó a otras redes sociales como Instagram,TikTok o Twitter”, señala.
A partir de allí comenzó el fenómeno. “El pibe había logrado radicalizar a consumidores en forma novedosa… tenía apenas 15 años. Da para un estudio sociológico y psicológico. Él les pedía que hagan distintas cosas, como pruebas, por ejemplo autolesionarse. Todas las personas que eran captadas tenían algún tipo de carencia y un nivel de odio alto por distintos motivos”, puntualiza Álvarez.
“Sus blancos son pibes que sufren, víctimas de bulling por ejemplo. Niños y adolescentes que no han desarrollado todavía un pensamiento crítico. Estos chicos recurren a las plataformas para volcar su frustración, su dolor. Ahí los captan y los van llevando para donde quieren. Hacen que normalicen situaciones de violencia y abuso. Estamos hablando de contenidos de violencia extrema, sadomasoquismo, violencia sexual, violencia animal, autolesiones… algunos son neonazis, otros satanistas… también hay grupos terroristas”, enumera.
Rodrigo Álvarez, experto en ciberseguridad. Archivo El Litoral.
En Argentina
Las plataformas son lugares ideales para “pescar” víctimas. “Estos tipos tienen técnicas para ‘trabajar’. No obstante, según reportes de Interpol y el FBI, actúan de manera independiente. Muchos son imitadores que buscan ser admitidos dentro de esa comunidad. Se piensa que las recientes amenazas de masacres en universidades de La Plata y 3 de Febrero, en nuestro país, tienen que ver con algún miembro de este grupo o alguien que cumple con un reto para que lo admitan en la comunidad”, advierte.
Y añade: “El viernes 7 de noviembre, un e-mail similar llegó a la Universidad Católica Argentina, en Puerto Madero, y obligó al establecimiento a evacuar sus sedes en Mendoza, tal como lo señalaron en un comunicado publicado en redes sociales. Se repitió el lunes 10, en esa provincia, en Rosario y en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires”.
“Hasta ahora -añade- los países más afectados son, además de Estados Unidos, México, algunos de centroamérica, Europa… pero estamos globalizados. No existen las fronteras en Internet. Cualquier chico puede ser víctima. Esta gente está atenta a todo comentario de odio, de descontento con la vida, un gobierno o una figura pública”.
El rol de la familia en la prevención es crucial. Foto: Luis Cetraro
Prevención
“Para prevenir es fundamental acompañar en la crianza digital de los chicos. No hay que sólo darle el dispositivo. Si no acompañamos, al pibe le puede llegar un mensaje que le va a llamar la atención, sobre violencia animal, decapitaciones… por curiosidad va a responder y va a estar en riesgo. Antes de la adolescencia no tiene que tener acceso a esos contenidos, pero debe saber que existen. Es un error pensar que podemos mantenerlos en una burbuja”, asegura el tecnólogo.
Álvarez hace una serie de sugerencias sobre las acciones que pueden llevarse a cabo para resguardar a los más chicos:
* “Hay que promover la alfabetización digital en todas las edades. No es algo unidireccional de papá y mamá hacia el nene. Hay un vacío de los adultos. Es fundamental que los adultos escuchemos a los pibes. Eso no está pasando. Es hora de sentarnos a escuchar para ver qué dicen, qué piensan. Los menores de edad tienen cosas para decir. Después de eso es que nosotros podemos aportar cuestiones de prevención. Hay que fomentar un espacio de diálogo en todo momento. Puede ser jugar una tarde a la Play… compartir con el chico… entenderlo… acompañarlo en su juego. Más allá de los controles parentales, con filtros, contraseñas. También es imprescindible generar esa confianza. Debemos lograr que si le pasa algo el nene o la nena no dude en contarnos”.
* “Si por algún motivo no podemos conseguir eso, hay que supervisar, controlar. No me gusta esa palabra, pero a veces no queda otra. Hay que ver qué pasa en sus perfiles de redes sociales. Es muy frecuente que un niño que es víctima de grooming o acoso no cuente por miedo a que lo reten”.
* “Ante la existencia de algún hecho así hay que denunciar. Yo recomiendo la página web del Ministerio Público de la Acusación (MPA) o algún Centro Territorial. Allí hay profesionales preparados. Muchas veces no prosperan las denuncias cuando se hacen en una comisaría, porque los agentes no están debidamente capacitados por el Estado. El servidor público debe poder asistir a la víctima para indicarle qué hacer. Si nos topamos con una situación como las que describimos nunca debemos seguir el juego haciéndonos pasar por el menor de edad ni borrar el contenido. Estas acciones pueden dificultar mucho la investigación. Hay que preservar la evidencia y denunciar”.
* “Hoy tenemos una Constituciónprovincial que habla de ciudadanía digital, de prevención de ciberseguridad, de proteger niños y adolescentes de entornos digitales, pero todavía faltan políticas públicas. Para mí es fundamental la familia en la prevención, pero hay que avanzar con la legislación, impulsando desde el estado políticas públicas, no sólo en Santa Fe, sino en todo el país. Es necesario hablar estos temas y no sólo cuando pasa algo grave que es noticia”.
* “Es importante destinar más recursos a unidades especializadas de cibercrimen. Hoy prácticamente no se hacen investigaciones de este tipo de delitos. Es un área a la que hay que prestar atención, como se presta a la violencia de género, al maltrato animal, los homicidios, la trata de personas. Hay que capacitar muy bien a los detectives. Hay que formarlos. Deben saber cómo buscar, qué pedir, cómo pedirlo. Tienen que saber cómo es la legislación nacional e internacional, cuáles son los convenios vigentes”.
* “También es importante el aporte que puede hacer el Ministerio de Educación. Hay que establecer programas de prevención y educación temprana. Es imprescindible. Trabajar con los chicos en los colegios, en nivel inicial y secundario, y ni hablar de las familias. Hoy los chicos usan los dispositivos, ya se los dimos, pero no los preparamos para manejarlos adecuadamente. Las asociaciones civiles también pueden ayudar mucho”.
* “Hay que configurar los dispositivos, YouTube, Google… porque si no, el algoritmo le va a mostrar contenido para adulto. Los más pequeños no pueden utilizar juegos para mayores de 13 años. No pueden tener redes sociales. Y no tiene que ser una prohibición. Debe ser una conversación de padres e hijos, que tienen que entender los riesgos.
* “Hay que trabajar fuerte también en la coordinación interprovincial y la cooperación internacional. Los canales tienen que estar aceitados. Hay que actuar rápido. La víctima no tiene tiempo. Las personas a las que nos enfrentamos conocen de tecnología y la usan muy bien. Tenés que saber cómo descifrar y llegar hasta ellos”.