Dengue: prevención más allá de la coyuntura

En pocas semanas quedó al descubierto el valor de la información y la prevención en temas de salud pública, en los que la participación de la comunidad es indispensable para evitar males mayores. La propagación del dengue transmitido por el mosquito Aedes aegypti, que hace ya varios años fue identificado en el país, puso en marcha una intensa campaña de divulgación en la que los propios vecinos pasaron a ser protagonistas.

Asesinos seriales

Siempre existieron. Vg., remontándonos al medioevo, basta con recordar a la condesa de Báthory (El Litoral 7/1/09) y al caballero Giles de Reis (antiguo compañero de armas de Juana de Arco), quien, superando con creces a la ficción macabra de “Las 120 jornadas de Sodoma” del Marqués de Sade, torturó y mató a más de 300 niños en los sótanos de su castillo de Trifauges, en 1440.

Al margen de la crónica

La oportunidad en la crisis

El gran escritor irlandés George Bernard Shaw, quien alcanzó el Premio Nobel de Literatura en 1925 y es reconocido por haber moldeado obras inimitables como “Pigmalión” o “Andrócles y el león”,-...

Las mesas de Jerónima

Según Jean Baudrillard los objetos viejos tienen siempre la potencialidad de una segunda existencia, de una revitalización, que estará dada por la valoración -que después de su etapa de uso común por parte de las personas- puedan darle generaciones posteriores. Dice: Antropomórficos, estos dioses lares que son los objetos, se vuelven, al encarnar en el espacio los lazos afectivos y la permanencias del grupo, suavemente inmortales hasta que una generación moderna los relega o los dispersa, o a veces los instaura en una actualidad nostálgica de objetos viejos. Como sucede con los dioses a menudo los muebles tienen también a veces la oportunidad de una segunda existencia, y pasan del uso ingenuo al barroco cultural. (Baudrillard) (*). Se considera que las Casas de Antigüedades y los Museos son sitios donde los objetos tienen con frecuencia esa posibilidad. En esta oportunidad se trata de analizar las ““vidas” —que pueden contabilizarse como más de dos— que un par de mesas cargadas de historia tuvieron, tienen y pueden tener.