El sol del martes no iluminó las sombras de una noche negra
El mini partido mantuvo el resultado que fue favorable a los santiagueños, quienes en la última jugada pudieron aumentar. Colón, con muchos cambios, fue “a la carga barracas” tirando centros. Yllana reclamó un supuesto penal a Córdoba y el árbitro lo echó.
Nervios e impotencia marcaron el final del encuentro. Crédito: Flavio Raina.
Fue el partido más corto de una noche que se hizo larga. Noche triste para todos, sin excepción. “Duele mucho que digan que no queremos a Colón, ¡cómo no vamos a querer a Colón! Se pueden cometer errores, pero uno siempre trabaja por el bien del club”, le comentaba un directivo sabalero a El Litoral en la gélida y solitaria mañana del Brigadier López. ¿Rumores?, por doquier. Desde que el técnico se iba sea cual fuere el resultado final, posibilidad de adelanto de elecciones, la renuncia de algunos integrantes de la directiva vinculadas al MPS (Movimiento Popular Sabalero) y el “colmo de los colmos”: antes del partido, mientras Mitre hacía una entrada en calor enérgica, Colón parecía ensayar de qué manera iba a jugar los minutos que faltaban tirándole centros a los tres “9” dispuestos por Yllana hasta que se empezaron a insultar entre los propios jugadores y hubo un intento de agresión entre ellos que fue rápidamente disipado.
A propósito del equipo, la rareza y sorpresa en su conformación. No por poner a Castro, Gigliotti y Córdoba (los tres centrodelanteros), sino porque sacó a Lago, que había sido el único que realmente quiso y pudo jugar al fútbol en los minutos que se jugaron en esa noche que será inolvidable por lo lamentable de todo lo que pasó.
Se podían hacer, reglamentariamente, todos los cambios que se quisieran hacer, a excepción de aquellos que habían salido reemplazados (en el caso de Colón, Taborda y Jourdan). El equipo que decidió Yllana fue con Marcos Díaz; Bettini, Thaller, Negro y Conrado Ibarra; Maillier y Yunis; Castro, Barreto, Córdoba y Gigliotti. Si se quiere, un 4-4-2 contabilizando a Barreto (venía de un desgarro) como delantero. En total, siete cambios si se toma en cuenta el equipo que empezó el partido. ¿Y Mitre?, Jachfe; Cristian Díaz, Wechniak, Kabalín y Sánchez; Ezequiel González, Alessandroni, Luján y Penepil; Salinas y Rosales.
Con Lago en el banco, con Maillier como debutante, con Yunis apareciendo en un largo tiempo de inactividad y lo mismo para Conrado Ibarra, Colón fue en búsqueda de algo que parecía casi imposible para este equipo golpeado y presionado, a pesar de la falta de público y esos gritos hostigadores con los cuáles se jugó la primera parte hasta la suspensión.
El equipo cerró el partido con siete cambios en cancha. Crédito: Flavio Raina.
Como si todo esto fuera poco, a los 5 minutos hubo una jugada en la que cayó Córdoba adentro del área cuando había enganchado y pretendía encontrar el espacio para patear al arco, todos reclamaron penal, Yllana se metió adentro de la cancha y vio la roja por parte de Viola, que no dudó en echarlo. Así se fueron los primeros 6 minutos, con un Colón desesperado y jugando a tirar centros, como se caía de maduro que iba a jugar.
Entre la desesperación, la impotencia y la serenidad de los centrales para rechazar todo lo que caía en el área, se fueron desarrollando esos pocos minutos. La más clara la tuvo Barreto, que encontró una pelota boyando en el área, remató con violencia y encontró la pierna salvadora de Jachfe, cuando iban 3 minutos del mini segundo tiempo.
Una jugada polémica terminó con expulsión del técnico. Crédito: Flavio Raina.
Con el técnico echado de la cancha, los jugadores sumergidos en un estado de nervios e impotencia, una jugada clarísima de gol que tuvo Mitre y que desaprovecharon entre Rosales y Salinas en un mano a mano, varios se fueron de la cancha sin tiempo suficiente para transpirar. Y el partido terminó con el 1 a 0 con el que se había puesto abrupto final a los 79 minutos del lunes.
El único rapto de sensatez por parte de Yllana en sus declaraciones, la dio el lunes cuando dijo: “Este es un club muy grande, no todos soportan la presión de jugar en este club”, señaló, palabras más o menos. El llegó con los mejores antecedentes (primer ascenso en el año anterior). Sin embargo, no estuvo a la altura de las circunstancias. Un 25 por ciento de cosecha y un equipo que no dio ninguna muestra de mejoría. A todo esto, una dirigencia debilitada, una pésima campaña, muchísimos rumores y una defensa que rápidamente debe hacerse de la situación que se planteó el lunes a la noche, que podría derivar en sanciones duras con respecto al estadio y también deportivas, teniendo en cuenta los antecedentes de quita de puntos que hubieron en los últimos tiempos.
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