La enseñanza que le deja el primer traspié del Colón del Pata Pereyra
Jugar bien es el primer camino al éxito y este equipo puede y debe hacerlo. Cuando no se pueda, no deben fallar la solidez defensiva y la contundencia ofensiva.
Agustín Giménez, Forneris, Marcos Díaz, Thaller, Negro y Ortiz, al término del primer tiempo. La charla de los tres centrales es clara y seguramente habrán hablado, en ese momento, de la jugada del primer gol de Almirante Brown. Crédito: Juan Foglia
Si se juega bien, el camino a la victoria se hace más corto. De esto no cabe ninguna duda y está fuera de discusión. Ahora, la pregunta es: ¿hasta qué punto se puede jugar bien en una categoría como la del ascenso, donde las canchas no ayudan, el VAR no existe, los arbitrajes muchas veces son malos o perjudiciales y existen más "licencias" para la pierna fuerte? Desde ya que se puede y que hay que tratar de lograrlo. Pero lo más importante es lo que a Colón le faltó con Almirante Brown: solidez defensiva y contundencia ofensiva. Algo que había distinguido al equipo en los partidos anteriores, cuando sin jugar mejor que el rival (caso Chaco For Ever) le alcanzó para ganar.
El Pata, a esto, lo vio. Por algo en la semana probó con Joel Soñora y se le lesionó. Si Soñora hubiese estado apto, quizás no iba de entrada pero habría sido una buena alternativa para ir al banco y entrar en el segundo tiempo. Por eso también explicó la entrada del pibe Agustín Giménez por Talpone. No porque Talpone haya estado jugando mal, sino porque necesitaba otra clase de jugador, alguien con mayor claridad o mejor pase para tratar de abastecer mejor a los de arriba.
Justamente se vienen a equivocar dos de los que pocas veces se equivocan y que forman parte de una columna vertebral de jerarquía que tiene el equipo. Marcos Díaz se "autoflageló" haciéndose responsable de los dos goles. En el penal no caben dudas, se confió y no eligió bien de qué manera resolver esa jugada en la que pretendió salir jugando y la perdió con el rival que salió a apurarlo. Pero en el primer gol no fue el exclusivo responsable. Y el otro fue Gigliotti, porque tuvo tres chances y en dos le erró al arco cuando, en general, esas jugadas terminan con la pelota adentro y no tirándola afuera.
"Es larga la serenata" y de esa clase de partidos se aprende y se sacan conclusiones. Esos errores en los lugares de la cancha donde se definen los partidos, terminaron siendo un castigo para Colón. Un castigo que Almirante Brown supo aprovechar dentro de un trámite de mucha paridad, como para llegar a ese lugar común de los entrenadores, cuando repiten de manera generalizada la famosa frase: "Los partidos se definen por detalles".
Ariel "Pata" Pereyra. Foto: Gustavo Conti
Pero decíamos, que el torneo es largo y que hay que ir cumpliendo etapas sabiendo que es bueno empezar bien, pero que también hay que saber terminar bien. Y a esto, el Colón del año pasado no pudo lograrlo porque cuando tuvo el primer bajón, nunca pudo ponerle punto final y llegaron esos problemas internos y cambios de entrenadores que desembocaron en una eliminación rápida que fue a contramano de lo que ese mismo equipo irradiaba como imagen en los primeros 15 partidos del torneo: que era el gran candidato para volver a Primera.
Pereyra puso a Taborda en lugar de Castet cuando necesitó desborde por afuera y más profundidad. Si se mantiene el esquema de los tres centrales y los dos marcadores volantes, Castet será más importante para el retroceso que para atacar. Ahí es donde puede sacarle alguna ventaja Conrado Ibarra, que el domingo a la noche no se "vistió de jugador" porque fue, junto con Gallay, uno de los que quedó al margen del banco de suplentes y vio el partido desde el palco junto al presidente Godano y el resto de la dirigencia que viajó a Isidro Casanova.
A lo que no se debe resignar es a la búsqueda de protagonismo. Colón tiene que ser un equipo que salga a ganar en todas partes, como premisa principal. Eso es irrenunciable. Y luego, adaptarse a lo que la categoría le exija. El domingo, en el primer tiempo, hubo algunos destellos en los que quedó en claro la idea de poner la pelota contra el piso. La jugada del centro de Jourdan que Gigliotti tiró afuera de zurda es el claro ejemplo. Esa fue una excelente jugada colectiva que iba a terminar en golazo si el Puma concretaba. Entonces, la idea está. Basta con ser inteligentes para adoptarla, proponerla y ejecutarla cuando se pueda. Y cuando no se pueda, saber que hay un plan B en el que no debe fallar la solidez defensiva y la contundencia ofensiva, que fueron los argumentos que lo llevaron, por ejemplo, a ganarle al Chaco For Ever de Pancaldo.
Rossi
Estaría todo dado para que Genaro Rossi pueda ser tenido en cuenta por Pereyra para el partido del sábado a las 22 en el Centenario ante Central Norte de Salta. Conrado Ibarra ya está bien y el domingo, en Isidro Casanova, fue uno de los que quedó afuera del banco de suplentes junto a Gallay.
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