Luego del "sacudón" y la "biaba", es hora de que lleguen las victorias para Colón
Después de cambiar más de medio equipo ante Temperley, Yllana redobló el trabajo de la semana con cuatro doble turnos para visitar a Nueva Chicago. El único resultado que realmente sirve, este lunes desde las 19, es el de la victoria.
En siete partidos, Andrés Yllana apenas ganó dos (ante los peores equipos del campeonato), empató uno y perdió cuatro. Crédito: David Lokman
Colón atraviesa por el peor de los escenarios. Y de este infierno en el que se metió y le está costando salir, el único camino de salvación es el de la victoria. Y si es posible, que lleguen dos o tres seguidas para conseguir el envión anímico que también le está faltando a este equipo, más allá de que, si algo le sobra, es experiencia para esta Primera Nacional.
La receta de principios de año no dio resultado. Se armó un plantel apostando a la “inteligencia” (palabra empleada por el director deportivo, Iván Moreno y Fabianesi), para sacarle jugo al mercado. Y un cuerpo técnico de gente de conocidos de la casa, pero sin experiencia. El buen fútbol no llegó, algunos resultados se dieron al principio y la catarata de derrotas (cuatro en total), abortaron el proceso. Ni siquiera alcanzó el buen partido que se jugó en cancha de Chacarita, pero con derrota. Se le puso punto final a ese plan y arrancó la segunda parte, con correctivos muy claros: 1) la llegada de un DT con experiencia en la categoría y pasado inmediato exitoso, como Yllana; y 2) la venida de refuerzos que lleguen de la mano y el deseo de dicho entrenador, como para darle la posibilidad de meter su propia impronta.
Tampoco llegaron los resultados
En siete partidos, Andrés Yllana apenas ganó dos (ante los peores equipos del campeonato), empató uno y perdió cuatro. Sacó algo más del 30 por ciento de los puntos contra el 41 por ciento que liquidó el proceso del Pata Pereyra. Agarró un fierro caliente y recién pudo usar a dos de los refuerzos y en un solo partido. Necesita y merece un poco más de tiempo, pero eso también requiere urgencia en “encontrarle la vuelta” a un equipo que sigue desnudando flaquezas en todos los aspectos del juego y ha perdido la mitad de los partidos que jugó.
Muchas incógnitas se despertaron tras la derrota ante Temperley. Foto: El Litoral
“Vamos a entrar en el octogonal”, dijo Yllana, casi como una declaración de “autodefensa”, luego de haber perdido en cancha de Deportivo Morón. “Se viene una semana de decisiones importantes”, señaló en su breve monólogo – sin derecho a preguntas -, en la lluviosa tardecita de Temperley luego de haber perdido un partido en el que, según sus propias declaraciones, el equipo “dejó de luchar cinco minutos y nos dieron vuelta el partido”.
Ya la “zaranda” la había pasado antes de ese partido, cuando metió seis cambios (que pudieron ser siete si lo habilitaban a Cristian García), justamente después de haber deslizado que él veía “progresos” en el equipo. Está claro que una cosa era lo que declaraba y otra lo que verdaderamente analizaba, ya que el sacudón de los cambios fue importante para el armado del equipo que jugó contra Temperley. Razón por la cual no podía darse ni tampoco imaginarse una situación parecida para esta cuarta visita consecutiva que tendrá el equipo.
La “ecuación” de Yllana
La “toma de decisiones importantes” apuntó a otras cuestiones. Desde su rol de entrenador, los cuatro días de doble turno fue su reacción para tratar de modificar el cuadro de situación. Y ante rumores o comentarios, los jugadores salieron a desmentir cualquier tipo de ruptura o enojo por esta situación. “Me pareció muy bien”, dijo Lago, cuando le consultaron la opinión ante la medida tomada.
Yllana ya reaccionó con el “sacudón” de cambiar más de medio equipo titular de un partido al otro. Fotos: Juan Manuel Baez.
La “ecuación” de Yllana para preparar el partido con Chicago, fue “más trabajo y menos cambios”. La única variante será el regreso de Talpone por la obligada salida de Alan Forneris, ya a punto de calzarse oficialmente la camiseta de Racing. Después, los mismos que hicieron esos aceptables 30 minutos iniciales bajo la lluvia en Turdera, que luego echaron por la borda con ese aluvión de Temperley que le proporcionó la chance de dar vuelta el partido que Colón estaba ganando. Y bien.
Yllana ya reaccionó con el “sacudón” de cambiar más de medio equipo titular de un partido al otro; y también quiso intensificar la semana de preparación con un hecho muy poco habitual en un plantel que está en plena competencia (cuatro días de doble turno de entrenamiento). ¿Qué queda ahora?, que el equipo empiece rápidamente a transitar por el camino de las victorias, no solo porque las necesita para recuperar terreno, sino para levantar la moral y para que la gente empiece a creer nuevamente en un equipo que no la está representando.
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