No jugó muchos partidos en Colón, apenas 26 y en varios años (llegó en el 72 y se fue en el 76). Pero es de esos casos que no vale tanto la cantidad, como la calidad. Uno menciona el nombre de Daniel Borgna y de inmediato surge el recuerdo perdurable de alguien que dejó su sello. Era "Danielito" para todos, porque llegó muy jovencito después de haber integrado un equipo de Atlético Gimnasia y Esgrima que daba que hablar por aquél entonces y que tenía nombres como los de Altamiranda, Ricardo Fernández Horacio Daniel Rojas Mirón Sánchez, Edgar Fernandez, "Kititi" Loyarte (luego se fue a Newell's y posteriormente terminó siendo ídolo en Nueva Chicago, conquistando al bravo barrio de Mataderos), Vivas, Borgna, "Cacho" Martínez, Eduardo Méndez, Pieroni, "Pirulo" Andrade, el enorme "Gringo" Zuliani (formador de muchas figuras en Colón), Utrera, López, "Colchón" Gómez y Mártire, entre otros, según el acertado dato -con memoria prodigiosa- que me acerca el querido amigo Hugo Trédici, seguidor implacable en aquéllos tiempos de grandes equipos en la Liga Santafesina.
Daniel Borgna falleció y el pueblo sabalero lo llora. Insisto en que es un caso hasta si se quiere extraño, porque no jugó muchos partidos y porque tuvo que lidiar en ese momento con grandes estrellas. A su llegada al club, brillaba la Chiva Di Meola (que en el 73 se fue a River con el Vasco Urriolabeitia), estaba José Luis Córdoba, Gustavo Ripke, Cococho Alvarez, Hugo Coscia y luego llegaron Carlos López, apareció Huguito Villarruel, el chaqueño Mazo, "Poroto" Saldaño y así podríamos mencionar nombres y más nombres de un prestigio y una calidad futbolística tremenda, con entrenadores de gran relevancia como el citado Urriolabeitia o el Gitano Juárez.
El 20 de agosto de 1972, Colón produjo una de las actuaciones más recordadas al vencer a Boca por 3 a 2 en la Bombonera. Fue una de las cuatro victorias en el historial que logró en ese mítico estadio y encumbrado rival. Esa tarde -lluviosa y con un partido que había sido postergado por la lluvia e iba a ser televisado- el Vasco lo puso a Cococho Alvarez de marcador central junto a Zuccarelli y a Trossero de marcador lateral izquierdo. La figura del partido, para El Litoral, fue José Luis Córdoba. Y Daniel Borgna, jugando de centrodelantero, marcó uno de los goles. Al día siguiente, El Litoral señaló que Enrique Omar Sívori, entrenador de la selección argentina, iba a convocar en el transcurso de la semana a Daniel Borgna para ser incorporado a la selección juvenil, que también estaba bajo su mando. Ese gol de Borgna fue uno de los más importantes, pero no el único. También le hizo goles a otros grandes, como San Lorenzo, Racing y Huracán, en ese mismo año.
No era un centrodelantero clásico (en esa época abundaban los que hoy se denominan "9" de área) ni tampoco un "10" en esos tiempos en los que la mayoría de los equipos jugaba 4-3-3. Hoy, Daniel Borgna sería un media punta, alguien que no debería verse acorralado por la marca a presión de los centrales rivales, obligado a jugar muchas veces de espaldas al arco o esperando algún centro desde los costados o algún rebote (los "reboteros" eran también moneda corriente en aquél momento), ni tampoco un volante obligado a funciones defensivas que lo lleven a gastar energías en otra cosa que no sea la de crear juego y tener resto para pisar el área de enfrente. Dinámico y encarador, como lo define Gustavo Ripke, compañero suyo en aquéllos primeros tiempos en Colón, tenía las condiciones de lo que hoy sería un jugador moderno. En definitiva, nada extraño. El fútbol ha sido siempre uno, podrán cambiar sistemas de juego, de entrenamiento y hasta características del profesionalismo de los jugadores y sus ganancias económicas, pero el buen jugador, el talentoso, tuvo siempre la misma genética, ayer, hoy y siempre. Y así era Daniel Borgna.
La despedida de Colón en redes sociales
Recuerdo como si fuese hoy que a principios del 72 estábamos de pretemporada en La Cumbre con Colón, cuando llegó con Edgar Fernández. Era un pibito, pero ya en las prácticas empezó a destacarse y al poco tiempo empezó a jugar. Siempre tengo presente cuando le ganamos a Boca y a él le hicieron un penal. Tenía una amistad muy grande con él.
Borgna era un jugador como ahora es Farías, muy parecido. Era habilidoso, gambeteador, encarador, con mucha dinámica. El fuerte de él era encarar con pelota dominada, desequilibraba en el mano a mano. En un fútbol tan metódico, los que desequilibran son los que gambetean, algo que lamentablemente no se hace o no se promueve en las divisiones formativas.
En ese momento, cuando él llegó, estaba la Chiva Di Meola. Fue una sorpresa, pero después vinieron otros jugadores que superaban el nivel de él. Cuando yo me lesiono, por ejemplo, vino Carlos López. Después llegó Saldaño. Había jugadores bárbaros en ese momento. Daniel era un tipazo, amigo de los amigos. Recuerdo que cuando jugaba tuvo una lesión muy grave, un desgarro tremendo y lo tuvieron que operar. No la pasó bien en ese momento. Lamentamos mucho la forma en que se fue. El no me dijo que lo iban a operar y fue Ramón Mántaras el que apareció en un grupo de whatsap que tenemos con otros ex jugadores, preguntando por la operación. Y allí llamé a la hija y me dijo lo que había ocurrido.
A Daniel lo recuerdo siempre con una sonrisa, nunca con problemas y si los tenía, no los manifestaba. "¿Qué hacés, Fiera?", era su pregunta de rigor, todos los días. Lamento mucho cómo se produjo esto, lo quería mucho, nos hablábamos seguido. Nunca lo olvidaremos.
(x) Ex jugador de Colón, compañero de Daniel Borgna.