“El equipo luchó y jugamos como pretendíamos y como planificamos. Hubo cinco minutos que el equipo no luchó y perdimos el partido. Después, volvimos a jugar como quisimos jugar el partido. Pero esos cinco minutos en los que el equipo no luchó, lo dejamos ir. La que viene será una semana importante para la toma de decisiones. Nada más que eso”.
Afuera, la llovizna y el frio obraban de cruel escenografía para la despedida de Colón de esta cancha de Temperley. Andrés Yllana se hizo esperar. No hubo charla a fondo con los jugadores, pero tampoco quiso hablar más de eso que dijo. No aceptó preguntas, se ubicó de espaldas a la puerta en un lugar ubicado debajo de una de las tribunas y cerca del vestuario visitante, dio media vuelta y se fue.
Tiró un “bombazo” Yllana. Si estas declaraciones las hubiese realizado en otro momento y no en medio de la apertura del libro de pases y cuando los dirigentes ya le trajeron tres de los cuatro jugadores que él pidió (y que llegaron con su absoluta responsabilidad), estaríamos elucubrando respecto de su continuidad. Seguramente, pensar en que la semana que viene – por la que se inicia – será “importante para la toma de decisiones” apunta a otra cosa y no a que tiene pensado irse. ¿A qué?, ¿a cambiar jugadores?, no nos olvidemos que para este partido cambió medio equipo. Hizo seis modificaciones y hasta a Gigliotti lo sacó. Y no fueron siete, porque no llegó a tiempo la habilitación de Cristian García. Si no, eran 7. ¿Y ahora? Quizás todavía le quede algún margen para seguir metiendo mano.
Andrés Yllana. Foto: El Litoral
La “falta de lucha” es algo preocupante. Y se nota que, sobre eso, Yllana hace mucho hincapié. Conocedor de la categoría, sabe que es un elemento que no se debe resignar jamás. Además, hay que jugar bien al fútbol. Y la verdad – sé que es algo que no le sirve al hincha porque el equipo perdió -, Colón jugó bien la primera media hora. Posiblemente le haya faltado ser más inteligente, no retroceder y manejar la pelota sin resignar capacidad de ataque. Pero lo que realmente preocupa es que en un abrir y cerrar de ojos le den vuelta el partido. Y que el segundo gol se lo convierta, de pelota quieta, un jugador que apareció en el corazón del área, sin marcas y sin altura como para inquietar, metiendo el cabezazo que dejó parado a Marcos Díaz.
¿Qué habrá querido decir Yllana con esa “toma de decisiones” que hará en la semana?, ¿tendrá la profundidad que uno quiere darle?, ¿la habrá dicho como una frase de ocasión, porque así le salió?, ¿encerrará algo contundente? Insisto: el cimbronazo al tablero, Yllana lo dio para este partido con Temperley. No es común que se vean 6 cambios (pudieron ser 7) de un partido al otro. Luego de Morón, el técnico fue más elogioso que crítico hacia el trabajo de su equipo. Está claro que lo dijo en caliente, ante la prensa, de la boca para afuera. De puertas del vestuario para adentro, se nota que lo que no faltó fue un “lavado de cabeza”. Y obró en consecuencia: cambió más de medio equipo.
Lluviosa tarde de fútbol entre Temperley y Colón. Crédito: El Litoral
¿Entonces?, quizás la decisión sea puntual y pase por algunos jugadores en los que no nota reacción positiva. La otra posibilidad es apuntar hacia el lado de la dirigencia. Por ejemplo: 1) activar el tema Forneris y su posibilidad de irse a Racing (que naturalmente, al jugador lo puede estar afectando); 2) la llegada de la cuarta incorporación; 3) la habilitación de García (se supone que llegaría esta semana que se inicia); 4) la chance de una quinta incorporación (en el caso de la venta de Forneris), para lo que Colón tendrá tiempo hasta una semana después del cierre del libro de pases de Primera, que es el 10 de julio (o sea, tendría tiempo hasta el 17 del mes que viene).
Mientras tanto, Yllana lleva 7 partidos dirigidos, de los cuáles pudo ganarle a Talleres de Remedios de Escalada y el CADU (los dos peores equipos de la zona) por la mínima diferencia, empató con Estudiantes de Buenos y perdió 4 partidos. El equipo está décimotercero, ahora tiene que volver a jugar de visitante (el lunes de la semana que viene ante Nueva Chicago) e Yllana es el primero en saber que la lucha por pelear el puesto de arriba (el que otorga un lugar para la disputa de la final por el primer ascenso como él mismo lo consiguió el año pasado con Aldosivi) es una quimera que sólo es posible desde lo matemática, pero no desde la realidad. “Vamos a entrar en el octogonal”, dijo la semana pasada, luego de Deportivo Morón. Hoy no entra, está lejos y la cosecha de derrotas se está haciendo significativa y preocupante.
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