Ese clima de expectativa y euforia que había en las tribunas, no se correspondía con lo que pasaba en el campo de juego. Lejos de asumir protagonismo, Racing se vio sorpresivamente superado en el arranque por un Unión muy bien parado, audaz y que impuso autoridad desde el arranque. Y así, no extrañó que el golazo de Mosqueira (violento remate desde 28 metros que hizo estéril la volada de Gabriel Arias) le pusiera aún más sorpresa a ese arranque del partido. El plan ofensivo (en nombres) de Gustavo Costas no hacía pie. Y Unión se hacía dueño de la pelota, jugaba cerca del área rival, tenía más seguridad y convicción. Pero lo mejor de todo, lograba llegar al gol, algo que le había costado “horrores” en el torneo pasado y que le permitía, apenas en 12 minutos de juego, ponerse arriba en el marcador.
Vera jugaba más contenido que Bruno Pittón, pero la vez que el lateral por derecha se animó a dejar de lado la férrea marcación sobre Carbonero para proyectarse al ataque, metió un centro perfecto para el cabezazo de Bruno Pittón que se fue apenas afuera. De un lateral al otro lateral, prueba elocuente y explicativa de esa intención muy clara de Unión de seguir atacando, más allá de la tempranera ventaja parcial.
Siempre dio Unión la impresión de ser más que Racing. Siempre, en ese primer tiempo. Racing apenas arrimó algo de peligro cuando se animó Carbonero. El resto aportó poco. Pero también se encontró con una respuesta defensiva correcta de Unión, que redondeó un más que aceptable primer tiempo y se fue a los vestuarios con una victoria parcial que justificó claramente.
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Como Quintero y Jonathan Gómez aportaron poco, Racing no tuvo juego en el medio. Y en ese sector, Unión mostró orden y despliegue. Vera y Bruno Pittón avanzaron sobre los laterales, sobre todo este último, cuando el equipo tuvo la pelota. Y se metieron en la línea de cinco cuando Racing se adelantaba. No hubo demasiadas grietas. Quizás algo complicó Miranda por la derecha. Pero no lo suficiente para que se convierta en algo alarmante. Y si en alguna ocasión consiguieron meterse con ciertas chances adentro del área, la resolución no fue buena. Y así, Unión pasó un primer tiempo sin zozobras ni angustias.
Metió mano Costas en el equipo con los ingresos de Rubio y de Quirós. Por momentos paró línea de tres y quiso asumir ese protagonismo buscado pero no concretado en el primer tiempo. Unión siguió en la misma tesitura de capitalizar espacios con ese adelantamiento del rival y estuvo muy cerca en el mismo inicio del segundo tiempo con un centro de Gamba que Luna Diale cacheteó en forma desviada desde una posición privilegiada.
Una circunstancia no deseada se produjo sobre el cuarto de hora, cuando pidió el cambio Torrén (de buen partido) e ingresó Pardo, en tanto que el Kily le dio aire al mediocampo con la entrada de Roldán en lugar de Mauro Pittón. En ese momento reaccionó Racing, dormido hasta ese momento. El empuje de Gabriel Rojas por izquierda y el aliento de la gente hizo que el partido se inclinara hacia el arco de Campisi. El mismo Rojas y luego Conti, con un cabezazo desviado, tuvieron situaciones muy claras que fueron desperdiciadas por centímetros.
Mirá tambiénUnión sorprendió a Racing y se quedó con la victoriaEl partido se abrió, pero sin grandes peligros para los arqueros. Unión jamás dejó de intentar la búsqueda del arco rival. Los cambios del Kily lo denunciaron: cuando tuvo que sacar a Bruno Pittón y a Morales, puso a Del Blanco y a Orsini para no dejar de atacar. Y casi siempre con una firmeza defensiva que lo hizo confiable, con un muy buen segundo tiempo de Paz, impasable para Carbonero y fiel defensor de las espaldas de Vera.
Faltaba un poco más de claridad en el último pase. Luna Diale se sacaba bien la marca de encima, pero no tenía luego la conexión adecuada con Gamba y Orsini, los dos puntas que habían quedado en la parte final del partido. Sólo lo estrecho del resultado le daba alguna chance de empate a Racing, porque el equipo de Costas no tenía ideas, claridad y, mucho menos, profundidad.
Así se llegó al final, con Unión volcado arriba y sin aparentes sufrimientos (el VAR mantuvo en vilo, en el descuento, por una jugada en la que Lamolina entendió que no pasó nada en el área de Unión). La victoria no se discute. Se gestó con un golazo y se justificó con superioridad sobre un rival que se armó para pelear el campeonato, pero que terminó defraudando, más allá de un gol anulado por clara posición adelantada en el final.
Unión jugó con autoridad, confianza y orden. Tuvo pasajes en donde pudo darle un golpe de nocaut a Racing y no se discute una victoria merecida. Jamás se metió atrás ni tampoco el rival lo consiguió, más allá de algún apuro que sufrió en el final del partido y de esa jugada que despertó alguna duda, pero que Lamolina resolvió favorablemente para el equipo que más hizo para ganar
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