Por Enrique Cruz (h)
(Enviado Especial a Corrientes)
Con siete goles, es el máximo artillero del equipo. El domingo, Alí lo puso en una función que no desconoce: la de doble 5. Matías Donnet, más allá de su juventud, es el aporte de experiencia que tiene Unión. De aquél que fue campeón del mundo y que compartió un plantel que hoy Boca añora, con Tévez, el Pato Abbondanzieri en sus mejores tiempos, el Flaco Schiavi, Cagna, Battaglia e Iarley, entre otros, a éste que se puso otra vez la camiseta del club de sus amores y que desea un logro con Unión tanto como debe haberse ilusionado con aquélla conquista mundial en tierras japonesas con la azul y oro.
En la insoportable tarde correntina, Matías hizo explotar en un solo grito a las decenas de tatengues que había en el desvencijado estadio de Huracán Corrientes.
—¿Agobiado?
—No son excusas, pero no se puede jugar en el norte del país a esta hora. Para ellos es ventaja, no tengo dudas. Pero si uno piensa en el espectáculo y en la salud del jugador, resulta muy difícil aceptar que se juegue con semejante temperatura en este horario casi de la siesta.
—¿Qué opinás de Giannini, el árbitro?
—Mirá, no quiero hablar del tema... Veo que estamos jugando contra ciertas cosas pero no vamos a solucionar nada hablando ni peleando adentro de la cancha, porque lo que lograremos es que nos saquen tarjetas y más tarjetas. Los arbitrajes te condicionan y a mí, particularmente, me molesta porque te hablan como quieren.
—¿Faltando el respeto?
—Hay árbitros que son respetuosos y otros que no. Te condicionan con tarjetas cuando son los que, en realidad, debieran calmar al jugador. Yo no quiero hablar de esto porque conseguimos un punto valioso y eso es lo que vale.
—¿Estás en desacuerdo con las expulsiones de Maidana y el Coqui Torres?
—No sé si están mal sacadas. En la primera, el Gringo va de costado y no de frente, pero vos ves que las intenciones para un lado y para el otro son distintas. Hubo una jugada del 10 de ellos que fue igual a la de Maidana y hasta la de Torres, y le cobró mano, o sea que ni siquiera vio foul.
—Zurbriggen dijo que fue un planchazo...
—Y bueno... Fue así.
—¿Tiene valor el punto?
—Me parece que el primer tiempo se jugó mucho al pelotazo, tanto de parte de ellos como de nosotros. No fue tan claro el partido. Ellos no tuvieron muchas situaciones con pelota en movimiento, pero atacaron con muchos centros y pelotas quietas. Ellos se encontraron con el gol, las dos expulsiones, luego vino el segundo gol y pensé en ese momento que si no parábamos, nos metían cuatro o cinco goles.
—¿Te favorece esa posición central en la cancha, más cerca del área rival y de los delanteros?
—No se jugó tanto al fútbol porque la cancha no lo permitía, tiramos muchos pelotazos y no pude tener tanto contacto con la pelota. Nos vamos tranquilos con todo lo que hicimos y es lindo terminar un partido así, empatándolo cuando muchos nos dábamos por muertos.
—Casi metés un gol con el partido 2-0, ¿no?
—Me dio el sol de frente y tuve la pelota encima. Ví que la pelota pasaba, luego de mi cabezazo, que el arquero no llegaba, que el balón no entraba ni nadie la iba a tocar en el segundo palo. Pero bueno, el empate nos vino muy bien, hicimos en ofensiva un trabajo muy bueno cuando contragolpeamos y merecimos empatar.
—¿Cuál es el camino?, ¿jugar con la actitud del primer tiempo con Belgrano y el segundo tiempo en Corrientes?
—El primer tiempo de Belgrano fue muy bueno, después nos quedamos y nos dieron vuelta el partido. Jugando de esa manera y aguantando un ritmo similar en los 90 minutos, estamos para pelear. La sensación del partido en Corrientes. Yo sé que el punto es muy poco, porque vinimos a llevarnos los tres, pero nos vamos alegres.
—¿Y el LCD?
—Ja, ja... Era por este partido, había que ganarlo. Uno no sale a jugar a la cancha por un LCD, pero es una incentivación que utilizó Nery, en este caso, pero no pudimos complacerlo y adjudicarnos el aparato... Está lindo el incentivo, pero te aclaro que nosotros salimos a ganar siempre, más allá de que haya o no un LCD de premio.






