(Enviado Especial a Buenos Aires)

Passet, reconocido, y Acosta, un ídolo, estuvieron en una tarde plena de calor y pasión popular en el Bajo Flores. Populares agotadas desde el viernes y un clima espectacular. Dolor por la muerte del “Negro” Cañete, que jugó en Unión a finales de los 60 y principios de los 70.

(Enviado Especial a Buenos Aires)
Con populares agotadas desde el viernes y plateas con un excelente marco, el Nuevo Gasómetro mostró un marco multitudinario en una tarde muy cálida en Buenos Aires, con el cielo amenazante a medida que fueron transcurriendo las horas. No fue de extrañar el marco teniendo en cuenta la expectativa que ha despertado la campaña del equipo de Insúa, que sin dudas le ha cambiado la cara a San Lorenzo desde el momento en que llegó al club para dirigirlo.
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A último momento se supo del ingreso de Gerometta entre los titulares, en lugar de Federico Vera. Ya durante la semana se especuló con la otra variante, la de Esquivel por Luna Diale con el cambio de esquema. Munúa arrancó con un 4-3-3 en este torneo, cambió a un 4-2-3-1 y ahora, con la entrada de Esquivel, modificó a cinco defensores, aunque con mucha flexibilidad.
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Con mucho dolor nos enteramos de la noticia del fallecimiento de Alfredo Joaquín Cañete, volante ofensivo (luego devenido a marcador central) que jugó en Unión entre el 68 y el 70. El “Negro” Cañete integró el plantel junto a futbolistas de la jerarquía de Garzón, Sanseverino, Juan Miño, el Patón Rossi, Juan Carlos Delbianco, el Torito Zuviría, Larguirucho Martínez, Artucio, el Loco Mendoza, Escalante, el Negro Fredes, Toyé, Pulcini y Héctor Scotta, entre muchos otros. Jugó en Primera División, cuando Unión tenía equipos integrados en su gran mayoría por jugadores que habían surgido de sus inferiores o de clubes de la zona.
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Un “habitué” en el Nuevo Gasómetro es el Beto Acosta, que estuvo presente para ver a los dos equipos de sus amores. Unión fue el club que lo vio nacer futbolísticamente y en San Lorenzo alcanzó el mote de ídolo y se convirtió en uno de los futbolistas más queridos de su riquísima historia. Es el sexto goleador y fue integrante de los equipos que consiguieron la Copa Mercosur en 2001 y la Sudamericana en 2002. En San Lorenzo jugó 270 partidos y marcó 124 goles.
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También fue homenajeado otro nombre en común de ambos clubes: Oscar Passet, que llegó a la cancha de San Lorenzo acompañado por su amigo el “Monito” Ulla. Al igual que el Beto, el Flaco se inició en Unión, tuvo la desdicha de irse al descenso en 1988 pero allí fue transferido a River y luego llegó a San Lorenzo, donde fue el arquero de la postergada consagración de 1995 de la mano del Bambino Veira. Tanto el Beto Acosta como Passet fueron integrantes del equipo de Unión que jugó el Proyección 86 y se clasificó subcampeón, cayendo 2 a 1 en la final ante River, ante más de 40.000 personas en cancha de Vélez. En River jugaban, entre otros, Pipo Gorosito, Troglio y Caniggia. “Ese Proyección fue una locura para todos los pibes, era una banda hermosa y vivimos un torneo espectacular. La cancha de Vélez estaba llena todo el tiempo y hasta el día de hoy se sigue recordando. Pensar que Pipo, que es un gran amigo, fue luego mi gran socio en el fútbol. Ese equipo, con Sauco y Violi a la cabeza, nos marcó a todos nosotros. A mí, a Lerman, a Passet, a Dalla Costa, a Grillo, a Catinot, a Marcelo López y todos esos pibes de aquél entonces”, fue el recuerdo del Beto.
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El golazo que marcó Paulo Rosales en el arco a cuya espalda se ubica el sector más popular de la hinchada de San Lorenzo, en la temporada 2011-2012, fue un recuerdo que se prolongó a través del tiempo por ser el último antecedente de victoria de Unión en el Pedro Bidegain. A Unión lo dirigía Kudelka y fue el torneo posterior al ascenso a Primera, cuando el Tate logró sumar 50 puntos y no tuvo problemas en mantener la categoría.
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Una postura muy crítica tomó Glorioso ’89 a través de su principal referente, Carlos Ghisolfo, con una serie de cuestionamientos que recorren los tres aspectos clave del club: el institucional, el económico y el futbolístico. En el comunicado emitido, se hizo mucho hincapié en obras a medio terminar. “No puede ser que hace 11 años se haya anunciado la construcción de la platea alta sur y que ese sector todavía no esté terminado. Quisiera saber si Spahn, que construye edificios, va a estar tanto tiempo para terminarlos. Es una falta de respeto hacia los socios y palquistas que no han recibido las comodidades prometidas y por las que han aportado al club”, señaló Ghisolfo, además de volver sobre el remanido tema de la deuda que el club tiene con el presidente, la falta de la documentación respaldatoria y una asamblea que debe realizarse lo más pronto que se pueda para la aprobación de la Memoria y Balance, luego del fallido acto del año pasado. Se dice que la convocatoria está prevista para el mes que viene.
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Una hora y media antes del inicio del partido arribó la delegación de Unión al estadio. De inmediato se cumplió con el ritual: pisar el campo de juego para observar su estado y empezar a “tantear” el ambiente. El primero en ingresar, con camisa celeste y pantalón oscuro, fue el técnico de Unión, Gustavo Munúa. De todos modos, a esa hora no había prácticamente público en el estadio. La gente llegó más tarde para no soportar desde tan temprano el intenso calor. Entre los dirigentes de Unión presentes, se pudo ver a Marcelo Piazza, Rafael Pérez Del Viso, Tito Mernes y Guillermo Juri, entre otros.
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“Esto es una cuestión de ánimo, acá sólo falta ganar. Yo al club lo veo ordenado. La situación del técnico, si uno mira los números, es preocupante, pero si se vé el trabajo que realiza, la cosa es distinta y la opinión cambia. Tiene la banca de la comisión directiva”, señaló el vicepresidente rojiblanco Rafael Pérez Del Viso antes del partido. Luis Spahn, el presidente tatengue, no estuvo en el Nuevo Gasómetro.
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También es una costumbre que el primero de los protagonistas en ingresar a hacer los movimientos precompetitivos, sea Santiago Mele. Unos 55 minutos antes del inicio del partido, entró Mele junto a los otros dos arqueros que trajo Munúa (Sebastián Moyano y Diego González) para iniciar el trabajo previo bajo las órdenes de Rodrigo Llinas. Unos minutos después entró el resto del plantel de Unión.
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Tampoco podía faltar la presencia de la secretaría técnica de Unión. Roberto Battión y Esteban Amut se dieron cita en el Nuevo Gasómetro para observar el encuentro.