Monitoreo y enzimas para prevenir obstrucciones en 45 puntos críticos de la red cloacal de la ciudad
Se duplicó en 10 años la cantidad de bocas de acceso revisadas por Assa una vez al mes. En época invernal los inconvenientes se acrecientan porque la grasa solidifica. Recuerdan recomendaciones a seguir en los hogares para hacer prevención.
Vista aérea de la estación elevadora cloacal N° 1 en Guadalupe. Crédito: Gentileza Assa
Ante los reclamos de vecinos por obstrucciones en la red cloacal -que aumentan durante el invierno-, desde Aguas Santafesinas (Assa) informaron a El Litoral que en esta época se refuerza el monitoreo y la colocación de enzimas en el sistema para evitar taponamientos. Se trata de una estrategia que se sostiene desde hace casi una década y que hoy alcanza 45 puntos críticos, sobre todo en el macrocentro santafesino.
"Se empezó como una experiencia piloto con menos de la mitad de puntos, y al ver su eficacia, el trabajo se sostuvo y amplió", explicó Germán Nessier, vocero de la empresa. Los packs de enzimas se colocan una vez por mes en bocas de registro estratégicas para degradar los excesos de grasa, que en invierno tienden a solidificarse por las bajas temperaturas.
"El sistema cloacal de la ciudad de Santa Fe es el más complejo de la provincia", aseguró Nessier. La razón está en las características de su topografía: la ciudad necesita 32 estaciones elevadoras para operar una red cloacal de 680 kilómetros, que atiende a unas 70.000 conexiones domiciliarias.
Según el vocero de Assa, los problemas de obstrucción se agravan durante el invierno, por un cambio en los hábitos alimenticios: "Recrudece la presencia de grasa en la red. Y esta, con la baja temperatura, solidifica. Eso genera más obstrucciones. Como las cloacas funcionan por pendiente, si se tapa un tramo, toda la cuenca cercana empieza a tener problemas".
El trabajo de mantenimiento incluye entre 45 y 50 intervenciones diarias en dos turnos, con camiones especiales que hacen limpieza a presión y succión de residuos sólidos. Este tipo de tareas ya se realizaron recientemente en barrios como Los Hornos, El Pozo, Candioti y el Puerto, según informó.
Colocan enzimas para disolver la grasa en puntos específicos de la ciudad. Crédito: Gentileza Assa
Buenas prácticas domiciliarias
Además del esfuerzo técnico, desde la empresa insisten en la importancia del buen uso domiciliario del servicio. "En el imaginario colectivo, la cloaca es un agujero negro donde todo lo que se tira desaparece; y no es así", advirtió Nessier. "Solo se deben verter líquidos provenientes del baño, la cocina y el lavadero. Jamás algodones, apósitos, trapos, pañales, juguetes, maderas, aceites usados o alimentos".
En esa línea, Assa recuerda algunas recomendaciones básicas para prevenir obstrucciones: no tirar residuos sólidos por las cañerías (antes de lavar, limpiar en seco vajilla y utensilios); no volcar aceites ni grasas por la red cloacal; no barrer ni baldear basura hacia las rejillas del piso; separar correctamente las aguas pluviales de las residuales en la instalación domiciliaria.
El mal uso del sistema, como el vertido de aceites, residuos sólidos, sustancias tóxicas o el mal estado de las instalaciones internas, provoca obstrucciones, desbordes, olores desagradables e incluso hundimientos. En particular, los aceites vegetales usados (AVUs) representan un riesgo importante, ya que un solo litro puede contaminar hasta un millón de litros de agua. Por eso se insiste en la necesidad de evitar su descarga y en la correcta ventilación de las instalaciones domiciliarias.
Tareas de video inspección en la red cloacal. Crédito: Gentileza Assa
Establecimientos gastronómicos e industrias
En tanto, los usuarios industriales, como locales gastronómicos o lavaderos, además del efluente sanitario generan desechos que requieren un tratamiento previo antes de ser incorporados al sistema cloacal. En estos casos, se exige la instalación de dispositivos de retención de grasas y el cumplimiento de parámetros estrictos para poder descargar efluentes.
"Existe un manual de buenas prácticas ambientales que puede descargarse y que forma parte de la normativa", indicó Nessier. Deben cumplir con los límites establecidos por la normativa vigente (Ley 11.220 y su decreto reglamentario) y Assa puede denegar o interrumpir el servicio si el vertido no cumple con los parámetros de calidad o si compromete la capacidad hidráulica del sistema.
Hay un trámite formal para solicitar el permiso de descarga de efluentes industriales, y su aprobación está sujeta a la evaluación técnica del efluente y la infraestructura disponible. En zonas con alta densidad de establecimientos gastronómicos se elaboraron especificaciones especiales, con dispositivos obligatorios de tratamiento, buenas prácticas y prohibiciones específicas como la descarga de aceites vegetales usados, para minimizar los daños en la red cloacal.
Assa difundió estas normativas y guías de buenas prácticas ambientales entre organismos de control (como la Assal) y municipios, destacando también un listado de sustancias que bajo ninguna circunstancia pueden ser vertidas en la red cloacal. Estas incluyen elementos corrosivos, inflamables, explosivos o sólidos que puedan dañar o bloquear el sistema.
Mantenimiento del sistema. Crédito: Gentileza Assa
Por reclamos
Ante cualquier inconveniente con el servicio de cloacas, es imprescindible realizar el reclamo. Puede hacerse por WhatsApp al 0341-6950008, por teléfono al 0810-777-2000 o en la oficina virtual (www.aguassantafesinas.com.ar).
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