Ataques de perros peligrosos: por qué fallan las regulaciones en Santa Fe

Aunque la ciudad de Santa Fe cuenta desde hace años con una Ordenanza que regula la tenencia de perros potencialmente peligrosos, los ataques de este tipo de animales continúan ocurriendo, tanto en la capital provincial como en localidades vecinas que integran el área metropolitana. El reciente caso de dos mujeres gravemente heridas tras ser atacadas por un pitbull en Santo Tomé volvió a encender las alarmas sobre los vacíos entre la legislación vigente y su efectiva aplicación.

La ordenanza N.º 11.180, sancionada en 2005, establece la obligatoriedad de registrar a determinadas razas de perros consideradas peligrosas —como el pitbull, el rottweiler y el dogo argentino, entre otras— y exige condiciones específicas para su tenencia. Entre ellas, el uso de correa corta y bozal en la vía pública, la presencia de un adulto al momento de circular, cercos adecuados en domicilios particulares, carteles de advertencia y el cumplimiento del calendario de vacunación. Sin embargo, la realidad muestra que estas medidas no siempre se cumplen.

Uno de los principales problemas es la escasa fiscalización. Aunque existe un registro en el Instituto Municipal de Salud Animal (Imusa) y campañas de concientización, en la práctica las inspecciones suelen realizarse solo a partir de denuncias puntuales o tras un hecho consumado. Según estimaciones oficiales, hay unos 600 perros inscriptos en el registro, pero se presume que la cantidad real de ejemplares potencialmente peligrosos es muy superior.

“Quienes tienen un perro de raza potencialmente peligrosa pueden inscribirlo en el Imusa o a través de la página web municipal, y solicitar asistencia para hacerlo a través de WhatsApp o mediante la línea de Atención Ciudadana 0800 777 5000”, dijo Pablo Ortiz, a cargo del Imusa. Y aclaró que “no necesariamente tiene que ser de alguna raza en particular, porque puede ser un mestizo que te mastique toda la mano”.

Hay que registrarlo

“El registro implica que esa persona se hace tutor responsable de ese animal, asume que tiene un animal potencialmente peligroso”, recalcó Ortiz. “De ahí en más se tiene que hacer responsable del mismo”. Luego aclaró que “en la vía pública no debe circular ningún perro suelto o sin bozal, mientras que los paseadores sólo pueden circular con hasta tres perros”.

También mencionó Ortiz que cualquier vecino puede denunciar la presencia de un perro de raza potencialmente peligrosa que habite en su barrio. Lo debe hacer mediante la línea de Atención Ciudadana.

Sin embargo muchos dueños desconocen sus responsabilidades o eligen evadirlas. En casos documentados, los animales agresores no estaban registrados ni cumplían con las normas de seguridad previstas. La falta de control domiciliario también representa un riesgo: si bien el Estado puede actuar en el espacio público, no existen mecanismos eficaces para supervisar cómo se crían y resguardan estos animales dentro de las casas.

Ataque de un pitbull

El ataque ocurrido este domingo en la ciudad vecina de Santo Tomé es un claro ejemplo de esta problemática. “Un pitbull atacó a dos hermanas y las dejó al borde de la muerte”, tituló Danilo Chiapello la crónica del suceso en El Litoral. Las víctimas fueron identificadas como Ana D., de 44 años; y María D., de 56 años. Ambas quedaron internadas en grave estado, y su pronóstico era de carácter reservado. Una tercera hermana, María Elena, que tiene una condición de discapacidad, fue resguardada por otra familiar. El ataque ocurrió dentro de una vivienda particular ubicada en calle Hipólito Yrigoyen al 2600. El animal pertenece a Franco P., un joven de 27 años, quien quedó detenido. La policía debió matar de un disparo al animal en el lugar.

En el hospital José M. Cullen no tienen registros precisos de atención de pacientes en la Guardia por ataques de perros. “Las lesiones importantes, como ocurrió en el caso de estas dos mujeres este domingo en Santo Tomé, no son frecuentes, pero las atenciones en la Guardia del hospital por mordeduras de perros en general, sí”, dijo Bruno Moroni, al frente del Hospital José M. Cullen, quien este lunes había dado la indicación de intentar deducir del registro de Guardia la cantidad de casos ocurridos en el último tiempo.

Este caso del domingo en Santo Tomé tiene un antecedente fatal ocurrido en marzo pasado en la misma ciudad. Patricia De Vinne, de 40 años, fue atacada por tres perros pitbull dentro de su vivienda del barrio El Chaparral. La mujer fue encontrada gravemente herida y falleció horas después en el hospital. No se informó si los animales estaban registrados ni si el domicilio contaba con las medidas de seguridad correspondientes.

Al igual que en Santa Fe, en Santo Tomé la tenencia de perros peligrosos está regulada por la Ordenanza Nº 3654/24, que establece un programa de tenencia responsable y bienestar animal. Esta normativa que se puso en vigencia recientemente busca promover el respeto y cuidado de los animales de compañía, incluyendo la obligatoriedad de ciertas medidas de seguridad para perros potencialmente peligrosos. “Tenemos muy pocos animales registrados, esperamos que con el tiempo la gente se acerque a inscribir a sus animales”, indicaron desde el registro.

Ante el incumplimiento de las obligaciones del Programa de Tenencia Responsable, para realizar una consulta, recibir asesoramiento o denunciar situaciones que infrinjan la ordenanza (como falta de alimentación adecuada, condiciones de higiene deficientes, alojamiento inadecuado, entre otros), hay que comunicarse al 3425459312.

Expertos en comportamiento animal sostienen que, más allá de la raza, la agresividad puede estar influida por factores como la genética, la socialización deficiente, el miedo o el estrés. Pero cuando se trata de razas de presa, esos comportamientos pueden volverse letales si no se combinan con una tenencia estrictamente responsable.

Antecedentes en rojo

Entre 2022 y 2024 se registraron al menos 13 ataques graves de perros en Santa Fe y alrededores, once de los cuales fueron protagonizados por pitbulls. En algunos casos, las víctimas fueron niños y hubo consecuencias fatales. Estos episodios revelan que la normativa, aunque necesaria, resulta insuficiente si no hay controles sistemáticos ni una verdadera toma de conciencia por parte de los propietarios.

En este contexto, se discute a nivel provincial un proyecto de ley que busca unificar criterios en todo el territorio santafesino. La iniciativa incluye la instalación obligatoria de microchips, la contratación de seguros de responsabilidad civil, un registro centralizado y la capacitación obligatoria para los dueños. Pero aún está en debate legislativo.

En la vecina provincia de Córdoba quieren prohibir por ley la tenencia de perros potencialmente peligrosos. El proyecto también impide la cría, reproducción y su comercialización. De transformarse en norma, quienes ya poseen estos animales deberán cumplir severos requisitos de seguridad.

Mientras tanto, la convivencia con perros potencialmente peligrosos sigue siendo una preocupación latente. La clave, coinciden especialistas y funcionarios, está en reforzar la fiscalización, promover la educación sobre tenencia responsable y garantizar que quien decide tener un animal con capacidad de causar daño asuma también el compromiso de prevenirlo. Porque cuando esa cadena se rompe, el resultado puede ser trágico.