Falta de mantenimiento: persisten calles con agua y basura acumulada en Colastiné Norte
Vecinos de Colastiné Norte denuncian que las calles siguen con agua y basura acumulada. Afirman que los trabajos de mantenimiento no resolvieron los problemas de drenaje ni de limpieza.
En las calles más bajas de Colastiné Norte el agua sigue acumulada.
Colastiné Norte continúa mostrando los efectos de un mantenimiento incompleto. A pesar de los recientes trabajos municipales, las calles permanecen con agua estancada y montículos de basura se acumulan en veredas y esquinas. En varios sectores, los residuos se mezclan con el barro y forman un panorama que se repite cada vez que el clima pone a prueba la infraestructura del barrio.
El agua quedó atrapada en las calles bajas, donde el zanjeo fue parcial y los cruces de desagües no se completaron. En esos puntos, el tránsito se vuelve difícil y los vehículos deben esquivar charcos profundos que no se disipan. Las cunetas, además, muestran obstrucciones por restos de ramas y tierra acumulada, lo que impide el drenaje natural.
Acumulación de residuos
A la persistencia del agua se suma la falta de recolección regular de residuos. En distintas esquinas del barrio, se observan pilas de ramas, bolsas rotas y desechos domésticos que no fueron retirados. Los montículos de basura se extendieron sobre los márgenes de las calles y se transformaron en focos de contaminación y mal olor.
En Colastiné Norte el agua sigue acumulada y las calles intransitables.
El problema no solo es estético. En sectores más bajos, el agua y los residuos forman un caldo propicio para la proliferación de insectos y el deterioro del entorno. Las lluvias recientes dejaron expuesta la falta de limpieza sistemática y de mantenimiento de los drenajes pluviales. Sin un saneamiento adecuado, la acumulación de desechos termina agravando los anegamientos y deteriorando las calles.
En las esquinas se observan residuos y ramas sin retirar.
Obras a mitad de camino
Aunque se realizaron trabajos de zanjeo y corte de pasto en algunos tramos, las tareas no alcanzaron a toda la zona afectada. Las calles más bajas, especialmente las que conectan con la ruta y los accesos laterales, continúan con agua y barro. La situación evidencia que los trabajos, si bien necesarios, fueron insuficientes para resolver los problemas de fondo.
Las calles de arena se deforman fácilmente con el tránsito y la humedad, generando huellas profundas y charcos permanentes. En los bordes, los residuos verdes acumulados —ramas, hojas y restos de poda— impiden el escurrimiento del agua y terminan obstruyendo los cruces pluviales.
El panorama se repite en cada lluviosa jornada: agua que no escurre,
El panorama se repite en cada lluviosa jornada: agua que no escurre, basura que no se recoge y calles que vuelven intransitables. Colastiné Norte, un barrio que crece año a año, sigue dependiendo de intervenciones parciales que no logran revertir su deterioro.
En la zona costera, donde la combinación de suelos arenosos y pendientes bajas requiere obras de drenaje precisas, la falta de planificación agrava los efectos del abandono. La recolección irregular de residuos y la escasa limpieza de desagües se convirtieron en parte del paisaje cotidiano.