El tren pasara la Navidad tumbado en Santa Fe: esperan retirarlo el fin de semana
La formación del Belgrano Cargas volcó el sábado en el cruce de Vélez Sarsfield y Gorostiaga y todavía permanece junto a las viviendas. Vecinos todavía no tienen una fecha clara de cuándo se los llevan. Los trabajadores avanzan con el recambio de durmientes, a la espera una grúa de gran porte para completar la remoción.
Despertaron y estaba ahí: algunos vecinos presenciaron el descarrilamiento en primera persona. Crédito: Flavio Raina.
La postal no cambió demasiado, pero sí el movimiento. Pasada la sorpresa por el descarrilamiento, ahora el barrio convive con operarios y maquinarias que desde hace días trabajan para reparar inconvenientes causados por el tren que volcó en la ciudad de Santa Fe, a la altura de Villa Setúbal.
A cuatro días del suceso en el cruce de Vélez Sarsfield y Gorostiaga, en Villa Setúbal, la formación del Belgrano Cargas todavía continúa tumbada frente a viviendas particulares. Y llegado el miércoles 24 de diciembre, allí pasará Nochebuena y Navidad.
El episodio ocurrió durante los últimos minutos del último sábado, cuando unos 70 vagones cargados con cereal que habían partido desde Laguna Paiva con destino a Sauce Viejo descarriló y dejó cinco vagones fuera de la vía, cuatro de ellos volcados sobre la traza ferroviaria. Los operarios trabajaron los primeros días de la semana y esperan maquinaria específica para retirar los vagones antes de fin de año el próximo miércoles.
“Esto lo vi cuando ya había ocurrido, cuando estaba todo esto caído”, contó a El Litoral César, un vecino que vive justo enfrente del lugar donde quedó la escena. “Fue el sábado a la noche… y bueno, estamos con esta historia. Pero han trabajado acá estos días. Están trabajando los muchachos que saben”, resumió, con mezcla de resignación por lo ocurrido y alivio sabiendo que podría haber sido peor.
Sorpresa en la puerta
César tiene 79 años y hace muchos años vive en la zona. Cuando el domingo abrió la puerta de su casa se encontró con una escena impensada: vagones tumbados a tan solo metros, con personas trabajando y curiosos sacando fotos. Su reacción, dijo, fue de "sorpresa. Hace 50 años que tenemos la casa acá y nunca había ocurrido una cosa así, un descarrilamiento de este tipo”, contó.
El relato de César puso en discusión cómo fue el descarrilamiento, ya que asegura no haber escuchado un estruendo, quizás debido a la tormenta de gran magnitud que tuvo lugar durante el sábado. “Para mí que esto ha sido como un desplazamiento de la vía para este lado, porque el ruido que todos preguntan no fue tanto”, relató.
Afortunadamente, no hubo personas lesionadas ni daños en viviendas linderas, un dato que llevó alivio inmediato. “Por suerte no nos afectó tanto, porque no pasó nada grave”, sostuvo César consultado por inconvenientes en su vida diaria ante este hecho.
Vecinos y transeúntes casuales tomaron registros motivados por la curiosidad. Crédito: Flavio Raina.
Ahora convive, al igual que el resto de los vecinos, con la inquietud de no saber cuánto tiempo más quedará la formación tumbada en el lugar. Según dijo, no se les transmitió información a quienes viven en el lugar. “Nadie nos comunicó nada. De la parte fundamental, al menos. El tema es que no sabemos cuánto tiempo va a estar ahí. Pero veo que los muchachos que saben están trabajando a full”, señaló.
Trabajos sobre la vía
Desde el domingo temprano, las tareas en el lugar se enfocaron en remover tierra acumulada, retirar rieles dañados y realizar trabajos de relleno. Luego se avanzó con obras de “bypass”: el emplazamiento de nuevas vías sobre las cuales se montarán las herramientas necesarias para comenzar con la remoción de los vagones volcados.
En paralelo, los trabajadores estuvieron abocados a una etapa clave: terminar de sacar durmientes viejos y colocar nuevos, para concentrarse luego en retirar los vagones cuando llegue una grúa de gran porte desde Rosario, que es la pieza que falta para resolver el tramo más delicado del operativo.
Los operarios trabaron desde el mismo domingo en la reparación y nivelación de la traza. Crédito: Flavio Raina.
El dato que domina por estas horas es que el tren sigue tumbado, pero el operativo continúa y la expectativa es completar los trabajos en los próximos días, una vez que el equipamiento pesado permita encarar el enderezamiento y retiro de los vagones que quedaron volcados.
El tránsito en la zona, por su parte, fue restablecido con el correr de las horas del domingo. Los pasos a nivel de Lavaisse y Casanello que estuvieron cortados en el despliegue inicial se rehabilitó. El foco sigue puesto en el punto donde la vía parte al barrio y la escena se mantiene a la vista de todos.
Debate sobre rieles
La investigación técnica sigue en curso para determinar con precisión por qué ocurrió el descarrilamiento, aunque distintos testimonios y miradas ya aportaron hipótesis. El maquinista, según se informó en las primeras horas posteriores al hecho, señaló como principal factor el mal estado de las vías, agravado por la inestabilidad del suelo debido a la gran cantidad de agua caída en los días previos, lo que habría debilitado la estructura que sostiene los rieles.
César, desde su experiencia de vecino, asume no saber nada de técnica ferroviaria, pero aporta un dato simple y contundente sobre la antigüedad del tendido. “Yo no sé del tema, pero deben tener más de ochenta años esas vías porque yo tengo 79 y siempre estuvieron ahí”, afirmó consultado por el estado de los rieles.
Las vías del tren atestiguan el peso de los vagones y su fuerza al descarrilarse. Crédito: Flavio Raina.
El incidente volvió a poner en agenda la necesidad de finalizar el Circunvalar Santa Fe, la mega obra que fue frenada en el cambio de mando del Estado federal destinada a correr la traza a las afueras de la ciudad, ganar independencia operativa, mejorar tiempos de recorrido y evitar el caos urbano.
Desde la agrupación Santa Fe en el Tren también se refirieron a este aspecto: “Con la idea de que el tren de carga iba a dejar de pasar por la ciudad, se abandonó el mantenimiento preventivo de las vías. Hoy no se controla como antes el estado de los rieles, los terraplenes ni los sistemas de drenaje”, dijo uno de sus integrantes, Diego Flores, que agregó el nivel de riesgo que esto implica: “En este caso, un vagón quedó a metros de una vivienda. Podría haber sido una tragedia”.