Los futbolistas de Estudiantes formaron el tradicional pasillo, pero lo hicieron de espaldas cuando salieron los jugadores designados como campeones de la tabla anual: Rosario Central.

Los jugadores del Pincha se dieron la vuelta al ingresar los jugadores del Canalla. El gesto fue autorizado por la dirigencia y buscó marcar distancia del título otorgado por la Asociación del Fútbol Argentino.

Los futbolistas de Estudiantes formaron el tradicional pasillo, pero lo hicieron de espaldas cuando salieron los jugadores designados como campeones de la tabla anual: Rosario Central.
La dirigencia del Pincha permitió al plantel que adoptara la postura que considerara, y finalmente optaron por cruzar los brazos y mirar hacia otro lado en un gesto de rechazo al título otorgado por la AFA.
La decisión tenía respaldo institucional: la Liga Profesional de Fútbol comunicó horas antes que, "como se viene realizando en las competiciones organizadas por la LPF", los jugadores debían cumplir con el pasillo junto a los niños escoltas.
La acción de Estudiantes buscó marcar distancia frente a la distinción administrativa que otorgó el título a Central. El gesto fue reclamado por la mañana por el presidente Juan Sebastián Verón como una muestra de resistencia, y el cuerpo técnico liderado por Eduardo Domínguez acompañó la postura del plantel.
En la cancha, los jugadores canallas ingresaron con las manos hacia atrás mientras los de Estudiantes permanecieron de espaldas. Solo los niños escoltas permanecieron de frente durante el ingreso de Central.
A la gente de Rosario Central la decisión no le quitó el ánimo: los hinchas entonaron cánticos dirigidos a la dirigencia de Estudiantes y celebraron la presencia del equipo en la cancha. El clima combinó cánticos y aplausos mientras los futbolistas de Central avanzaban hacia el campo.

Minutos después, Ángel Di María levantó el trofeo y ambos equipos posaron para la foto protocolar. Central exhibió la copa que le fue reconocida por una decisión administrativa y celebró junto a su público en las tribunas.

En la platea y en las populares hubo banderas y cantos que remarcaban la consagración asignada, mientras que algunos sectores de Estudiantes mostraron su desaprobación por la vía del silencio y la distancia física en el ingreso de los jugadores.
Curiosamente, en agosto de 2015 Estudiantes realizó el pasillo a River, flamante campeón de la Copa Libertadores, una tradición que esta vez se repitió con un claro signo de desaprobación hacia lo decidido por las autoridades.
La dirigencia de Estudiantes dejó en manos del plantel la postura a adoptar, y los futbolistas decidieron expresar su rechazo sin impedir el rito protocolar. El gesto se interpretó en el entorno del club como una forma de distancia frente a la adjudicación del título a Central.
La jornada cerró con la entrega del trofeo por parte de la organización y la exhibición de la copa en oficinas de Puerto Madero, un acto institucional que marcó el estado actual de la controversia entre clubes