"No tengas miedo de recorrer un nuevo camino. Puede ser la manera de encontrar lo que has estado buscando todo el tiempo". (Autor anónimo).

Habló del Mundial que se viene y dijo que "son tantas las presiones que hay en el fútbol, que los jugadores deben tener miedo hasta de resbalarse en su casa". Bilardo, Menotti, Maradona, Messi y la Fifa, ejes de una linda charla en La Primera de Sol Play 91.5

"No tengas miedo de recorrer un nuevo camino. Puede ser la manera de encontrar lo que has estado buscando todo el tiempo". (Autor anónimo).
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Fernando Signorini era, hace 50 años, un inquieto y joven preparador físico -o preparador de futbolistas como le gusta decir- que había iniciado su carrera en Rivadavia de Lincoln. Disfrutaba de esos primeros tiempos en el fútbol, allá por 1972 y también de los famosos carnavales de su ciudad natal, ubicada cerquita de Junín. Quizás no soñaba con todo lo que luego le pasó. Al poco tiempo (algo más de diez años más tarde) y por obra del destino, se había convertido en el entrenador personal de Maradona. Y vivió con él cosas inimaginables.
-¿Cómo arranca la historia, profe?
-Arranca con Menotti, que era el que más me había seducido, no sólo por la forma de juego de sus equipos sino por la concepción ética, cuando decía que el fútbol tenía que ser la herramienta para ser feliz, que lo más importante no era ganar sino los medios para llegar a ese fin. Entonces, me lancé a la aventura de descubrir el fútbol europeo y empecé por Barcelona, porque el Flaco estaba dirigiendo allí.
-¿Sin conocerlo?
-¡Es que yo ni siquiera venía de Buenos Aires, yo venía de Lincoln! Me puse en contacto, me autorizó y era el único que estaba allí, solito, en la inmensidad del Camp Nou y presenciando los entrenamientos del Barcelona. El 28 de junio de ese año, tuve mi primer contacto con Diego.

-¿Cómo fue?
-Era el último entrenamiento previo a la final con Real Madrid de la Copa del Rey y veo que entra un Gol Rojo potenciado, echando humo por todos lados, como le gustaba a los jugadores en esa época... Le dio un beso a la persona que estaba su lado, que era Claudia, se bajó, giró el picaporte y vio que estaba cerrado el portón de ingreso al predio... Yo estaba parado ahí, a un costadito... "¿Viste, Diego?, dicen que al que madruga, Dios lo ayuda. No siempre es así", le dije... Y vino hacia mí... Era un pibito, tenía 22 años... "¿Podés creer que sea tan 'verde'?... ¿Así que sos profe", le picó la curiosidad... Empezamos a charlar, me dijo que, si me interesaba, me iba a ofrecer un trabajo en una escuela de fútbol que habían armado con Cyszterpiller. Era en Andorra y allí empezamos a relacionarnos, me presentó a Claudia y a su papá... ¡Era más difícil sacar a don Diego de una parrilla que a Diego de una cancha de fútbol!... Yo estaba con mi esposa, que era profesora de tenis, hacíamos doble y singles con ellos... Hasta que llegó el "bendito" 24 de setiembre de ese año cuando Goicoechea tuvo la "fantástica" idea de romperle el tobillo... Eso me posibilitó trabajar como su preparador personal, algo que por ese entonces no existía.
-Charlando con Cherquis Bialo, él habla de que no había un solo Maradona, sino varios Maradona. ¿Conoció a todos?
-… Yo dije una vez que con Diego iba hasta el fin del mundo y con Maradona ni llegaba a la esquina... Todos somos así, todos tenemos una metamorfosis... Seguro que Cherquis también es así, que es solemne ante una cámara y muy distinto cuando se pone chancletas y se sienta en su casa para tomar un café con un amigo... En Diego se notaba por la visibilidad que tenía a nivel mundial.
-Siempre se habló del plus que Maradona tuvo sobre Messi, hasta que apareció esta arenga "maradoniana" de Leo en la previa a la final en Brasil...
-Esa arenga no va a cambiar nada... Leo es líder adentro de la cancha, no por la arenga sino porque te rompe los huesos con un amague y hace lo que quiere. Yo no creo mucho en las arengas… El jugador es un gallo de riña, ¿qué le vas a decir?, que hay que ganar?, ¡si en el otro vestuario están diciendo lo mismo!… Yo le digo que hay que jugar… He estado en miles de vestuarios y en todos se dice lo mismo... Y diciendo lo mismo se gana, se empata y también se pierde… Un día le decís a tu arquero que se va a recibir de héroe y ataja el penal... Y al partido siguiente le decís lo mismo y capaz que no lo ataja… No creo mucho en eso, hay mucho "bla, bla" en el fútbol…

-¿Está dvidida la sociedad futbolística argentina?, ¿hay una grieta entre "resultadismo" y "lirismo" traducida en bilardistas y menottistas?
-Han intentado dividirla a través de la perversión de algunos imbéciles que ven al fútbol como vida o muerte o una cuestión de guerra... El que diga que a Bilardo no le gustaba jugar bien, no entiende nada... En mi caso, lo que digo es que Bilardo no repara en medios para lograr los fines, él tiene una enorme imposibilidad de aceptar la derrota y, por eso, muchas veces ha traspuesto la línea ética y el deporte. De esa manera, el deporte no sirve para ayudarnos a ser, mañana, mejores que hoy... En el '86, "Dios" metió la mano e hizo el gol. Tal vez la sociedad lo perdonó, pero si hubiese sido al revés, ¿qué hubiésemos dicho si el gol con la mano era en contra nuestra?... Somos capaces de gritarle al mundo la injusticia cuando nos pagan con la misma moneda... Los grandes equipos son así, grandes equipos, porque tienen grandes jugadores, se solidifican con los resultados, pero nunca ví que jugadores mediocres hicieran famoso a un entrenador, pero sí digo que los grandes equipos hacen más grandes a sus entrenadores.
-¿Desde ese lugar entiende, por ejemplo, lo del bidón de Branco que pergeñó Bilardo en aquél partido con los brasileños en el Mundial de Italia...?
-¡Por supuesto!… Eso fue un ilícito, pero, ¿cómo le decís a los chicos que eso está bien?... Los padres confían en mí porque no les enseño a hacer trampa... Ahora, si justifico esas cosas, si justifico lo del bidón, ¿qué tengo para decirles a los padres que confían en mí?
-¿Es tramposo el jugador argentino?
-El hombre es lo que hace con lo que hicieron de él... Si los medios justifican todo y celebramos la picardía criolla, se va a pensar así... Mirá, hay jugadores que, desde chiquitos, están conminados a ser tramposos… Diego me contaba que en Fiorito, en la estación, había puestos de fruta y él buscaba la manzana más linda, la más roja y brillosa. Entonces, ¿sabés lo que hacía?, esperaba que llegara el tren, que se abriera la puerta y entonces calculaba el tiempo que demoraba la gente en salir y entrar, robaba la manzana, se subía al tren y enseguida se cerraba la puerta porque lo tenía totalmente controlado... Era la forma de disfrutar de esa manzana, no tenía otra forma de comer.
-¿Qué sintió el día de la muerte de Maradona y el día que ocurrió aquéllo del '94 que dio lugar a la famosa frase: "Me cortaron las piernas"?
-En esta última, sentí que el poder, la perversidad y lo brutal del poder que te acompaña a la cima, porque el limón tiene jugo y te perdona hasta esas ridiculizaciones que él hacía, lo estaba esperando... Y cuando ya no le servís más al poder, te la cobran y te ponen como ejemplo de lo que no hay que hacer en la vida… Fueron esos miserables mafiosos de la Fifa, que muchos de ellos de manera poco creíble recuperaron su libertad luego de la investigación que se hizo… Respecto de su muerte, lo que me extrañó es que todavía haya tenido la capacidad de estar vivo… Su vida fue muy exagerada y cualquier otra persona tendría que haber partido antes.
-¿Alguna vez lo vio tranquilo en algún lado?
-¡Nunca!... En Nápoles, era como estar adentro de un lavarropas centrífugo, algo difícil de soportar… El iba de la casa al entrenamiento, de ahí al aeropuerto cuando había que viajar y poco más… Era una vida exagerada, cualquier otra vida con la que se la compare, era la de una carmelita descalza al lado de la de él…
-¿Se exagera con la presión que se le carga a los jugadores hoy en día?
-... ¡Qué sociedad sería la argentina si los que le exigen tanto a los jugadores, sin haber jugado ni haberlo hecho profesionalmente, apliquen esa misma presión para ellos mismos en sus propias vidas!... ¡qué país tendríamos!... Seríamos mejor que Noruega…
-¿Se teme a las lesiones cuando se llega a las puertas de un Mundial?
-El fútbol, antes, no era tan utilizado para desviar la atención de los verdaderos problemas ni tampoco para ser el árbol que tape el bosque… Hoy, el bombardeo mediático es tremendo… ¡Los jugadores deben tener miedo hasta de resbalarse en su casa!... Es difícil que entren a la cancha totalmente liberados.
-Muchas veces los PF son casi los sicólogos de un plantel. ¿Lo entiende de esa manera?
-Primero te digo algo: niego lo del preparador físico, es una terminología que debería dejarse de lado. Ser preparador físico es para entrenar a los atletas y los atletas no tienen nada que ver con los jugadores de fútbol... El velocista tiene un solo problema: correr para adelante y lo más rápido posible. No tiene otro problema que resolver. No tiene que correr ni para atrás, ni para el costado. Y si sale último, a la carrera siguiente es titular. No tiene roce, no le tiran botellazos, no lo escupen… Con el saltador pasa lo mismo, hasta sabe cuántos pasos tiene que dar para llegar a la vara y el lanzador sabe cuántos giros tiene que dar para efectuar el lanzamiento, ¿se entiende la diferencia?… El jugador tiene que definir entre las diez opciones de pase que tiene con el resto de sus compañeros, rechazar, patear al arco, gambetear… O sea, tiene entre 14 y 15 opciones que resolver en décimas de segundo, cosa que no pasa con el atleta…
-Lo que quiere decir es que se prepara un jugador y no un atleta...
-Vamos al mejor gol de la historia, el de Diego a los ingleses... El tardó 11 segundos para recorrer 55 metros... ¡Es malísimo el tiempo, porque generalmente se hace 9 segundo y pico para los 100 metros, que es el doble de distancia!… Por eso, yo digo que soy preparador de jugadores y por más que uno lo ayude, el juego lo lleva a cualquier cosa... Mirá, un día le dije a Palermo, un goleador de raza, lo siguiente: "Vos erraste tres penales en un mismo partido, pero después hiciste un gol de cabeza desde la mitad de la cancha"… Tomarse en serio el fútbol, es como tomarse demasiado en serio la vida... No saldremos vivos de ella… Hay que tomar las precauciones, naturalmente, pero en el fútbol todo puede suceder, como en la vida…
-Al final, el Test de Cooper, ¿sirve o no?
(Risas) -Es la famosa anécdota con Diego... El nunca se preocupó en absoluto por batir ningún record… Yo le expliqué que en el Test de Cooper había que correr la mayor cantidad de metros en 12 minutos... Cuando terminó, me dijo: "Esto no sirve para nada". Y me preguntó cuánto hacía yo. Cuando le contesté mi recorrido, él dijo: "Entonces, el domingo jugá vos..."... En el Test de Cooper corrés todo para adelante, sin ningún obstáculo… Por eso yo dije que entrenar a futbolistas es como entrenar a caballos de polo y entrenar a atletas es como entrenar a caballos de pista.