Lanús y Atlético Tucumán se enfrentarán este viernes desde las 20.00 en La Fortaleza, en el cierre del Torneo Clausura.

El Granate busca recuperarse tras el clásico y asegurar su lugar en las copas; el Decano va por un milagro para meterse en los playoffs.

Lanús y Atlético Tucumán se enfrentarán este viernes desde las 20.00 en La Fortaleza, en el cierre del Torneo Clausura.
El equipo dirigido por Ricardo Zielinski, ya clasificado a la próxima fase, intentará cerrar el semestre con una sonrisa, afianzarse en la zona de clasificación a las copas internacionales de 2026 y no perder foco de su gran objetivo inmediato: la final de la Copa Sudamericana.
Del otro lado, el Decano llega al sur del conurbano con alivio por la reciente permanencia en Primera, pero también con la ilusión de alcanzar los playoffs, un objetivo que depende tanto de un triunfo propio como de otros resultados.
El Granate transitó un semestre brillante, pero el golpe en el clásico ante Banfield todavía resuena. Aquella derrota generó un bajón futbolístico y anímico del que el equipo aún no pudo recuperarse: desde entonces, no volvió a ganar y apenas sumó un empate ante un San Martín de San Juan que pelea por no descender.

Con los octavos de final del torneo local a la vuelta de la esquina y la definición internacional en el horizonte, Lanús buscará reencontrarse con su mejor versión antes de enfrentar a Atlético Mineiro el sábado 22 de noviembre en Asunción, donde intentará conquistar su segunda Sudamericana.
Un eventual título, además, podría garantizarle su presencia en competiciones internacionales del próximo año.
Atlético Tucumán llega con un envión emocional: la victoria por 2-1 ante Godoy Cruz en el José Fierro cortó una racha de tres derrotas consecutivas, aseguró la permanencia y le devolvió algo de tranquilidad al plantel de Hugo Colace.

Además, el triunfo lo dejó con chances matemáticas de colarse en los playoffs del Clausura. Para lograrlo, deberá ganar en La Fortaleza y esperar que se den otros resultados favorables.
La tensión también se trasladó a lo declarativo: tras el encuentro pasado, Leandro Díaz dejó una frase que encendió el clima interno y externo: “Cuando vayan a buscar jugadores, que tengan ganas de venir”, dijo, sin destinatario explícito pero con evidente intención.