El Banco Central de la República Argentina (BCRA) introdujo dos modificaciones normativas relevantes que afectan de forma directa a los bancos y, en consecuencia, podrían tener impacto sobre la operatoria financiera de empresas y personas.

A partir del 1 de julio, las entidades financieras deberán ajustarse a nuevas disposiciones que modifican el cálculo de encajes, la operatoria en moneda extranjera y las tasas aplicadas en su vínculo con el BCRA.

El Banco Central de la República Argentina (BCRA) introdujo dos modificaciones normativas relevantes que afectan de forma directa a los bancos y, en consecuencia, podrían tener impacto sobre la operatoria financiera de empresas y personas.
Las medidas fueron publicadas este lunes en el Boletín Oficial a través de las comunicaciones “A” 8263 y “A” 8264, y comenzarán a regir a partir del 1° de julio.
Estas decisiones abarcan desde la actualización de las tasas aplicadas en operaciones entre el BCRA y las entidades financieras, hasta la suspensión de un requisito diario de encaje bancario en pesos. El objetivo aparente es otorgar mayor flexibilidad al sistema financiero y ajustar la normativa a las actuales condiciones de la economía.

La Comunicación “A” 8264 del Banco Central establece una serie de modificaciones que afectan distintos aspectos normativos. En concreto, introduce un cambio en la forma en que se calculan determinadas tasas y cargos que rigen las operaciones de los bancos.
A partir del 1 de julio, la tasa de referencia que se utilizará será la Tasa Mayorista de Argentina (TAMAR) total de bancos, reemplazando a las tasas previamente establecidas en los siguientes rubros:
Efectivo Mínimo: es el porcentaje de los depósitos que los bancos están obligados a inmovilizar en el Banco Central como respaldo.
Posición Global Neta de Moneda Extranjera: regula la exposición de los bancos a operaciones en moneda extranjera, limitando riesgos por devaluaciones o cambios bruscos en el tipo de cambio.
Reglamentación de la Cuenta Corriente Bancaria: rige las condiciones operativas y financieras bajo las cuales funcionan las cuentas corrientes que los bancos tienen en el BCRA.
Financiamiento al Sector Público No Financiero: define las condiciones bajo las cuales los bancos pueden otorgar financiamiento a organismos estatales fuera del sistema financiero.
Además, la TAMAR reemplazará también la tasa que se aplicaba como “cargo por incumplimiento” en operaciones de compra y venta de títulos entre los bancos y el Banco Central.
Esto significa que tanto las tasas regulatorias como las sanciones financieras estarán ahora directamente vinculadas al comportamiento de la TAMAR, un indicador que refleja el costo mayorista del dinero en el sistema bancario local.

En paralelo, la Comunicación “A” 8263 del BCRA introduce otra medida de impacto inmediato para las entidades financieras: la suspensión del requisito de integración mínima diaria en pesos correspondiente al encaje bancario.
Este requerimiento, detallado en el punto 2.3. del texto ordenado sobre Efectivo Mínimo, obligaba a los bancos a mantener diariamente un porcentaje de sus depósitos en pesos inmovilizados como garantía de liquidez y respaldo.
Con la suspensión de este requerimiento, que también entrará en vigencia el 1° de julio, las entidades tendrán mayor flexibilidad en la gestión diaria de su liquidez. Es decir, no estarán obligadas a cumplir con ese piso mínimo en cada jornada, aunque seguirán vigentes los requisitos de integración promedio u otros mecanismos que el Banco Central determine.
Desde el punto de vista operativo, esto permite a los bancos liberar recursos que antes debían permanecer inmovilizados, lo que podría traducirse en mayor disponibilidad para otorgar préstamos o realizar inversiones, aunque también genera preguntas sobre los niveles de solvencia y seguridad del sistema en un contexto económico volátil.
Si bien el BCRA no explicitó en el texto de las comunicaciones los fundamentos de estos cambios, en el contexto actual de la economía argentina estas decisiones suelen estar orientadas a:
Dar mayor flexibilidad al sistema financiero, permitiendo a los bancos adaptarse más fácilmente a variaciones en la demanda de dinero, cambios en la inflación o en el tipo de cambio.
Reducir costos financieros asociados al cumplimiento de regulaciones estrictas, lo que puede estimular la oferta de crédito.
Alinear tasas y cargos a indicadores más representativos del mercado, en este caso la TAMAR, que refleja con mayor precisión las condiciones reales del financiamiento mayorista en Argentina.
Por otro lado, algunos analistas podrían interpretar que la suspensión de encajes diarios es una herramienta para aliviar tensiones en la liquidez bancaria, especialmente en escenarios donde hay menor captación de depósitos o mayor demanda de efectivo.
Para el público general, estas decisiones no implican cambios inmediatos en términos de tasas de interés para préstamos, plazos fijos o productos bancarios cotidianos. Sin embargo, al modificar los costos operativos y las condiciones regulatorias de los bancos, indirectamente podrían influir en la oferta de crédito y en la política de tasas que las entidades apliquen a sus clientes.
Por ejemplo:
Si los bancos tienen menor carga por encajes diarios, podrían ofrecer mejores condiciones en préstamos o financiamientos.
Al mismo tiempo, si la TAMAR sube, eso podría trasladarse eventualmente a tasas más altas en productos crediticios.
Todo dependerá de cómo evolucione el contexto macroeconómico y de las próximas decisiones que tome el BCRA en materia de tasas de referencia, control cambiario y política monetaria.
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