Darío Pignata
La charla a solas con el “Turco” Mohamed recorre todos los lugares posibles. Va del fútbol a la vida y vuelve al fútbol para terminar con lo que le pasó en la vida en medio del Mundial de Alemania 2006.
-¿Qué pensás de este nuevo momento complicado en la vida de Maradona, “Turco”?
-Ojalá Diego se recupere rápido y pueda meterse en el fútbol que es su mundo, algo así como un cable a tierra.
-Dentro de tantas cosas que uno escucha, porque todo el mundo en este país es “Maradonólogo”, me pareció sensato lo que dijo Bilardo cuando mencionó que el mejor momento de Diego fue cuando tuvo trabajo y estuvo ocupado con su programa de TV...
-Es cierto, Diego necesita estar ocupado, porque no sirve para quedarse de brazos cruzados en su casa. Ahora que me lo decís, lo voy a llamar para que venga conmigo a entrenar la Selección Juvenil.
-¿Lo fuiste a ver al sanatorio?
-No pude, porque hasta ahora está un poco aislado, pero la semana que viene lo voy a ir a ver. El estuvo conmigo en los momentos difíciles, estuvo en Alemania, en Buenos Aires. Lo voy a ir a ver, porque él se va a recuperar rápido. Es muy difícil que una cosa así lo voltee, porque Maradona es muy fuerte.
-Si lográs sumarlo a Diego, el “Coco” Basile chocho de la vida, porque también piensa que Maradona debe tener su lugar en la Selección Argentina de alguna manera...
-¡El “Coco” es un fenómeno en todo sentido!
-Recuerdo aquel debut con Hungría en Rosario, cuando el “Coco” te tiró la camiseta de la Selección Argentina. ¿Te marcó Basile como entrenador?
-No sólo como entrenador, también como persona. Me supo aconsejar en mis inicios, cuando era joven. Ahora, de grande, ¡bah! a los treinta y pico, nos volvimos a ver. Basile es como un padre para mí y es el ejemplo a seguir de cómo llegarle al jugador con una idea. Lo que pasa es que a la personalidad del “Coco” no la tiene nadie.
-Si es cierto, como dijo Maturana, que “se juega como se vive”, quiero preguntarte: ¿se dirige como se jugaba?
-¿Por qué me lo preguntás?
-Porque este Huracán juega tan desfachatado como eras vos, que no sólo fuiste transgresor por vinchas o calzas, sino por pensar siempre en atacar con cero de rigurosidad táctica...
-Y sí... Jugamos siempre ataque por ataque. Es que no nos sirve empatar, porque necesitamos ascender o ascender. El empate no vale de nada. Contra Unión cumplo una rueda completa desde aquella vuelta en la cancha de Ferro y clavamos 41 puntos. Es una campaña de campeón y ojalá la podamos sostener para el tiempo de las definiciones importantes en busca del ascenso.
La irracionalidad humana
Hace pocos días, el Huracán de Mohamed visitó a su homónimo de Tres Arroyos. En un momento del partido, se generó una discusión entre los bancos de suplentes. Las cámaras de TV mostraron como de la boca de Rubén Agüero salían las palabras más hirientes: “Yo a vos no te tengo lástima por lo que te pasó con tu hijo”. Mohamed habló poco del tema, Agüero desmintió lo que todo el mundo vio y la semana pasada debió pedir custodia, porque hinchas de Huracán fueron a buscarlo al hotel donde concentra Tres Arroyos en Buenos Aires para agredirlo.
-¿Lo de Agüero en Tres Arroyos fue un oasis invertido en medio de un desierto de adhesiones, banderas y cánticos de apoyo del fútbol argentino todo, “Turco”?
-El fútbol genera tanta pasión que a veces puede descolocar a cualquiera. El gesto de él de llamarme para pedir disculpas me pareció adecuado y para mí ya quedó en el olvido. Sólo espero que no se vuelva a repetir, nada más. Mirá, a mí me podés decir cualquier cosa y putearme los 90 minutos como entrenador, lo mismo para las plateas rivales de Huracán. Yo me la banco, son las reglas de este juego. Pero tocarme el otro tema me parece muy bajo. Las cargadas y los insultos son parte del folclore del fútbol, pero hay cosas que van más allá y no se pueden tocar, porque debe haber una ética y un respeto por el ser humano. Es lo mínimo que puedo exigir yo y que debe exigir cualquiera.




