Escuela santafesina investiga una "luz mala" que "roba el sueño" a sus alumnos
El colegio San Ezequiel Moreno lleva adelante un novedoso proyecto. Durante todo el año, a la vez que toman conciencia sobre los fenómenos relacionados al abuso de las pantallas de dispositivos móviles, los jóvenes aprenden a realizar trabajos de carácter científico.
Archivo Insomnio. El estar en exposición permanentemente a las pantallas afecta el desarrollo bio-psico-social de las personas, con espacial énfasis en los jóvenes.
Las narraciones sirvieron desde siempre para construir sentido común. Entre varias leyendas, al saber popular santafesino lo integra uno sobre la denominada “luz mala”, donde un fuego de ultratumba le quitaba el sueño a quienes se topaban con este fenómeno que deambulaba por el campo. Hoy, la masividad digital ha expandido la necesidad de nuevas alegorías; pero, para esto, primero es necesario que los saberes científicos evolucionen acrecentando la riqueza cultural. En este sentido trabaja una escuela de nuestra ciudad, que se ha propuesto abordar las problemáticas actuales a la luz de la investigación. Así, los jóvenes reeditan la leyenda de un fenómeno lumínico que inmoviliza y quita el sueño; aunque, esta vez, en vez de mala, la luz es azul, y a falta de susto, entretiene.
En el colegio San Ezequiel Moreno, perteneciente a la orden de los Agustinos Recoletos, los alumnos de quinto año de la secundaria llevaron adelante un trabajo anual en el que buscaron estudiar el fenómeno de la luz azul y sus repercusiones en la calidad de vida de adolescentes y adultos en la actualidad. El tema troncal se denominó “La tinta azul, ¿lastima o fortalece?”, como metáfora de que todo lo que escribimos en las redes sociales tiene como denominador la luz producida por las tecnologías móviles. Con la temática en común, se conformaron 5 grupos de investigación, compuesta por ocho alumnos. Cada uno tuvo su propia pregunta científica, su propia hipótesis y una única conclusión.
Por las características de trabajo interdisciplinario, las docentes a cargo pertenecen a distintas áreas. Son parte la profesora de Informática, Patricia Ramírez de Matemática; Fabiana Kiener de Salud y Ambiente; Natalia Carrara de Organización en Contextos Laborales; y de Inglés, Yamile Abdala. Al formarse cinco subtemas de investigación, cada una hizo su aporte de acuerdo a los aspectos afines a su disciplina: “Aportamos conocimiento específico, indicamos los términos adecuados y guiamos en la búsqueda bibliográfica”, contaron en los últimos días de clase a El Litoral.
El objetivo central es instruir a la juventud en el pensamiento crítico-computacional. “Pretendemos formar críticamente a ciudadanos que ya tienen un uso intuitivo de las tecnologías y las redes sociales, pero que hay un montón de cuestiones asociadas que nos construyen como sociedad que deben ser trabajadas”, explicó la docente vertebradora del proyecto, Patricia Ramírez.
En tanto, la directora del colegio, María Eugenia Moor, comentó que el proyecto lo sostiene la “concepción agustiniana”: “Son estrategias que nos resultan innovadoras pero que se sustentan en el carisma de nuestro colegio”. Además, aseveró que la propuesta es llevada a cabo desde hace ya algunos años, pasando a formar parte del proyecto curricular institucional. Y que, para su realización, las docentes utilizan algunas horas de clase y otras por fuera del aula.
exposicion proyecto de investigacion sobre consecuencias de abusos de redes sociales y celular
Las docentes explicaron a El Litoral cómo abordan, desde sus disciplinas, el trabajo conjunto. Foto: Guillermo Di Salvatore
Metodología
La investigación fue de carácter etnográfico, una técnica de estudio sobre los diversos grupos humanos de manera sistemática. Así, los jóvenes son a la vez investigadores e investigados, ya que la temática los incumbe de forma directa y pasan a formar parte de la población seleccionada.
Para favorecer el procedimiento, los chicos y chicas trabajan en comunidades de aprendizaje: grupos que conforman desde primer año. En los distintos niveles realizan pequeñas investigaciones para que, una vez llegados a quinto, puedan coronar un trabajo de mayor complejidad. “Al igual que toda investigación, nos situamos en un objeto de estudio. A partir de allí, los chicos comienzan a elaborar un cuestionario que luego aplicarán”, detalló la docente Natalia Carrara .
El formulario tuvo 172 respuestas de los alumnos del secundario del colegio, integrado por 5 cursos, entre los 13 y 18 años. Por otra parte, por la diversidad de la temática, la encuesta se amplió el universo a los afectados en contextos laborales, por lo que el resto de los entrevistados estuvo conformado por padres y madres. De esta manera, la muestra alcanzó un total de 302 respuestas.
Concluida esta fase, los jóvenes procesaron las estadísticas y realizaron informes grupales. “Este año nos dedicamos a profundizar lo referido a la presentación de lo obtenido. En el ámbito científico, la divulgación es una herramienta fundamental para proyectar a futuro esta actividad”, completó Carrara.
Formar formadores
Las docentes comenzaron con el trabajo escolar sobre estas temáticas en el año 2017. En un breve lapso de tiempo, lograron consolidar la propuesta y establecer vínculos con otras instituciones. Entre ellos, destacan el trabajo articulado con la Universidad Nacional del Litoral, con quienes se preparan para competencias internacionales por medio del departamento de estadística de la Fhuc. A mediados de 2018, en colaboración con el Ceride (Centro Regional de Investigación y Desarrollo de Santa Fe), trabajan en la publicación de las investigaciones, por lo que deben incluir cuestiones técnicas como un abstract y pósters académicos.
A su vez, las conclusiones y recomendaciones surgidas de los trabajos son convertidas en talleres y charlas de los mismos estudiantes a sus compañeros más chicos. “Al ser un proyecto institucional, los jóvenes se vuelven ‘co-formadores’. Por medio de talleres lúdicos a lo largo del año, le cuentan a los más chicos qué es lo que descubrieron”, explicó la profesora Ramírez.
De esta manera, el ejercicio sirve para generar conciencia colectiva sobre las decisiones del día a día. “En las exposiciones sucedió que muchos desconocían las particularidades y los efectos de la luz azul. Por ejemplo, varios padres nos comentaron que desconocían la opción para que a determinado horario se pueda configurar el teléfono con luz amarilla”, profundizó la docente.
En la escuela, los alumnos tienen permitido usar el celular. En ese sentido, las maestras argumentan que la clave está en este trabajo sostenido para concientizar en el buen uso de las tecnologías: “La idea no es asustar, sino la prevención. Por esto se vuelve fundamental la divulgación de los propios chicos. Si nosotros insistimos, les entra por un oído y les sale por el otro. Pero si lo hacen entre ellos, de forma amena y dinámica, tiene el efecto contrario”.
Definición
Emitida por cualquier dispositivo tecnológico, la luz azul es la región de la luz visible más peligrosa para el sistema visual humano. Su longitud de onda está comprendida entre los 380 y 500 nanómetros.
Es emitida por fuentes naturales como el Sol, pero también por fuentes artificiales como las bombillas LED o las pantallas de los dispositivos electrónicos (tabletas, televisiones, ordenadores, smartphones, etc).
Herramientas de utilidad académica: conclusiones críticas
Luego de la investigación, los jóvenes producen los posters académicos para divulgar lo estudiado. Lo hacen tanto en español como en inglés.
Gentileza Poster científico producido por los alumnos.
Poster científico producido por los alumnos. Foto: Gentileza
Entre las conclusiones generales, encontraron que los adolescentes son quienes más padecen problemas de sueño ya que pasan más horas de la noche con el celular. Y que las mujeres presentan más conscientes sobre a qué hora cortar.
También, hallaron que los adultos demostraron tener menores conocimientos sobre las implicancias de la exposición de sus datos en redes sociales, y que el mayor tiempo de uso se da en ámbitos laborales.
Además, hallaron que hay una tendencia a desconocer los efectos negativos de los dispositivos tecnológicos sobre el correcto ciclo de sueño y las consecuencias sobre su información personal.
Prevención
“Todos tenemos celular, pero pocos conocen los efectos”, sentenciaron las docentes. Por eso, como recomendación principal para afrontar el abuso de los dispositivos móviles, mencionaron que es posible configurar los celulares o computadoras para evitar la luz azul en horas nocturnas. Para esto se requiere ingresar a la configuración de cada dispositivo e indagar en las opciones de pantalla.
En otro orden, encontraron que es tendencia la protección solar con filtros “anti luz azul”, enriquecidos con antioxidantes, vitaminas o extractos revitalizantes.
Por último, recomendaron reducir las horas de uso y reducir la fatiga visual Es posible aplicar la técnica “20-20-20” (descansar cada 20 minutos). Si es inevitable la exposición, siempre es recomendable utilizar gotas para los ojos.
Estar preparado para el mundo
Otro aspecto a destacar del trabajo es la interrelación entre niveles. En el proyecto los alumnos de secundaria se nutren de sus docentes, de estudiantes del profesorado superior en matemática y de docentes universitarios de la carrera de matemática.
En este plano, las docentes destacaron la utilidad en dos dimensiones: científico y laboral. Si bien no todos continuan el camino de los estudios superiores, este tipo de aprendizajes se vuelve muy importante para el mundo universitario pero también para cualquier aspecto de la vida.
Al ser los encargados de crear el método por el cual aplican las encuestas, la dimensión científica les aporta valor en cuanto al análisis y procesamiento de la información. “Es clave la relación con los profesores de la Universidad, ya que les enseñan cómo abordar las preguntas para que después puedan sectorizar las respuestas y cuáles pueden ser las relaciones que no están puestas de manifiesto”, explicó Kiener.
Además, la formación del juicio crítico-reflexivo (“ver qué hay más allá del gráfico”) los ayuda a “entender qué representa cada una de las dimensiones”. “Más allá del análisis numérico, nos interesa incentivar la capacidad del análisis, la reflexión y la toma de conciencia. Esto permite que se pueda compartir el conocimiento adquirido. Por eso buscamos que puedan, también, comunicar con sus compañeros y sus padres lo que hicieron”, agregó Ramírez.
Pensar en otra lengua
Además de trabajar desde distintas disciplinas, el proyecto agregó la particularidad de estudiar en inglés. Desde la búsqueda bibliográfica hasta la elaboración de las conclusiones, los jóvenes utilizan este otro idioma para aumentar el campo de análisis. Al ser un tema reciente, no hay información abundante. Sin embargo, con la ayuda de la profesora Yamile Abdala, se valen de las herramientas disponibles en otras partes del mundo.
“Desde nuestra disciplina, trabajamos en cómo hacer que las búsquedas en internet sean pertinentes”, dijo la docente. “Es muy valioso que puedan leer e interpretar información en otro idioma”, ya que “les brinda la posibilidad de pensar desde otra lengua”, completó.
Según comentó, en la escuela hay distintos grados de manejo del idioma. Aun así, esto no implicó un obstáculo para el trabajo en conjunto. “Trabajamos de forma independiente al manejo que cada uno tenga de la lengua, para que lo puedan usar como herramienta que les sirva a futuro”, sostuvo Abdala.
Sobre los aprendizajes adquiridos, la profesora dijo que “lo más importante es que cualquier joven sepa cómo hacer un uso correcto y adecuado de un traductor”. Y agregó: “Primero, lo que hacemos es reconocer palabras claves que permitan dilucidar si determinado artículo se orienta por el lado de nuestra búsqueda. Luego, identificar qué partes son necesarias ya que no suele ser necesario traducir un artículo por completo. Finalmente, trabajamos desde las palabras específicas para elaborar los abstract y posters”.