Gabriel Rossini
[email protected]

El gobernador de Córdoba dijo que la gestión de Cristina los esconde detrás de cifras falsas.

Gabriel Rossini
[email protected]
El gobernador de la provincia de Córdoba y precandidato presidencial de UNA (Una Nueva Alternativa), José Manuel de la Sota, criticó al gobierno nacional porque esconde a los pobres detrás de cifras falsas y los calificó como “los nuevos desaparecidos”.
Insistió con que es el único de los candidatos que tiene un programa de gobierno, ratificó su programa de gobierno donde propone una rebaja de impuestos y distintas medidas de incentivos a la inversión productiva.
Dijo además que quiere ser el primer presidente que no tenga fueros y promete, en caso de ser electo, hacer todo lo posible para que la Justicia condene a los corruptos. “Conmigo no habrá impunidad, tenga la seguridad de que así va a ser”.
—Cada vez que puede usted dice que es el único candidato de todos los que compiten por la presidencia de la Nación que tiene un programa de gobierno y que también es el único que va a bajar los impuestos.
—Tenemos un equipo económico que conduce el presidente del Iaraf, Nadin Argañaraz, y un programa que hemos publicado, que cualquiera puede leer ingresando a elhombre.com.ar. Nosotros nos proponemos bajar la inflación 10 puntos por año hasta llegar al tercer año con los índices de Uruguay, Brasil o Chile. Y planteamos al mismo tiempo una rebaja generalizada de la presión fiscal; que no quiere decir que le vayamos a sacar el 30 por ciento a todos los impuestos, sino que significa que hay impuestos que vamos a eliminar. Como por ejemplo el del cheque, aunque lo vamos a seguir cobrando a cuenta de Ganancias, porque es un buen mecanismo de recaudación.
—¿Esta reforma impositiva incluye al sector agropecuario?
—Proponemos eliminar las retenciones a los productos regionales, al maíz y al trigo. En el caso del trigo, reservar un cupo para el consumo local y el resto libre para exportar y en el caso del maíz totalmente libre. Además por una cuestión ambiental. Hay que volver a la rotación por el lado del maíz y a la cosecha fina mediante el trigo para absorber la humedad del suelo. Planteamos disminuir un 30 por ciento lo que son los derechos de la soja y sus derivados. No eliminarlas a todas, como dice Macri, porque representan el 2 por ciento del PBI y nadie seriamente puede quedarse sin esa cantidad de plata de un día para el otro.
—Todos los economistas, hasta los del oficialismo, admiten que desde hace al menos dos años no hay inversiones. ¿Cómo se hace para recuperarlas?
—Con incentivos. Por ejemplo, al campo le ofrecemos, además de estas rebajas de impuestos, que la empresa agropecuaria pague progresivamente menos Ganancias si reinvierte las utilidades. Y por el otro lado, planteamos la posibilidad de desgravar nueva tecnología de agricultura de precisión y maquinaria agrícola. No es que queremos rebajar impuestos a tontas y a locas sino que queremos alentar la productividad. No le queremos bajar los impuestos, por ejemplo, a la actividad financiera porque no lo necesita. Queremos bajársela a las creadoras de empleo: más empleo menos impuestos, más exportaciones menos impuestos. Y puedo prometerlo porque ya lo hice en Córdoba hace 16 años.
—Pero creó la tasa vial.
—No es un impuesto, es un peaje indirecto. Cuando usted entra a la provincia de Córdoba paga el peaje con barrera en las rutas que tienen casilla o cuando carga combustible. Lo recaudado va a un fondo específico que solo puedo usar en reparar las rutas existentes, no puedo construir nuevas. Lo tuvimos que hacer porque como el gobierno nacional no invierte en Córdoba, los recursos del presupuesto provincial los destiné a hacer autopistas sobre rutas nacionales. He reacondicionado y señalizado 1.300 km de rutas en toda la provincia y se nota. Hemos conectado todos los valles turísticos. Y la rebaja de los impuestos se mantiene. Nadie se sorprende con mis impuestos. A la última ley tributaria, mis diputados la votaron con las dos manos porque iba firmada por todas las organizaciones empresarias y por la Mesa de Enlace ¿Cómo uno no va a votar una ley que viene con la aprobación de los que la van a pagar? Eso es el diálogo.
Inseguridad y Justicia
—La inseguridad está a la cabeza de los reclamos de la gente. ¿Cómo cree que hay que abordar este problema para al menos empezar a solucionarlos?
—Resolver la inseguridad es un combo. Por un lado con la ley y las armas. Y por el otro, generando las oportunidades de educación y empleo para que los jóvenes no se conviertan en soldaditos del ejército narco. En todo nuestro país, el narcotráfico creció. Hay células del narcotráfico colombiano, mexicano, paraguayo y peruano, hay maras asociadas con la mala policía en la provincia de Buenos Aires, que en algunos lugares han sustituido al Estado. Hay narcos que pagan el viaje de estudio de los chicos de la escuela. Hemos venido cumpliendo todas las etapas que transcurrieron en México. Eso es grave. Y más grave aún es que el gobierno diga que esto no pasa. Porque este gobierno tampoco reconoce la pobreza. Esta semana han salido a hablar mal del 29 por ciento de pobreza que midió el observatorio de la UCA. Los pobres son los nuevos desaparecidos de este gobierno que los oculta con falsa información. Y quien no reconoce un problema no lo puede solucionar.
—¿Cómo se soluciona esta situación?
—Como primera medida con las FF.AA. en la frontera. Fui el primero en plantearlo y me dijeron que violaba la ley de Seguridad Interior y no es cierto. En las fronteras, el narcotráfico es un problema de defensa porque es un ejército invasor que entra para cometer crímenes. Fronteras adentro es un problema de seguridad donde deben intervenir las fuerzas federales. Necesitamos crear una DEA que coordine la investigación criminal y yo planteo una nueva policía nacional antinarcotráfico que no dependa del poder político sino de los jueces y fiscales federales que tienen que ponerse al frente de la lucha contra el narcotráfico.
—¿Qué opina usted de la Justicia, de la cual hoy tanto se habla?
—La Justicia no debe politizarse, como ha ocurrido en los últimos años, donde ha surgido por ejemplo Justicia Legítima, que son los ultra K conducidos por Gils Carbó y antes inspirado por este señor que era miembro de la Corte y tenía 11 prostíbulos.
—Zaffaroni.
—Zaffaroni. Este señor tan permisivo con algunos, empezando por él. Que no sabía que tenía 11 departamentos alquilados a la trata. En cualquier Corte del planeta, lo hubieran echado a patadas. Acá no pasó nada porque era Zaffaroni. Yo creo que necesitamos darle autonomía a la Justicia. Hay que modificar el Consejo de la Magistratura y que la política no tenga influencias. Cuando asumí en 1999 había 130 cargos vacantes en la Justicia de Córdoba. Hacía 25 años que el peronismo no gobernaba la provincia. ¿Sabés la fila de gente de saco azul y corbata que tenía en la puerta de la Casa de Gobierno? Les dije que nunca iba a nombrar un juez. El Tribunal de Justicia sacó una acordada donde me retaba, diciendome que tenía que cumplir con mi obligación constitucional. Les contesté diciendo que me parecía una intromisión inaceptable y les recomendaba que mantuvieran a los jueces sustitutos que habían creado. Y mandé el proyecto de ley de creación del Consejo de la Magistratura cuyos integrantes en Córdoba no cobran y está conformado por la Federación de Colegios de Abogados, la Asociación de Magistrados, el Consejo de Universidades y los profesores de las distintas ramas del derecho de cada universidad, que integran la sala y hacen los exámenes. No conozco ningún juez. Renuncié a la facultad constitucional de alterar la terna. Eligen dos veces al año y los que entran entran y los que no, quedan en lista de espera. No tengo vacantes, no conozco los jueces y es la mayor alegría que tengo.