Hace unos días, se cumplieron 40 años del debut de Jorge Comas en Colón. Al “Chavo” lo puso en Primera el Gitano Juárez. Fue un 0 a 0 en la fecha 13 del Metropolitano. Colón salió con Erni; Araoz, Huens, Leroyer y Fertonani; Cariaga, Roldán y Villarruel; Pasculli, Agüero y Pereyra (por él entro Comas). Talleres tenía un equipazo. Ese día jugó con Quiroga; Van Tuyne, Galván, Oviedo y Ocaño; Ludueña (Ossés), Berta y Hoyos; Lucco (Bravo), Reinaldi y Valencia. Era el primer año de Talleres con la famosa resolución 1309, una de las tantas conquistas que tuvo el fútbol del interior durante la larga presidencia de Julio Grondona (la primera fue el gesto de Grondona al nombrar a Eugenio Marcolín, por entonces presidente de Colón, para que se ponga al frente de la delegación campeona del mundo que fue a la gira de 1979 y que visitó, en el Vaticano, al Papa Juan Pablo II).
El primer gol, lo convirtió ante River. Ya no estaba el Gitano, porque fue en el Nacional de ese año. Había llegado “Pipo” Rossi para hacerse cargo del equipo y Colón ganó 1 a 0 con ese gol del “Chavo”, nada menos que al inconmensurable Ubaldo Matildo Fillol.
No jugó mucho en Colón. Apenas esos dos torneos y el Metro del 81. Le tocó vivir la etapa más complicada de aquella larga permanencia sabalera en la A, desde el 66 hasta ese 1981. Había marcado 8 goles en 48 partidos cuando se fue a Vélez. Colón ya había descendido y al “Chavo” lo habían sancionado con una dura suspensión de seis fechas por aquella decisión que tomó el equipo de irse de la cancha la tarde del partido ante el Boca de Maradona, en disconformidad con la actuación del árbitro.
En el Nacional de ese mismo año, Comas inició su camino en Vélez y gritó 54 goles en 165 partidos, cifra muy interesante para un wing izquierdo. En el campeonato 86/87 llegó a Boca Juniors, donde marcó 56 goles en 112 encuentros. Mario Zanabria lo hizo debutar en Boca. Con Graciani y la “Chancha” Rinaldi armaron una excelente delantero. La hinchada de Boca lo amó sin límites, hasta que en 1989 partió para ser ídolo en Tiburones Rojos de Veracruz. Allí, es considerado uno de los mejores jugadores de su historia, solamente superado por el mítico Luis De la Fuente y Hoyos, que habían jugado en los 40 y 50. Fue compañero de otro jugador que estuvo en Colón, Omar Arnaldo Palma. Hizo 89 goles y la gente usaba su look, una ‘colita de caballo‘, y la camiseta número 11, que él usaba y se sigue vendiendo. Allí todavía permanece, ya con casi 60 años.
En el 94, cuando Colón armó el equipo para ascender, Jorge Alberto Comas tomó la decisión de regresar al país para terminar su carrera en Colón. Jugó casi 80 minutos en el partido inicial ante Laferrere, haciendo dupla de ataque con el Pampa Gambier. Se dio cuenta que ya eso no era para él. Le tocó jugar un partido muy malo, de comienzos de temporada, en una cancha que poco ayudaba a su zurda prodigiosa. Se fue de Colón y dejó el fútbol para siempre, después de 14 años de carrera y aún cuando parecía que tenía hilo en el carretel. Había llegado de Paraná y nunca jugó en la selección. Una injusticia.
Debutó en Colón hace 40 años... ¿Se acuerdan del “Chavo” Comas? Enrique Cruz (h)
El “Chavo” en el último partido que jugó con la camiseta de Colón. Allí se lo ve, maniobrando al lado de Maradona y con la compañía cercana de Ricardo Aniceto Roldán y Mario Enrique Cariaga. Era el primer tiempo de ese partido que Colón perdió. En el segundo tiempo, se pusieron una camiseta celeste y blanca y decidieron irse de la cancha. El “Chavo” Comas fue uno de los sancionados y lo vendieron a Vélez. Años más tarde volvió para retirarse con la rojinegra, pero apenas jugó 80 minutos en el primer partido. “Esto no es para mí”, pensó y se fue. Foto: Archivo El Litoral
Hace unos días, se cumplieron 40 años del debut de Jorge Comas en Colón. Al “Chavo” lo puso en Primera el Gitano Juárez. Fue un 0 a 0 en la fecha 13 del Metropolitano. Colón salió con Erni; Araoz, Huens, Leroyer y Fertonani; Cariaga, Roldán y Villarruel; Pasculli, Agüero y Pereyra (por él entro Comas). Talleres tenía un equipazo. Ese día jugó con Quiroga; Van Tuyne, Galván, Oviedo y Ocaño; Ludueña (Ossés), Berta y Hoyos; Lucco (Bravo), Reinaldi y Valencia. Era el primer año de Talleres con la famosa resolución 1309, una de las tantas conquistas que tuvo el fútbol del interior durante la larga presidencia de Julio Grondona (la primera fue el gesto de Grondona al nombrar a Eugenio Marcolín, por entonces presidente de Colón, para que se ponga al frente de la delegación campeona del mundo que fue a la gira de 1979 y que visitó, en el Vaticano, al Papa Juan Pablo II). El primer gol, lo convirtió ante River. Ya no estaba el Gitano, porque fue en el Nacional de ese año. Había llegado “Pipo” Rossi para hacerse cargo del equipo y Colón ganó 1 a 0 con ese gol del “Chavo”, nada menos que al inconmensurable Ubaldo Matildo Fillol. No jugó mucho en Colón. Apenas esos dos torneos y el Metro del 81. Le tocó vivir la etapa más complicada de aquella larga permanencia sabalera en la A, desde el 66 hasta ese 1981. Había marcado 8 goles en 48 partidos cuando se fue a Vélez. Colón ya había descendido y al “Chavo” lo habían sancionado con una dura suspensión de seis fechas por aquella decisión que tomó el equipo de irse de la cancha la tarde del partido ante el Boca de Maradona, en disconformidad con la actuación del árbitro. En el Nacional de ese mismo año, Comas inició su camino en Vélez y gritó 54 goles en 165 partidos, cifra muy interesante para un wing izquierdo. En el campeonato 86/87 llegó a Boca Juniors, donde marcó 56 goles en 112 encuentros. Mario Zanabria lo hizo debutar en Boca. Con Graciani y la “Chancha” Rinaldi armaron una excelente delantero. La hinchada de Boca lo amó sin límites, hasta que en 1989 partió para ser ídolo en Tiburones Rojos de Veracruz. Allí, es considerado uno de los mejores jugadores de su historia, solamente superado por el mítico Luis De la Fuente y Hoyos, que habían jugado en los 40 y 50. Fue compañero de otro jugador que estuvo en Colón, Omar Arnaldo Palma. Hizo 89 goles y la gente usaba su look, una ‘colita de caballo‘, y la camiseta número 11, que él usaba y se sigue vendiendo. Allí todavía permanece, ya con casi 60 años. En el 94, cuando Colón armó el equipo para ascender, Jorge Alberto Comas tomó la decisión de regresar al país para terminar su carrera en Colón. Jugó casi 80 minutos en el partido inicial ante Laferrere, haciendo dupla de ataque con el Pampa Gambier. Se dio cuenta que ya eso no era para él. Le tocó jugar un partido muy malo, de comienzos de temporada, en una cancha que poco ayudaba a su zurda prodigiosa. Se fue de Colón y dejó el fútbol para siempre, después de 14 años de carrera y aún cuando parecía que tenía hilo en el carretel. Había llegado de Paraná y nunca jugó en la selección. Una injusticia.