Fue una campaña para el recuerdo. Para muchos, inolvidable. Colón terminó sexto en aquél Metropolitano, pero a sólo cuatro puntos de Huracán, que fue el segundo de River campeón. Era un campeonato de 38 fechas y los partidos ganados sumaban dos puntos y no tres como ahora. Pero el comienzo había sido titubeante. Tanto que al cabo de la quinta fecha, Colón estaba en el puesto 17. Pero a partir de allí se inició una racha que hoy resulta muy difícil de repetir: 18 partidos invicto, que arrancó con victoria ante All Boys y derrota ante el mismo rival. Pareció toda una rueda pero no fue así, aunque tranquilamente se la podría contabilizar. Es que, extrañamente, la sexta fecha de las revanchas se jugó antes que la quinta. Y ahí, Colón perdió ante All Boys cuando, en realidad, el rival que le tocaba era Huracán, al que enfrentó en la fecha siguiente y le ganó en Santa Fe con un gol del chaqueño Mazo de cabeza luego de un centro de Carlitos López.
Unión había armado una revolución con el Toto Lorenzo y la llegada de grandes figuras. Colón venía con un equipo armado por el Vasco Urriolabeitia, al que el Gitano Juárez, en ese mismo año, le agregó algunos pocos retoques. Llegó el chaqueño Mazo, que venía de jugar en Salta y al que Juárez tenía “chequeado” de Juventud Antoniana y también incorporó al “Poroto” Saldaño, entre otros.
El arranque fue titubeante. Derrota con Chacarita, empate con Central, nueva derrota con River (4 a 3 en el Monumental en un partidazo), empate con Banfield y derrota con Huracán en Parque Patricios. A todo esto, Unión puntero del torneo con cinco victorias al hilo en su vuelta a la A. La sexta fecha trajo un alivio: 4 a 2 a All Boys en el Centenario, con goles de Carlos López, el “Mono” OIivares, el “Patito” Brítez y “Poroto” Saldaño. Allí empezó la racha que se prolongó hasta el 4 de junio, el mismo día del famoso “Rodrigazo”, cuando la nafta y el dólar se fueron al triple de su valor por las medidas económicas tomadas por Celestino Rodrigo, el entonces ministro de Economía de María Estela Martínez de Perón.
Al partido siguiente, Colón fue a Avellaneda y le ganó a Independiente con gol de Saldaño en un partido televisado. Después empató con Gimnasia 1 a 1 (gol de Cococho), repitió con Ferro (también con gol de Cococho), venció a Atlanta 3 a 2 con goles de Cococho, Saldaño y Carlos López, le ganó a Newell’s en el Parque con gol de Carlitos López, a Boca en el Centenario con gol de Cococho, empató con Temperley, venció 2 a 1 a San Lorenzo con goles de Mazo y Saldaño, empató con Argentinos Juniors 2 a 2 marcando otra vez Cococho y Brítez, igual que con Racing (goles de Cococho y Saldaño) y Estudiantes (goles de Pachamé en contra y Saldaño), luego venció a Vélez en Santa Fe con doblete de “Poroto”, empató el clásico 0 a 0 en la avenida, le ganó 3 a 1 a Chacarita con dos goles de Saldaño y otro de Mazo, empató con Central en Arroyito, empató en otro partidazo con River, en el Centenario 3 a 3 (dos de Cococho Alvarez y uno de Mariano para Colón; dos de Morete y uno del Beto Alonso para River), empató 4 a 4 con Banfield (Coscia, Saldaño, Julio César Bon y Mazo) y ahí debía enfrentar a Huracán, pero se intercambiaron las fechas y se disputó la sexta de las revanchas antes de la quinta, perdiendo el invicto con All Boys (2 a 1 en Floresta, gol de Mazo). Ese partido fue el día del Rodrigazo, miércoles a la noche. Al domingo siguiente llegó la victoria ante Huracán por 1 a 0 (gol de Mazo) y después siguió la racha con otro triunfo ante Independiente por 1 a 0 (gol de Mazo), ante Gimnasia 2 a 0 (doblete de Saldaño), ante Ferro 3 a 2 (dos de Coscia y uno de Mazo) y sendos empates con Ferro y Newell’s antes de caer ante Boca.
En esa racha de 18 partidos invicto, Colón ganó 8 partidos y empató 10. Sacó 26 puntos sobre 36 en juego (recordando siempre que en ese entonces se contabilizaban dos puntos por partido ganado), lo cuál le permitió cosechar el 72 por ciento de los puntos. En la sumatoria final, Colón totalizó 47 puntos, producto de 16 victorias y 15 empates, con 7 derrotas. Sumó el 62 por ciento de los puntos. Terminó a 8 puntos de River, compartiendo el quinto puesto con Estudiantes. Un “campañón”.
“Vengo a la cancha porque, al igual que al público en general, también a nosotros, los gobernantes, el fútbol nos sirve para descargar tensiones”. ¿A quién pertenecía esa frase?, al doctor Carlos Sylvestre Begnis, por ese entonces gobernador de la provincia y asistente al “partidazo” que se jugó en un Centenario que se desbordó de público y dejó una recaudación de más de 78 millones de pesos, constituida en récord por ese entonces, ese 21 de mayo de 1975, del que muy pronto se cumplirán 45 años.
El arco que da al ahora Fonavi Centenario, fue el lugar en el que Cococho Álvarez dejó dos veces sin chances a Fillol para convertir los primeros dos goles de Colón. El de Jota Jota Paso (donde en aquel momento estaba la tribuna de madera en la que se ubicaba la tradicional barra Santa Rosa de Lima), fue el arco en el que el Gringo Mariano convirtió el 3 a 3 definitivo de ese gran partido.
“Colón fue el grande”, tituló El Litoral al día siguiente, destacando de “sobresaliente” la actuación de un Colón que era dirigido por el Gitano Juárez y que en la fecha siguiente también igualó, ante Banfield en Buenos Aires: ¡4 a 4! Costantino; Aráoz, Villaverde, Mariano y Fernández; Mazo, Zimmermann y Cococho Álvarez; Coscia, Saldano y Carlos López fueron los once que dispuso Miguel Antonio Juárez, el inolvidable “Gitano”. Después entraron el “Patito” Brítez y Daniel Borgna, otro de los virtuosos que tenía aquel destacado plantel.
A propósito, días antes le habían efectuado un reportaje al Gitano en el diario La Razón y había señalado que “Colón puede ser campeón del torneo Nacional”. Aquel encuentro fue por el Metropolitano que, finalmente, se adjudicó River —al igual que el Nacional— poniéndole fin en forma brillante a ese período nefasto de 18 años sin perder, justamente de la mano del inolvidable Ángel Amadeo Labruna.
¿Cómo formó River?, anoten estos nombres: Fillol; Comelles, Perfumo, Artico y Jometón; Jota Jota López, Raimondo y Alonso; Pedro González, Morete y Más, entrando luego Mostaza Merlo y “Tomate” Pena, el papá de “Tomatito”, quien falleció muy joven, electrocutado. Un equipo al que luego se anexó Passarella, suplente entonces con Labruna pero titular en la selección que dirigía el Flaco Menotti, fiel y aventajado discípulo del Gitano.
Será muy difícil, casi imposible de igualar aquella campaña. Seguramente, quienes la recuerden podrán desempolvar con estas líneas aquellas imágenes momentáneamente olvidadas. Ese 3 a 3 en el Centenario fue uno de los mejores partidos del campeonato. Y fue uno de los tantos partidos en los que Colón y River se “mataron a goles”.