“El éxito es lo que haces con tu habilidad. Es la forma en que utiliza tu talento”. (George Allen).
Colón los disfrutó en los dorados ‘70. Sus historias, aquél equipo del Gitano lleno de buenos jugadores, sus lesiones y sus anécdotas. El chaqueño “resignó” la selección para venir a Colón (integraba aquél combinado del interior que había armado el Flaco Menotti). Lo de “Villita”, con el Flaco lo fue a ver a la cancha de Ferro, es una historia increíble. Dos tipazos, queribles, entrañables, tan cordiales afuera de la cancha como talentosos adentro, cuando la “rompían”.
“El éxito es lo que haces con tu habilidad. Es la forma en que utiliza tu talento”. (George Allen).
Se cruzaron una vez, una sola vez. No hizo falta más. La pelota los unió. Se hicieron amigos, pero antes fueron “compinches”. En ese entonces, había varios “compinches” en Colón. Se buscaban y se encontraban. Y si no estaban los dos juntos en la cancha —porque jugaban en el mismo puesto aunque el Gitano Juárez los ponía a todos igual—, había otros con esa misma empatía. Alguna vez el Flaco Menotti insistió con las famosas “sociedades”. En aquél equipo había un montón. Pero Osvaldo Mazo y Hugo Villarruel tenían todo lo que deben tener los grandes jugadores: talento, buen pie, despliegue, gol. Todo eso en un tiempo de abundancia de calidad individual. Pero ellos se destacaban. “Ya van a ver... ya van a ver... como la pisa Villarruel”, cantaba la hinchada. El Gitano Juárez, un bohemio, un lírico pero también un sabio del fútbol, un hombre que le enseñó a Menotti, marcó a ellos. Al chaqueño Mazo lo trajo de Salta, porque lo había dirigido en Juventud Antoniana. A “Villita” lo tenía como su “mascota”. No son propensos a hablar, no les gusta la exposición pública. “Villita” más todavía. “Es la segunda nota que doy y las dos fueron con vos”, dice. Y uno lo agradece profundamente. Es una honra poder hablar de fútbol con dos tipos que aún hoy se sienten felices cuando entran a una cancha con sus 60 y pico. Y la siguen “moviendo”. Como antes, como cuando se metieron en el corazón de la hinchada de Colón. Y eso fue para siempre.
—¿Hizo plata Colón con vos, Osvaldo?
—Yo era un jugador importante en ese momento. Colón podía llegar a venderme bien, pero me lesiono y cometen el error de operarme con un médico recién recibido que venía de Córdoba... ¡Le dieron a una promesa a un improvisado!... Creo que todavía tenía el diploma en el bolsillo... Me hubiesen llevado de entrada con Fernández Schnoor, que era el mejor de la Argentina. Y no después (Mazo).
—¡A mí también me operó Fernández Schnoor... En ese momento, en Independiente me dijeron: “Villita, te compramos así como estás!. Pero Colón no me quiso vender. Entonces apareció el Pato Pastoriza y me llevó a Racing. Yo no estaba convencido de ir a Independiente (Villarruel).
—¿Por qué “Villita”?, ¡si eras un jugador hecho a la medida de Independiente!
—¿Sabés qué pasa?... ¡Había cada monstruo en Independiente!... ¿Qué voy a jugar ahí?, me decía... ¿Te acordás Osvaldo cuando ustedes concentraban en el Constitución Palace? (Villarruel)
—Sí. Una vez nos encontramos, antes de un partido... ¡Vos jugabas de 9 en Racing! (Mazo).
—Yo les dije, a él, a Trossero y a Villaverde, que les iba a meter un gol... ¡Y se los hice!... Ganamos 2 a 1... ¿Te acordás del uruguayo Carrasco?... Le pegaba como los dioses a la pleota y él le pedía a los compañeros que me den la pelota a mí... Y a mí, que encarara para que me hicieran foules.... ¡A mí me pegaban y el uruguayo metía cada golazo de tiro libre! (Villarruel).
—¿Cómo fue tu infancia, “Villita?
—Yo tenía 9 o 10 años y atajaba... Sí, así como lo escuchás... ¡Atajaba!. Me gustaba... Un día íbamos perdiendo y me dijeron que saliera a jugar adelante... ¡Jugaba hasta descalzo!. Ahí nomás me vieron y me llevaron a San Cristóbal. Y antes de ir a Colón, tuve un paso por Unión (Villarruel)
—¿Y no quedaste?
—No, no... En Unión me querían. Lo que pasa es que San Cristóbal tenía un convenio con Colón. Me convencieron los muchachos del barrio de que va a Colón. Y ahí empecé mi carrera. Me recibió Cheves, ¿te acordás?... ¡Cheves me retaba!... Pero fue un padre para mí. Y después, el Gitano Juárez, el mejor de todos... El Gitano sabía todo. Me aconsejó siempre bien (Villarruel)
—¿Y vos, Osvaldo?
—Empecé en Independiente de Puerto Tirol, en Chaco. Jugaba para el equipo del pueblo. Ahí me conocieron los de Chaco For Ever y allí empezamos a jugar a nivel provincial. Eran los viejos regionales, ¿te acordás?. Allí me vieron los de Salta. Fui a Juventud Antoniana y ahí me cruzé con el Gitano. El me empezó a pulir, porque no sabía correr la cancha... El no dirigía al equipo, ¡me dirigía a mí! (Mazo).
—¿Te trae el Gitano a Colón?
—Mirá, antes estuve a un paso de Belgrano, el Gitano me metió en una selección del interior donde estaban Valencia, Villa, Luis Galván, Oviedo, Ocaño. Ibamos a jugar un torneo en Brasil y ahí me compra Colón. Le pedí, entonces, consejo a Menotti y me dijo que vaya. Pero dejé de pertenecer a esa selección.
—¿Te veías con chances para ser parte de ese proceso y llegar al Mundial?
—Mirá, no es porque hable mal, pero yo me consideraba muchísimo más que Ardiles... Tenía gol y Ardiles no, era inteligente... Está mal que hable así, pero estoy más allá de todo, tengo 66 años y a esta altura no me voy a andar cuidando de lo que digo... Jota Jota, el Chino Benítez, Brindisi, eran grandes número 8... Lo que pasa es que el Flaco lo rescató a Ardiles de Córdoba, lo tuvo todo el proceso y por eso jugó. Pero si te fijabas, adelante de él había varios (Mazo).
—Adelante mío, en Colón, estaba Osvaldo... Siempre pensaba: “no juego más con este tipo jugando así”... Pero el Gitano me ponía, me daba confianza. Y cuando él se va a Independiente, arranco yo (Villarruel).
—”Ya van a ver... ya van a ver... como la pisa Villarruel”...
—Yo entraba a la cancha y cuando la gente gritaba eso, se me ponía la piel de gallina... Me daban ganas de romperla toda... La pasé bien en Colón, pese a que me dejaron libre (Villarruel).
—¿Por qué hiciste tantos goles, Osvaldo, en aquella racha de 18 partidos sin perder del 75?
—Hay una explicación: aparte de que el Gitano me ponía porque me conocía y me daba libertad, a mí me gustaba el arco... Tenía buena pegada... El Gitanto nos mandaba al frente. ¡Cococho era el 5!... Con eso te imaginás lo que era el equipo. El Gringo Mariano o el Indio Mántaras se la bancaban con Villaverde y Edgar, porque el Bambi pasaba al frente también (Mazo).
—Jugábamos al toque, al pie. Mirá lo que me pasó a mí: un día jugábamos en cancha de Ferro, creo que contra Vélez. Me estaba cambiando y me dicen que estaba Menotti en la platea... !Tenía una emoción!... Temblaba cuando me vendaba... (Villarruel).
—¿Y?
—¡Fui un desastre y me echaron! (Villarruel).
—¿Sabés qué pasa?, Menotti había sido el ayudante de campo del Gitano. El nos iba a ver casi siempre en Buenos Aires. El Gitano era un adelantado, fue uno de los primeros en jugar con cuatro volantes cuando todos jugaban 4-3-3... Mirá mi caso: yo debuté contra Huracán, me puso de cuarto volante y me fui a jugar de delantero. Me marcó Carrascosa y me borró de la cancha... No le entendí lo que quería... ¿Qué hizo el Gitano?, al partido siguiente, me puso de 8 y el cuarto volante pasó a ser Carlitos López (Mazo).
—Yo iba a la cancha y desde la tribuna decía: ¡qué bueno que sería estar ahí adentro! (Villarruel).
—Y cuando él entraba, para nosotros era un alivio. Estaba fresco, con piernas y la rompía... Y él, después, formó un mediocampo bárbaro con Roldán y Di Meola... A Ricardo Aniceto Roldán lo conocía de Salta... Allá jugaba de 10, acá se hizo 5 (Mazo).
—”Villita”, ¿cómo fue aquélla anécdota con Maradona en cancha de Argentinos?
—La cancha no era buena, estaba llena de matas de pasto... En un momento, agarro la pelota y vengo gambeteando desde atrás. Cuando le voy a pegar al arco, ya adentro del área, me pega la pelota en una matita y me caigo... Por ahí siento que alguien me agarra de la cintura y me dice: “Levántese, maestro”... ¡Era Diego! (Villarruel).
—¿Ahí le cambiaste la camiseta?, ¿en ese partido?
—No, fue en uno en cancha de Colón, 1 a 1... Yo hice el gol nuestro y Diego el de Argentinos. Cuando terminó el partido, cambiamos la camiseta (Villarruel).
—¿Y lo tuyo en Independiente, Osvaldo?
—Tuve la mala suerte que Pastoriza se peleó con Grondona. Entonces, el Pato me hizo de lado porque a mí me llevó Grondona, que en ese momento estaba en el club, antes de ir a la Afa... De vez en cuándo jugaba en el Nacional del 79... El Pato era intocable: había ganado ese partido memorable contra Talleres en el Nacional del 77. Yo había llegado después de eso. Y cuando se fue, cambió todo, se fueron muchos históricos y de técnico agarró Santoro... No quiero hablar mal de Pepé... Es un emblema de Independiente, pero como arquero... En ese equipo estaban Alzamendi, el Bocha, Barberón. El problema lo teníamos en el medio. Un día le hiciste una nota en paraguay a Kiese y habló bien de mí. Era bueno, pero Fren, yo, Bochini, éramos lentos pero de buen trato de la pelota... Y Kiese venía de hacer una gran campaña en Olimpia, donde hacían pressing en toda la cancha. Y nosotros éramos todo lo contrario, la ventaja la sacábamos con la pelota. El corría por todos lados y nos desordenaba. No lo podíamos acompañar a esa presión que él hacía (Mazo).
—¿Alguna vez jugaron un partido 10 puntos?, un partido de esos que ustedes digan: “la rompí y mejor que esto no puedo jugar”...
—... A mí me gustaba jugar los clásicos, los jugaba a full. Por la gente, porque se llenaba la cancha. Me daba alegría, me agrandaba (Villarruel).
—Por lo que veo no te ponían nerviosos los clásicos, pero sí ese partido en cancha de Ferro cuando te fue a ver Menotti...
—Es que ese día me abrazaban, me decían que estaba el Flaco, que hiciera todo bien... Me tiraron la presión y fui un desastre... Te lo juro que jugué mal y de paso me echaron. Osvaldo, ¿alguna vez le hiciste un gol a Colón? (Villarruel)
—No... A Unión sí, pero a Colón no... A Colón nunca pude... (Mazo).
—Les cuento una anécdota: era el 81, creo... Estábamos en una práctica en Racing y yo sabía que jugábamos contra Colón. Entonces, me pregunta el Pato Pastoriza, que era el técnico: “¿qué le pasa?”... Me arrimo y le digo: Pato, no quiero jugar contra Colón. ¿Saben lo que hizo?, ¡me echó de la práctica!... Terminó y hablamos. Yo estaba temblando. Entonces, el Pato me dice: “Escuchame una cosa, ¿quién te paga a vos?, te paga Racing, entonces te debés a Racing”... Me marcaba Wermer, porque jugué de 9... Me tenía cortito Daniel, estaba jugando mal y la hinchada me empezó a insultar, creían que iba a menos... Por ahí agarro la pelota y metí un tiro que pegó en el travesaño y quedó picando adentro del arco, ganamos 1 a 0 y lo comprometí más Colón. Me dio pena (Villarruel).
—¿Es verdad que fuiste a Racing porque también iba Leroyer?
—Angel se iba a San Lorenzo y yo a Independiente. Pero el Pato estaba en Racing y me quería. Entonces, me llamó y me dijo: “Yo te lo traigo a Angel Leroyer”. Como sabía que en Independiente no iba a jugar, me fui a Racing (Villarruel).
—¿Y vos Osvaldo?, ¿un partido de 10 puntos?
—No recuerdo ninguno en especial, pero en el 75 estaba entero y no tenía las cuatro operaciones con las que terminé jugando al fútbol. No tenía alegría cuando me fui de Colón, ya era un trabajo para mí (Mazo).
—¿Y por qué no volviste?
—Los dirigentes querían que vuelva... Tenía 30 o 31 años, venía de Loma Negra, Colón estaba contratando cada inicio de temporada a 15 o 20 jugadores. Vengo a radicarme definitivamente a Santa Fe y me presento solo, el técnico era Federico Sacchi. Me ofrezco, sin pretensiones. Y no me quisieron, dijeron que tenían el plantel completo... Tendría que haberme buscado un representante, como esos 20 que traía Colón... Entonces, me fui a Rafaela, a 9 de Julio. Guardo un gran recuerdo de ese club, allí jugué como 3 o 4 años. Ya no vivía con lo que ganaba en Rafaela, así que me puse el negocio. Pero pasé años muy lindos allí (Mazo).
“A los 66 años no me voy a andar cuidando de lo que digo, yo jugaba mejor que Ardiles. Por empezar, tenía gol. Era un tiempo de grandes número ‘8’. Lo que pasa es que a Ardiles, el Flaco lo tuvo desde el primer momento en la selección porque lo rescató desde la época que jugaba en Córdoba”. Osvaldo Diosnel Mazo, ex jugador de Colón
“Estaba en Racing y teníamos que jugar contra Colón. Le dije al Pato Pastoriza que no quería jugar. ‘¿Quién te paga, Colón o Racing’?, me contestó. Jugué, hice un gol y ganamos. La hinchada de Racing ya me estaba insultando. Creía que iba a menos”. Hugo Villarruel, ex jugador de Colón