Darío Cabrol: "Cuando fui a la sede y ví los cuadros de Colón, me cayó la ficha, pero era tarde"
“Cuando volví del Toulouse, yo sólo quería jugar en Unión, pero no me quisieron. Vignatti me insistía. Y el día que me confirmaron que no había lugar para mí en Unión, dije: ‘Ma’ sí... que se vayan a la c... de su madre’. Ya no me quedaban posibilidades de ir a ningún otro lado”, cuenta Darío. Y además, una historia repetida: no cobró el 15 por ciento de ninguna de las tres ventas.
Archivo El Litoral Cabrol en acción, marcado por Castagno Suárez, en un clásico. Era el momento en que Darío la rompía en Unión y era un jugador clave. Al poco tiempo, se puso la camiseta del rival. Arranqué con diez días de entrenamiento en Colón, me rompí el culo pero me podría haber ido muy mal. Me puteaban y me aplaudían igual que a cualquiera , cuenta.
En la larga charla con Darío Cabrol, es posible que aquí esté la parte más polémica. ¿Por qué decidió jugar en Colón?. Llegó a ser un gran referente de Unión. Es cierto que, como cuenta, “por ahí me puteaban”, pero también es verdad que tuvo cinco años muy buenos, desde la llegada de Trullet en el ‘95 hasta su partida a Toulouse en una de las ventas más importantes que tuvo Unión en su historia, que luego salió mal por la quiebra del club francés. Su vuelta a Santa Fe, las llamadas insistentes de Vignatti, su deseo de jugar en Unión, el “no” previo a Estudiantes y Vélez y aquél día en que decidió decirle que sí a Colón.
—Vamos a reconstruir un poco aquélla parte de tu historia. Te habías ido al Toulouse de Francia siendo figura, volvés al poco tiempo porque el club quiebra. ¿Qué pasó ahí?
—Todavía estaba Nery de técnico... No entendí lo que me hizo, nunca se lo pregunté.. A Nery lo había tenido de compañero cuando vuelve en el ‘91 con Giusti, Cornaglia, Centurión... Después lo tuve de manager y luego de técnico. Cuando él aparece como entrenador, fue uno de mis mejores momentos, jugábamos bien, salimos terceros o cuartos, era capitán del equipo, me sentía bien y me venden al Toulouse, vuelvo al año o antes y fue como si de repente no me quisiera más.
—¿En serio que nunca lo hablaste con Nery al tema?
—No, nunca... ¡Qué se yo!... En ese momento me dieron a entender que no era momento para que volviera... La relación con Nery era excelente y de repente, no me quiere más... El por qué nunca le pregunté. De tener muy buena relación, identificado con el trabajo, con lo táctico, con lo estratégico, jugando siempre, pasé a no ser querido... ¿Vos te acordás por qué me voy al Toulouse?
—Porque andabas muy bien, supongo...
—A mí me lleva Alain Giresse, el chiquito que jugaba una barbaridad en la selección francesa, ¿te acordás? Era terrible jugador... Y el manager era el Beto Márcico... Ellos lo querían a Mariano Messera, que la rompía en Gimnasia... Lo fueron a ver un día y no anduvo bien... Esa noche, nosotros jugábamos contra Newell’s. Giresse y Márcico llegan al hotel y se ponen a ver el partido por TV. Ese día jugué muy bien y metí un gol de tiro libre... Al otro domingo lo van a ver a Messera y otra vez no pasa nada. Y me van a ver a mí contra River, el día del golazo de Jayo, que yo meto uno también, y me llevan. A los 6 meses se va Giresse, en enero viene otro técnico y no quería a los extranjeros. Yo estaba con Cascini. Entonces, me vuelvo a Santa Fe, hablo con Marcelo Martín y le digo que quiero jugar en Unión... Marcelo me dice que sí, pero me pide que lo deje hablar con Pumpido... Pasaron los días, se fueron a Mar del Plata de pretemporada y yo esperando. En eso, llama Vignatti, que lo tenía de vecino.
—Y se te arma el lío...
—¡Al principio le dije que no...! “José, le agradezco, pero esto es imposible... Me tengo que ir de Santa Fe si voy a Colón”, le dije... A los dos días, Marcelo Martín me llama y me dice que no quieren que vuelva... ¡Me fastidié!. A Vélez y a Estudiantes les había dicho que no, porque yo quería jugar en Unión... Preguntále a Juan Simón, que era mi representante. Si yo quería, el 10 de enero tenía club. Pero le dije que no, porque yo quería jugar en Unión... A esa altura, no se podía reflotar nada, no quería jugar en el Nacional B y no tenía equipo... Me quedaba si jugar.
—¿Entonces?
—Entonces, Vignatti se entera y otra vez me llama... ¿Así que no me quieren?, pensé... ‘Ma’ sí, que se vayan todos a la c... de su madre’... Y arreglé...
Juan Víttori-Fernando Nicola En algún momento, yo era puteado en Unió; después me idolatraron , dice Darío Cabrol. Cuando mi viejo vio la foto mía con la camiseta de Colón se quería morir , contó.
“En algún momento, yo era puteado en Unió; después me idolatraron”, dice Darío Cabrol. “Cuando mi viejo vio la foto mía con la camiseta de Colón se quería morir”, contó. Foto: Juan Víttori-Fernando Nicola
—¿Hablaste con alguien antes de arreglar?, ¿alguien con el que pudieras abrir un poco más la cabeza?
—Sí, claro. Lo hablé con cinco o seis hinchas de Unión, conocidos, fanáticos. Entre ellos, Miguel del Sel, el Oreja Fernández... Les expliqué, me vieron con bronca... Entonces, me dijeron que vaya, que era profesional... Y le dí para adelante. Mi viejo estaba de vacaciones en otro lugar y cuando vio la foto mía con la camiseta de Colón en el Olé se quería morir...
—¿No tuviste tiempo de cambiar de opinión en ese momento?
—¡Me la jugué para seguir jugando al fútbol...! Cuando voy a la sede de Colón, el día de la firma del contrato y la presentación, me cae la ficha... Dentro del enojo y el fastidio que tenía, en un momento me dejan dos minutos solo en una habitación llena de cuadros de Colón... Los miré y dije “¿qué estoy haciendo acá? Y bueno, ya era tarde... Después jugué, me rompí el culo, me apoyaron y me putearon como a cualquiera, como a Medero a Castagno... Pero volviendo a ese momento, me cayó la ficha de dónde estaba y no podía irme, no había vuelta atrás.
—Pocos saben que vos fuiste a Colón sin pretemporada, te podrían haber insultado en “colores” porque corrías el riesgo de andar mal...
—¡Claro!... Hice diez días de entrenamiento y a competir. El técnico era el Flaco Gareca...
—¿Creés que es demasiado dura la gente de Unión aún siendo un ídolo como fuiste?, te pregunto esto porque hubo un montón de jugadores que pasaron por los dos. El caso de la Oveja Telch fue similar al tuyo...
—La gente vive el momento, el fanatismo es muy grande... Yo era puteado en algún momento en Unión, después me idolatraron... Pero se acordaban mucho de mi mamá...(risas). Tengo agradecimiento al hincha de Unión, no le tengo ningún reproche... Me duele cuando me dicen que soy un traidor, cuando el club cumple cumple 100 años y no me invitan, no puedo ir a la cancha porque me pueden hacer vivir un mal momento. Y pregunto, ¿por qué no se acuerdan de lo que hice en el club?... Por ahí traen jugadores que estuvieron cinco o seis meses nomás y le dan cuadros con camisetas. No lo reprocho, pero están un año y quedan como ídolos... Yo estuve desde los 8 años, me transfirieron tres veces y me durmieron con el 15 por ciento, ¿nadie se acuerda de los careos en el 95?, ¿de lo que sufrí por ponerle el pecho a la situación?, ¿de los 5 años que fui capitán?... ¡No!, “te fuiste a Colón y por eso no te nombramos”... Es muy chiquitito... Tengo un poco de enojo...
—¿Nunca cobraste el 15 por ciento?
—Nunca... Te cuento una anécdota, cuando me venden a Francia, estando allá, en una mesa estaban los dirigentes del Toulouse conmigo y los del Lens con el Bichi. “Vos te vas al sur de Francia, cerca de la costa azul y yo al norte, al frío”, me decía el Bichi... Y bueno, llega un momento de la operación en la que te dicen: “Vas a tener que dejar el 15 por ciento porque si no, no se hace, no nos dan los números”... Yo me iba con cinco años de contrato... ¡Qué se yo adónde va esa plata! Yo podría haberles dicho que vaya a las inferiores, pero nadie lo dijo...
—¿Cuánto debe el Toulouse?
—Dos millones de euros y yo me puse de acuerdo: 1 para mí y 1 para Unión. Se verificó esa deuda. Pero son sociedades anónimas y cuando quiebran, todo va para atrás. Los jugadores quedan libres, el estadio es de la Municipalidad, el Estado francés no se hizo cargo y así quedó. Ahora es distinto: si una SA quiebra, la que viene se hace cargo de las deudas viejas...
—¿Prescribió?
—Yo lo sigo al tema... Prescribió, pero la sigo... Hubo negligencia...
—¿En Unión?
—Sí... En lugar de traer avales bancarios, trajeron documentos... Si traías avales bancarios, accionaba contra el banco... Unión debió haber actuado distinto ahí. Trajeron documentos del club. Y ahí están...
—¿Viste cosas fuleras en el fútbol?
—Y... Pasa de todo... ¿Incentivarme?, muchas veces, sobre todo en los finales de campeonato. Pasa todos los años.
—Vos jugaste en Racing. Algunos ex jugadores de equipos grandes cuentan que cuando llegaban al club, le pedían para hacer una “vaquita” por si había que incentivar a algún equipo para que le haga más fuerza a un rival...
—No, eso no... La plata no salía de los jugadores, sino del club... Si había que hacer una vaquita para agregar, se hacía. Soborno, no. No lo permitiría... El jugador en ese sentido es muy sano.
—¿Entre los jugadores?, sí, eso puede ser que haya pasado. Pero si hay algo que no ví ni permitiría, es el soborno para ir para atrás y perder un partido.
—¿Te ponías nervioso cuando jugabas?
—A veces sí, pero no era por miedo, sino por responsabilidad... Yo pensaba mucho los partidos, cómo moverme, por dónde, cómo jugaba el contrario... Antres no había tantos videos, pero el técnico nos daba un pantallazo... Yo me sentía responsable, era el que administraba el juego, tenía que tener precisión en los pases... Antes, los enganches eran los responsables del fútbol del equipo. Si jugábamos mal, nos echaban la culpa.
—¿Alguna vez te hicieron marca personal?
—Sí... El Pepi Zapata, cuando jugaba en Estudiantes... Ahora me enteré que va a ser el ayudante de Azconzábal si viene a Unión.
Archivo El Litoral Con el Loco Marzo se entendían de memoria. Formaron una dupla letal en Unión. La empatía que había entre ellos era total.
Con el Loco Marzo se entendían de memoria. Formaron una dupla letal en Unión. La empatía que había entre ellos era total. Foto: Archivo El Litoral
—¿Te pegaban mucho?
—Y sí, muchos... MacAllister en Boca, Giunta, el Loco Enrique, Astrada... Eran fuertes y por ahí te iban con mala leche... La mayoría de los partidos no eran televisados, así que imagináte... ¡He visto cada piña cerca mío!... Y ahí pensaba qué hubiese pasado si me la ponían a mi... Se las ponían a los delanteros, compañeros míos, con la jugada allá lejos...
—Una vez Elizondo te eligió a vos como del que más se tenía que cuidar en un equipo en el que jugaban Trotta, Moner y otros “nenes”...
—Sí, me acuerdo, fue antes de un clásico... No sé por qué lo habrá dicho... Tenía buena relación con Elizondo, le gustaba hablar y a mí eso me gustabar porque yo era de hablarle mucho a los árbitros, pero siempre desde el respeto. Algunos te hablaban mucho, eso me gustaba, siempre desde el respeto...
—Me imagino que no coincidías en la diferencia que había por un foul de un jugador de equipo grande que el de un jugador de equipo chico...
—Y sí, había diferencia... No es lo mismo una “plancha” de un jugador de equipo grande que la de un chico, siempre fue así... Salvo con Castrilli... Yo creo que Argentina tiene un muy buen nivel de árbitros, más allá de que se equivocan como todos...
—La última, ¿quién es Darío Cabrol?
—Alguien que tuvo la suerte de jugar al fútbol, no somos artistas pero somos seres humanos que tuvimos la chance de jugar a un deporte que moviliza multitudes, nos idolatran a aveces, otras veces no... También creo ser un buen papá. Tengo un hijo, Nico, que ojalá la rompa... Es mejor que yo, es rápido y tiene tecnica. Yo no era rápido...
—Ahora sí, la pregunta final. Si tuvieses que elegir a alguien para darle un abrazo, ¿a quién?
—A mi papá... Mirá, tuve unos años tremendos, fallecieron mi papá, mi mamá, mi hermano y también mi suegra... A ellos... Mi mamá tuvo una muerte repentina, siento que mi mamá me falta. A ellos, se los extraña y mucho...
“Estuve desde los 8 años en Unión, me transfirieron tres veces y me durmieron con el 15 por ciento, ¿nadie se acuerda de los careos con la barra en el ‘95?, ¿de lo que sufrí por ponerle el pecho a la situación?, ¿de lo que rendí como jugador?, ¿de los 5 años que fui capitán?. Parece que pesa más que haya jugado en Colón...”.
Darío Cabrol
Ex jugador de Unión y Colón
“Entiendo el fanatismo del hincha, pero me duele cuando me dicen que soy un traidor”.