El anuncio del acuerdo con los bonistas extranjeros y los datos que demuestran que la caída en algunos sectores de la economía fue menor a la catástrofe esperada/pronosticada, más el inicio de la recuperación de la industria en las zonas donde se flexibilizó el confinamiento, fueron buenas noticias en la semana que pasó en un contexto donde la pandemia parece acercarse al pico de contagios.
Antes del Covid19, la reestructuración de la deuda era el primer objetivo del presidente Alberto Fernández para poner en marcha la economía tras dos años de recesión y diez años de mediocre desempeño. Después de siete meses de negociaciones el anuncio en la madrugada del martes del acuerdo alcanzado con los fondos de inversión fue un hecho político que será decisivo en la recuperación del aparato productivo y la inversión productiva.
Según los datos oficiales publicados en la semana que pasó por el Indec, en junio la producción industrial desaceleró su retroceso y cayó el 6,6 % lo que muestran dos cosas: primero que dejó de caer a dos dígitos mensuales y que tuvo la contracción más leve desde el inicio de la pandemia en marzo. En el primer semestre del año la producción manufacturera registró una caída del 14,6% respecto de igual período del 2019.
Esto, según difundió el corresponsal de la agencia Reuters en el país, es “mejor de lo que los analistas habían pronosticado” porque muestra “una caída mucho más superficial que en los meses anteriores”. “El mercado esperaba una caída de alrededor del 10%”, escribió.
En la provincia de Santa Fe también empezó a reflejarse el freno de la caída. De acuerdo al informe que publicó el viernes la Federación Industrial de Santa Fe, en junio de este año el sector tuvo una caída del 10,9% interanual y acumuló en el primer semestre una retracción del 13,1% en relación al mismo período del año pasado. Hasta ahí, todo previsible. Pero en junio y por segundo mes consecutivo todas las ramas de actividad industrial incrementaron sus índices de producción en la medición intermensual.
De esta manera el nivel de actividad de las fabricas está muy cerca de volver a ser el del año pasado, lo que podría haber ocurrido el mes de julio ya que las primeras estadísticas indican un aumento del consumo de energía. No es mucho en un contexto de derrumbe histórico, la UIA prevé una caída del PBI de entre el 10 y el 12%, pero a menos muestra que de a poco empieza a salirse del pantano.
El sector de la construcción, uno de los sectores más afectados por la pandemia, también empezó a mostrar signos de recuperación. De acuerdo al Indice Construya, que elaboran empresas vinculadas a la comercialización de materiales de construcción, las ventas de materiales aumentaron en julio por tercer mes consecutivo, al registrar una suba del 13,6% contra igual período de 2019 y un fuerte incremento de casi 27% respecto de junio pasado.
Está claro que esta situación profundizó la pérdida de empleos que venía arrastrando el país. No obstante, según el informe publicado en la semana por el ministerio de Trabajo de la Nación, “en los meses de mayo y junio, se advierten señales de una incipiente estabilización del trabajo asalariado registrado en empresas privadas” producto de “la rápida reacción del sistema productivo que incrementó las contrataciones de personal como resultado de la flexibilización de las medidas de aislamiento y restricción a la producción”.
El informe indica además muestra además que “la contracción del empleo asalariado privado en la Argentina desde la irrupción de la pandemia es bastante menor al verificado en otros países del mundo”. Mientras que entre los meses de febrero y mayo de este año el empleo registrado en Argentina cayó el 2,5 %, en Brasil lo hizo el 7,5%, en Chile el 12,2%, en EEUU el 13,8% y en Canadá el 19,2%.
La sociedad argentina está agobiada, en el contexto de una región con una crisis económica que se extiende desde comienzos de la década. La Cepal pronosticó en diciembre del año pasado que si la región en 2020 crecía el 1 por ciento, el septenio 2014/2020 iba a ser el de peor crecimiento; peor aún que la década del 80, la famosa “década perdida”. Las ultimas estimaciones indican que la región caerá entre 9 y 10 puntos.
Las dos noticias de la semana servirán también para empezar a cambiar de a poco el humor de los argentinos, tan importante como las condiciones de la economía. Está claro que el inicio de la recuperación es el subsuelo y que es muy difícil caer aún más aunque como decía un presidente argentino, las crisis no tienen piso.