Mérito y lamento a la vez: hizo figura al arquero rival
Gagliardo fue el responsable de que Arsenal mantenga en cero el arco y se lleve un empate a Sarandí. No fue un buen partido en general ni tampoco de Unión en particular, pero tuvo varias situaciones y le faltó sólo eso para ganar: ni más ni menos que el gol.
Mauricio Garín Jonathan Galván es el que se lleva la pelota. El defensor tuvo un buen trabajo y será tenido en cuenta por Azconzábal para armar el equipo para el jueves. Todo indica que elegirá entre los centrales de ayer para acompañar a Nani, que estuvo en el banco.
Los inevitables y esta vez justificados atenuantes se mezclan con los indiscutibles merecimientos. No tanto por el juego en sí, porque el partido fue bastante parejo. Los merecimientos están basados en la generación de situaciones de gol. Y en el trabajo de los arqueros. Gagliardo fue la figura del partido. Trabajó mucho más que Moyano. Y eso es suficiente para marcar la diferencia que hubo entre dos equipos que no regalaron espacios, que arriesgaron poco y que jugaron un partido demasiado táctico.
Los atenuantes de Unión son claros: equipo juvenil, con muy pocos jugadores con experiencia, improvisado en algunos aspectos y con una imagen bien definida, la de un técnico que está en la búsqueda. Vayamos a un aspecto puntual: jugó con Andereggen tirado por derecha y con Luna Diale de "9". No es la posición natural de ambos. Quizás Andereggen pueda funcionar mejor porque no desconoce la función de extremo por un costado, pero Luna Diale está claro que no tiene la característica natural del "9", por más que Azconzábal piense lo contrario.
Mauricio Garín ¡Gracias, Huevo! , parece decirle el Vasco a Rondina con ese apretón de manos. Es que el técnico de Arsenal pidió que los jugadores se refresquen cuando Nardoni se acalambró y necesitaba atención médica. Le dio tiempo al volante para recuperarse.
"¡Gracias, Huevo!", parece decirle el Vasco a Rondina con ese apretón de manos. Es que el técnico de Arsenal pidió que los jugadores se refresquen cuando Nardoni se acalambró y necesitaba atención médica. Le dio tiempo al volante para recuperarse. Foto: Mauricio Garín
Al margen de eso, el técnico metió mano en el funcionamiento del mediocampo. Juntó más gente allí y hubo un volumen de juego que no había tenido el jueves. Bucca, Nardoni y Carabajal se tiraron bien adentro, liberando los costados para Zenón por izquierda y para la dupla Gerometta-Andereggen por derecha. No había distancias, se sufría por los pocos espacios pero al menos existía la chance de manejar un poco más la pelota. Bucca hizo un buen partido, el pibe Gerometta demostró que es una interesante alternativa cuando se quiere un marcador con proyección (daría la impresión de ser un poco más incisivo que Vera en este aspecto de mandarse al ataque) y le faltó una presencia más gravitante por el centro del ataque, donde se notó que Luna Diale terminó encerrado entre los centrales y sin la posibilidad de utilizar el desborde por afuera, que es lo que más le gusta y le conviene para su juego.
A Arsenal le costó encontrar el partido y lo logró cuando fue escalando en la cancha por el sector de Papa. Acá se notó alguna desinteligencia. Andereggen lo debió correr, asumiendo un natural desgaste de energías. Y por allí se complicó Gerometta cuando el experimentado lateral apareció por sorpresa. Precisamente, en el cuarto de hora final del primer tiempo, sus apariciones fueron determinantes en las dos jugadas claras que Arsenal tuvo en esa etapa inicial que fue más pareja que la segunda en las situaciones de peligro frente a los arcos.
Es inevitable que desde hace un tiempo se hable de Carabajal en Unión. Su llegada tuvo que ver con la necesidad de encontrar un armador. Algunas lesiones, las dificultades en encontrarle la mejor posición en la cancha y la necesidad de que gane confianza y asuma su rol de conductor futbolístico, chocaron permanentemente con ese deseo de que se gane un lugar en el equipo. Carabajal no jugó un gran partido, pero de sus pies apareció la claridad, el pase distinto y hasta la chance más clara de gol cuando definió -bien, aunque a media altura- en la jugada más clara de gol que tuvo Unión (mano a mano) que Gagliardo resolvió con una gran atajada.
Se pudo ganar el partido; se debió ganar. Unión no tuvo grandes fisuras defensivas (salvo las escaladas de Papa que no se hicieron tan incisivas en el segundo tiempo) y alguna jugada de Albertengo, que se volcó mucho por derecha y que se encontró con una adecuada respuesta del debutante Esquivel. En el medio, hubo mayor generación de juego que el otro día ante Emelec, con otros jugadores y también con esquema distinto. Y se crearon mayor cantidad de situaciones de peligro, porque una cosa trae la otra: cuando se crea más fútbol en el medio, las ocasiones de gol se incrementan.
Mauricio Garín Francisco Gerometta hizo un buen partido, mostró capacidad para proyectarse al ataque y le plantea dudas a Azconzábal para el partido del jueves en Guayaquil.
Francisco Gerometta hizo un buen partido, mostró capacidad para proyectarse al ataque y le plantea dudas a Azconzábal para el partido del jueves en Guayaquil. Foto: Mauricio Garín
Dijo Azconzábal que no se pueden sacar conclusiones porque fueron dos equipos distintos; en eso tiene razón. El balance es que al margen de esperar que el nivel crezca, también urge que el técnico conozca bien al plantel para potenciar el rendimiento de los jugadores. Quiso innovar en los dos partidos. Algunas cosas le salieron bien y en otras debe revisar si es conveniente lo que hizo. Esto recién empieza y es lógico que deba cumplirse con el proceso natural de conocimiento mutuo con el plantel.
De todos modos, tanto los amistosos como los dos partidos oficiales dieron una muestra de que le falta mayor poder de definición, más contundencia. Se hicieron pocos goles en los amistosos y ninguno en los oficiales. En el fútbol, los goles son clave y definen los resultados de los partidos. Es lo que faltó para ganarle a Arsenal.