Domínguez pasó de un partido bien leído a otro en el que no acertó
El "Barba" en remojo
Así como los cambios que hizo en Florencio Varela lo liquidaron a su favor, esta vez llenó de volantes y no dejó a nadie que aguante o defina arriba. El partido dejó una sensación de desperdicio para Colón.
Fernando Gens - Pool ARGRA Yeiler Góez va al piso en inferioridad numérica y la pelota pegará en la mano del defensor de Independiente. Desde muy cerca, Silvio Trucco, un árbitro cuestionado por Colón, marcará el penal en el cuarto minuto de descuento.
En la variedad suele estar el gusto para los entrenadores. Pero a veces, eso lleva al error. Cuando Colón no la estaba pasando bien en Florencio Varela y necesitaba no sólo refrescar el ataque con dos jugadores con "piernas" para definir el partido, sino también tener gente adelante para aguantar la pelota allá arriba sin que se convierta en un frontón, sacó a Morelo y a Chancalay para poner a Bernardi y al Pulga Rodríguez. Le salió muy bien. Ellos dos se encargaron no sólo de construir el 3 a 0 final cuando Defensa y Justicia estaba a un toque de empatar el partido, sino que supieron sostener el balón un poco más lejos, permitiendo por ejemplo que crezca el nivel de Vigo, imparable en ese segmento final del partido cuando aprovechó los espacios y tuvo aire para complicarle la existencia al rival.
En Avellaneda se dio una circunstancia similar. Colón ganaba el partido 1 a 0, Chancalay y Morelo se iban quedando sin piernas pero la elección de Domínguez o la lectura que hizo del partido fue distinta. Puso volantes. Primero fue Góez, después fue Farías y también Farioli. Estos últimos dos son jugadores que pueden aportar algo gravitante en gestión ofensiva, pero tienen una indisimulable vocación de volantes. Retroceden y de allí pueden partir en búsqueda del área rival. No tienen alma de delanteros ni tampoco se posicionan como delanteros.
Es cierto también que si Emanuel Olivera hubiese convertido el penal, Colón terminaba ganando el partido. ¿Hubiese cambiado el concepto?, definitivamente, no. Es verdad que la medida del análisis tiene cierta dependencia del resultado final. Se agrava o se alivia según se gane o se pierda. La incidencia el domingo de la semana pasada fue fundamental. Desde el banco se hizo una lectura del partido muy clara y favorable. Los que entraron, supieron interpretar cabalmente el pedido. No ocurrió lo mismo en este partido.
Es verdad que con el "diario del lunes", se ve todo diferente. El que toma las decisiones, es el entrenador. Arriesga y se expone a que le vaya bien o mal. La impresión que dejó el partido, es que Colón no sólo que no lo pudo definir, sino que tampoco pudo aguantarlo en otro lugar que no convierta al partido en un "frontón", con una pelota que iba y volvía de inmediato.
Confunde un poco la jugada del gol de Independiente. ¿Qué hacía tan solo Lucas Rodríguez adentro del área?. ¿Por qué se presentó esa situación con un equipo que marcó con línea de cinco desde el momento en que resolvió cuidar el resultado que había conseguido con el gol de Morelo?. ¿Era marca de Vigo o debía bajar un volante (¿acaso Góez o Farioli?) a ocupar esa posición?
El olor a desperdicio terminó siendo putrefacto para este partido. Desperdicio, porque Colón tuvo todo para ganar, frente a un rival que apenas contó con "media situación" en el primer tiempo (un cambio de frente de 35 metros que no alcanzó a conectar Romero) y el mano a mano del mismo jugador metiéndose entre un desatento Vigo y Olivera, que conjuró muy bien Burián, quien dio la impresión -sólo eso, la impresión- de haber sido indeciso para tirarse a cortar ese cabezazo cruzado que le pasó por delante suyo antes de meterse junto al palo izquierdo.
Colón debió ganar el partido, sin que esto vaya en detrimento de la justicia del resultado. Digo que debió ganarlo porque se dio para que así sea: hizo un gol y se le presentó un partido a la "medida de Domínguez". Sólo que esta vez, el propio Domínguez la terminó "embarrando".
Fernando Gens - Pool ARGRA La espectacular estirada de Sosa, determinante del resultado, para contener el penal.
La espectacular estirada de Sosa, determinante del resultado, para contener el penal.Foto: Fernando Gens - Pool ARGRA
Un "saltito" al que estaba acostumbrado
Ante la ausencia de Morelo, el Pulga Rodríguez y Chancalay, que podrían haberse convertido en potenciales ejecutantes, le tocó el turno a Emanuel Olivera, alguien que el año pasado participó en las no pocas definiciones desde los doce pasos que tuvo Colón en la Sudamericana y la Copa Argentina.
Olivera había convertido siempre: dos veces "picando" la pelota (Mineiro y Argentinos Juniors) y otra haciéndolo como ante Independiente, abajo (Estudiantes de Buenos Aires). En todas las oportunidades, hizo "la gran Pulga", con el saltito previo a la ejecución del remate.
Cuando Sosa desvió el remate y fue a "jugarse la vida" contra el propio Olivera y Lértora, lo hizo con una vehemencia tal que hasta se lesionó en el choque con el volante, fundamentalmente. Y quedó sellado el 1 a 1 con un sabor agridulce (más agrio que dulce) para un Colón que terminó su periplo de visitante y ahora se prepara para jugar tres partidos como local (Central Córdoba, el lunes y luego las revanchas con Defensa e Independiente, antes de terminar esta fase clasificatoria en Santiago del Estero).
Abraham con la delegación
Fue reducida, por razones de público conocimiento como consecuencia de la pandemia, la compañía que tuvo la delegación en este viaje a Buenos Aires.
Además del secretario, Francisco Rivero, fue invitado el doctor Gustavo Abraham, quien viajó acompañado por Rodolfo Romero, un integrante de su agrupación. Ambos llegaron unas horas antes del partido y luego se trasladaron al estadio para ver el partido.
Abraham está colaborando con la actual comisión directiva en algunos temas específicos que le ha derivado Vignatti.