Un hombre de 26 años fue condenado este miércoles a tres años de prisión condicional, por la portación de una pistola 9 mm que alguna vez fue de la Policía y que tuvo un curioso derrotero hasta terminar en el mercado ilegal.
Fue detenido a fines de 2019 con una pistola 9 mm en la cintura. La Fiscalía pidió 5 años de prisión, pero el juez lo sentenció a 3 en suspenso.
Un hombre de 26 años fue condenado este miércoles a tres años de prisión condicional, por la portación de una pistola 9 mm que alguna vez fue de la Policía y que tuvo un curioso derrotero hasta terminar en el mercado ilegal.
La sentencia, dictada por el juez Pablo Busaniche, alcanza a Rodolfo Miguel Galván, quien de todos modos permanece tras las rejas, en prisión preventiva, por otros delitos en los que se encuentra investigado.
Galván, que cuenta con la defensa del abogado Enrique Müller, fue detenido el lunes 16 de diciembre de 2019, en horas de la noche, en un pool ubicado en la esquina de las calles Estrada y Bolivia, del barrio Barranquitas. Llevaba el arma cargada en la cintura, lo que para los fiscales Agustín Nigro y Estanislao Giavedoni, representaba una clara señal de que era a los fines de cometer otro delito.
"El juez entendió que con las pruebas quedó acreditado que el autor portaba el arma sin fines ilícitos", señalaron los fiscales en un parte de prensa difundido por el Ministerio Público de la Acusación (MPA). En tal sentido, aclararon que "desde la Fiscalía consideramos que portar una arma de fuego de gran poder ofensivo como una pistola calibre 9 milímetros, cargada y apta para el uso, sin la debida autorización legal, en horas de la noche en un bar -en una zona de la ciudad en la que son frecuentes las detonaciones y los robos cometidos con armas de fuego- son circunstancias que deben ser adecuadamente calibradas", subrayaron.
Además, adelantaron que apelarán el fallo, ya que "en nuestros alegatos solicitamos cinco años de prisión de cumplimiento efectivo".
Nigro y Giavedoni añadieron que "el trabajo de la Fiscalía se dirigió a demostrar la gravedad de este tipo de comportamiento y cumplir con el mandato legal que ordena su persecución y efectiva sanción".
Por su parte, el magistrado ordenó el decomiso del arma que le fue secuestrada oportunamente a Galván.
A propósito de la pistola 9mm, uno de los policías de la División Judicial citados a juicio contó el intrincado derrotero que tuvo desde que le fue robada a un personal policial, hasta la fecha de su último secuestro, en manos de Galván.
Entre 2015 y 2019, el arma fue secuestrada y puesta a disposición de la Justicia en dos oportunidades; la primera de ellas, fue a parar a un depósito judicial del cual desapareció junto a otras armas cuando iban a ser destruidas hace algunos años. Por ese motivo se abrió una investigación penal, para determinar la responsabilidad en la cadena de custodia del armamento. Finalmente, la pistola regresó al mercado negro, del cual fue rescatada a fines de 2019, en poder de Galván.
Respecto del reo, los fiscales insistieron en que "está imputado en otras investigaciones en curso por ilícitos cometidos luego de la portación del arma por la que hoy (por el miércoles) se le impuso la pena". En tal sentido, aclararon que "estos hechos se investigan en el marco de un abordaje especial que realiza el MPA en algunos sectores del oeste de la ciudad de Santa Fe".