En apenas un año, Colón y Talleres pasaron del luto al espectáculo
Una historia de goles y muertes
En 1976, hubo dos muertes en el Centenario luego de un enfrentamiento de hinchas de Talleres con la policía. Al año siguiente, se "mataron" a goles: dos 5 a 1, uno para cada uno, que definían a dos equipos que jugaban bien al fútbol.
Archivo El Litoral La Chiva Di Meola y José Artemio Luñiz, dos protagonistas principales de una goleada memorable de Colón sobre Talleres en 1977.
Talleres fue un gran animador del fútbol argentino en la década del '70, apareciendo en el concierto nacional como un "invitado de piedra". Grandes equipos nutrían aquellos nacionales. Tanto, que de Talleres salieron varios jugadores sin escala en algún grande de Buenos Aires a integrar la selección de Menotti que fue campeón mundial en 1978. Luis Galván, Miguel Angel Oviedo, José Daniel Valencia y hasta se podría sumar a Humberto Rafael Bravo, que se quedó afuera a escasas dos semanas del torneo junto a Maradona y Bottaniz. Talleres era el cuco del Nacional, un equipo a vencer, un "poderoso" metido en el medio de los clubes que por ese entonces gobernaban el fútbol argentino. Y así, a fuerza de un fútbol elogiable y sorprendente, Talleres fue haciéndose un nombre, salió subcampeón del Nacional 77 sin perder ante Independiente (dos empates y la consagración del Rojo por el bendito gol de visitante) y se metió en la fase final de varios torneos consecutivos hasta darle nacimiento a la famosa "1309" que le dio lugar a los clubes cordobeses para meterse en el Metropolitano, en una conquista histórica para ellos.
El primer antecedente de choques entre Colón y Talleres data de 1974, lógicamente en el Nacional. Pero hay dos hechos que marcaron a fuego y se enmarcaron en una rara contradicción: espectáculo y muerte.
El 12 de diciembre de 1976, las crónicas de la época dieron cuenta de una masiva presencia de hinchas de Talleres en el Centenario. Los medios cordobeses hablan de 10.000 hinchas que llegaron de la Docta, lo cuál aparece a primera vista como algo exagerado. Pero Talleres venía muy bien y peleando por entrar en la fase final de ese Nacional. El partido salió 1 a 1, pero mientras se jugaba un preliminar, la hinchada de Talleres desbordó un alambrado que había entre la vieja tribuna redonda de madera (sector sudeste), con la tribuna sur, que también era de madera y la redonda sudoeste de cemento. La policía intervino, hubo gases lacrimógenos y varios heridos con armas de fuego (no sólo la policía, también los hinchas de Talleres disponían de esas armas, según el informe policial publicado por El Litoral), que arrojaron como resultado la muerte de dos cordobeses. Todo esto ocurrió antes de iniciarse el partido principal, que igualmente se disputó.
Un año más tarde, el destino volvió a ponerlos frente a frente. Pero aquélla historia negra del 76, cambió por otra mucho más grata para contar. Se jugaba la primera fecha del torneo Nacional y Colón, dirigido por el Vasco Urriolabeitia, se enfrentaba con el Talleres de Saporiti. El Gato Andrada era el arquero. En la defensa, jugaban Aráoz, Di Plácido, Zimmermann y Fernández. En el mediocampo, Villarruel, Roldán y Di Meola. Y arriba, el "Cucaracho" López, Luñiz y Aricó fueron los 11 elegidos por el Vasco. En Talleres, Quiroga; Arrieta, Galván, Bordón y Ocaño; el "Hacha" Ludueña, Oviedo y Valencia en el medio y la "Pepona" Reinaldi, Bravo y Cherini en la delantera. Un equipazo.
Archivo El Litoral Así cubrió El Litoral aquél luctuoso episodio en su edición del 13 de diciembre de 1976, cuando Talleres trajo una multitud al barrio Centenario y se produjo un fuerte enfrentamiento con heridos de muerte en la tribuna sur. El partido, igualmente, se jugó.
Así cubrió El Litoral aquél luctuoso episodio en su edición del 13 de diciembre de 1976, cuando Talleres trajo una multitud al barrio Centenario y se produjo un fuerte enfrentamiento con heridos de muerte en la tribuna sur. El partido, igualmente, se jugó.Foto: Archivo El Litoral
A ese partido lo ganó Colón 5 a 1. Y fue sorpresa porque ya se perfilaba Talleres como un equipo a vencer, algo que en definitiva ocurrió porque ese año jugó la final con Independiente: 1 a 1 en Avellaneda y 2 a 2 en Córdoba, en ese partido en el que le echaron tres jugadores al Rojo, los jugadores se quisieron retirar de la cancha, Pastoriza (el DT) los frenó y Bochini convirtió el gol del empate que le dio el título.
Los goles de Colón en esa tarde inolvidable en el Centenario, fueron convertidos por Jorge López, dos de Di Meola y dos de José Artemio Luñiz, uno de los mejores cabeceadores que tuvo Colón en toda su historia, mientras que José Daniel Valencia marcó el tanto de los cordobeses.
¿Qué pasó en la revancha?, Talleres se la cobró y de qué manera. Fue 5 a 1 también, con dos goles de Bravo, dos de Bocanelli y uno de Alderete para el equipo de Saporiti, que ya por ese entonces estaba en la punta de su zona, mientras que Daniel Vicente Aricó -como no podía ser de otra forma, de tiro libre- fue el autor del gol sabalero.
Si algún resabio quedaba de lo que había pasado un año antes, fue que tanto en el partido jugado en cancha de Colón como el que se jugó en la Boutique (como se la denomina a la cancha de Talleres), no contó con parcialidad visitante. Las muertes del 76 calaron hondo. Y además, hubo que recomponer relaciones: Amadeo Nuccetelli, el exitoso dirigente que tuvo Talleres en ese entonces, decidió romper relaciones con Colón luego del encuentro del '76 por entender que el club había tenido "complicidad con la represión policial". Hubo que trabajar mucho desde lo diplomático, por parte de la dirigencia encabezada por un señor como el doctor Eugenio Daniel Marcolín, para que sus pares cordobeses entren en razones y desestimen aquélla decisión. En definitiva, todo empezó con aquélla invasión a la tribuna sur de Colón (en la norte se ubicaba la afamada Santa Rosa de Lima) y allí se desencadenó aquél suceso luctuoso que empañó esa jornada.
5 años
Hace que Colón no vence a Talleres. La última vez fue en 2016, cuando venció por 1 a 0 con gol de Ismael Blanco. Hay un "sobreviviente" en el plantel de aquél partido: Christian Bernardi. El técnico de Colón era Paolo Montero.