Las emocionantes apariciones santafesinas en El Eternauta
Una es una toma en la que aparece un cartel gigante de Los Palmeras. La otra es en uno de los fragmentos más fuertes de la serie, cuando suena la Misa Criolla del santafesino Ariel Ramírez. Identificación y pertenencia.
Santa Fe en El Eternauta. En una de las tomas aparece un elemento bien santafesino detrás de Darín.
La esperada adaptación de El Eternauta, la icónica historieta argentina creada por Héctor Germán Oesterheld y Francisco Solano López, llegó a Netflix con una producción de alto nivel que no solo rescata el espíritu original de la obra, sino que también rinde homenaje a símbolos profundos de la cultura nacional. Entre ellos, dos guiños musicales destacaron especialmente para los santafesinos: la presencia de Los Palmeras y la emblemática Misa Criolla de Ariel Ramírez.
El Eternatura interpela la condición humana, una vez más.
Uno de los momentos más comentados por el público santafesino fue la aparición de un cartel publicitario de un recital de Los Palmeras, la legendaria banda de cumbia de estas tierras, en una escena callejera que retrata la vida cotidiana antes de la nevada mortal. La imagen, fugaz pero significativa, actúa como un ancla emocional para los espectadores argentinos, evocando una identidad popular arraigada y celebrada a lo largo del país. Y más especial aun para los santafesinos.
El cartel del recital de Los Palmeras es original.
Es el minuto 9 del episodio 4. Juan Salvo, interpretado por Ricardo Darín, y Alfredo Favalli, a cargo del uruguayo César Troncoso, bajan de un auto sobre una calle de Buenos Aires completamente devastada por la nevada mortal que cubre toda la ciudad. Entre el caos ambiental y los restos de una civilización colapsada, puede observarse claramente una publicidad pegada en un cartel que anuncia un recital de Los Palmeras en el Luna Park, programado para el 15 de diciembre de 2022.
El afiche se viralizó de inmediato en las redes sociales y no pocos fueron a buscarlo en la plataforma. La mayoría de los mensajes eran de sorpresa, orgullo y pertenencia.
Santa Fe en El Eternauta. Esta imagen es sólo un montaje especial con el efecto de la serie, en la icónica playa de la Costanera Este de Santa Fe.
Más tarde el director de la serie, Bruno Stagnaro, se encargaría de contar lo que ocurrió y dijo que “no fue intencional”, ya que la producción de El Eternauta optó por mantener la ambientación real de las calles porteñas al momento de grabar. “Los elementos como ese cartel no fueron colocados por el equipo de arte”, aclaró. En otras palabras, la pegatina estaba allí al momento del rodaje, y su inclusión en la toma es parte de una decisión artística más general: preservar el entorno auténtico de la ciudad en medio del relato de ciencia ficción.
Este tipo de decisiones, explicó el propio director, buscan generar identificación con el público local, un objetivo que, en este caso, se logró con creces. Porque si hay algo que representa al ADN popular argentino —además de los asados y el fútbol—, es la cumbia de Los Palmeras, publicó el periódico porteño Infobae.
Y Los Palmeras no se quedaron atrás. Al toque publicaron un video en su perfil en Instagram en el que aparecen con máscaras y expresaron: “Ahora somos los Palmernautas, cantando y saltando entre nieve y aventuras. Si llega una invasión, tranqui: nosotros ponemos la cumbia”.
Credo
Más adelante, en una de las escenas más conmovedoras de la serie, cuando los protagonistas ingresan a una iglesia buscando refugio, suena la voz inconfundible de Mercedes Sosa interpretando el Credo (chacarera trunca) de la Misa Criolla, una de las obras más universales de Ariel Ramírez, también oriundo de la ciudad de Santa Fe. La música, cargada de espiritualidad y resistencia, acompaña con solemnidad una escena clave que resalta los valores de comunidad y esperanza frente al desastre.
Como contó El Litoral hace un par de años atrás en el documental transmedia “Paisano Santafesino”, Ramírez compuso la Misa Criolla en 1964, inspirado por un profundo gesto de humanidad que vivió durante un viaje a Alemania en la posguerra. Allí, conoció a un grupo de mujeres alemanas que, en plena ocupación nazi, habían ayudado a escapar a prisioneros franceses, entre ellos un amigo suyo. Conmovido por ese acto de solidaridad, Ramírez decidió crear una obra que celebrara la fe, la paz y la hermandad entre los pueblos. La continuó y terminó en Santa Fe, ayudado por el Padre Catena, en la parroquia de Villa del Parque. Con textos en español y ritmos folclóricos argentinos como la chacarera, la baguala y el carnavalito, la Misa Criolla se convirtió en una pieza revolucionaria que llevó la música litúrgica latinoamericana al mundo.
Estas apariciones no son meros detalles de ambientación en El Eternauta: se sienten como una forma de celebrar la identidad argentina y santafesina dentro de una narrativa de ciencia ficción que, aunque universal en sus temas, está profundamente enraizada en el contexto social y cultural del país.
Así podría quedar el Puente Colgante de Santa Fe en El Eternauta. La imagen es un montaje.
Con estos homenajes, El Eternauta no solo revitaliza un clásico literario, sino que también reafirma la potencia simbólica de los íconos musicales del litoral. Una producción que, sin dudas, invita a mirar más allá de la historia y a reconocer en cada escena fragmentos de una memoria colectiva.
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