El Vaticano confirmó la beatificación del empresario argentino Enrique Shaw
La Iglesia dio un paso histórico al avalar el reconocimiento religioso de un referente del empresariado nacional, tras la curación inexplicable de un niño. Su legado trascendió el ámbito económico y espiritual.
Shaw, referente del compromiso cristiano en el ámbito laboral.
El Vaticano confirmó que Enrique Ernesto Shaw, empresario y laico argentino, será proclamado beato. La decisión se tomó luego de que la Iglesia reconociera oficialmente un milagro atribuido a su intercesión: la curación inexplicable de un niño que sufrió una gravísima lesión tras recibir una patada de un caballo, un caso que no encontró explicación científica.
La confirmación de la beatificación llegó tras un largo proceso de análisis dentro de la Iglesia. El milagro aceptado ocurrió luego de que un niño de seis años padeciera una lesión severa en la nuca, con riesgo vital y pronóstico reservado. La recuperación total, sin secuelas neurológicas, fue considerada extraordinaria por los especialistas y determinante para el avance de la causa.
Una causainiciada enBuenos Aires
El proceso de canonización de Enrique Shaw comenzó en 2001 en el arzobispado de Buenos Aires. A lo largo de los años se recopilaron testimonios, documentos personales y escritos que permitieron reconstruir su vida, su compromiso cristiano y su coherencia entre fe y acción.
León XIV aprobó el decreto que certificó un milagro atribuido a su intercesión.
La investigación incluyó evaluaciones de médicos, teólogos y autoridades eclesiásticas de distintos rangos. Tras superar cada una de las instancias previstas, el expediente recibió dictamen favorable, lo que abrió el camino definitivo hacia la beatificación.
Quién fueEnrique Shaw
Enrique Shaw nació el 26 de febrero de 1921 en París, en el seno de una familia de gran relevancia económica en la Argentina. Era hijo de Sara Tornquist y de Alejandro Shaw, fundador del banco que llevaba su apellido. A pesar de ese origen privilegiado, su vida estuvo marcada por la austeridad y una profunda vocación de servicio.
Se formó en el colegio La Salle de Buenos Aires y luego ingresó a la Escuela de Oficiales de la Armada, donde egresó con uno de los mejores promedios y se convirtió en el oficial más joven de la Marina. En 1943 se casó con Cecilia Bunge, con quien formó una familia numerosa y tuvo nueve hijos.
Shaw fue fundador y primer presidente de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE) y uno de los impulsores de la Universidad Católica Argentina. Además, participó activamente en la Acción Católica y en el Movimiento Familiar Cristiano, promoviendo una mirada ética y solidaria del mundo empresarial.
Durante 16 años se desempeñó como gerente general de Cristalerías Rigolleau, donde aplicó una gestión centrada en la dignidad de los trabajadores, el diálogo y la responsabilidad social, valores que marcaron su legado.
El milagro
El hecho que permitió avanzar hacia la beatificación ocurrió el 21 de junio de 2015, cuando Matías, un niño de cinco años, recibió una patada en la nuca de un caballo en una finca cercana a https://www.ellitoral.com/index.php/temas/buenos-aires. El impacto lo dejó inconsciente y, por la gravedad de la herida, no pudo recibir atención médica especializada de inmediato.
Francisco impulsó una mirada cercana del empresariado, en sintonía con los valores de Shaw.
Ante la desesperación, su padre pidió la intercesión de Enrique Shaw y convocó a familiares y amigos a rezar. Contra todos los pronósticos, el niño comenzó a recuperarse. Con el paso del tiempo, estudios médicos confirmaron la ausencia de secuelas neurológicas significativas.
En evaluaciones posteriores, especialistas constataron que Matías llevaba una vida completamente normal, practicaba deportes y tenía un desarrollo escolar acorde a su edad. Estos elementos fueron claves para que el Dicasterio para la Causa de los Santos validara el milagro.
Enrique Shaw falleció en agosto de 1962, a los 41 años, a causa de un cáncer. Su testimonio de vida, marcado por la fe, el compromiso social y una concepción humana del trabajo, sigue siendo una referencia para la Iglesia y el mundo empresarial.