El Litoral
Su playa principal -Ilietes- ha sido seleccionada entre las cinco mejores del mundo.
El Litoral
Ignacio Maciel (h)
Dos leyendas populares rodean a Formentera, la más pequeña de las islas Baleares españolas: una dice que la isla es hueca y que flota a la deriva en el Mediterráneo, la otra cuenta que la isla no existe, que es un mundo de ensueño que se encuentra en la fantasía de quien la visita.
Seguramente el lector fruncirá el seño al leer estas afirmaciones, pero quien haya tenido el placer de descubrir este paraíso cuya principal playa (Ilietes) ha sido seleccionada entre las cinco mejores del mundo, sabrá que en Formentera las cosas son extrañas y nada es como debería.
En este pequeño pedazo de tierra de 18 kilómetros de largo en el que Julio Verne ambientó una de sus novelas, es moneda corriente encontrarse con millonarios y estrella de cine, pero aquí -como en ningún lugar del planeta- no los verán en limusinas, sino conduciendo Mehari`s de los 70`s (más de una vez luchando con los oxidados arranques) pues la moda es lo Hippie Chic.
Con mis propios ojos he visto a Giorgio Armani comprar con entusiasmo en un pequeño local de artesanías, a Leonardo Di Caprio pedir un trago en la barra de un bar como el más desprejuiciado de los mortales o a Lionel Messi improvisando un partido de futbol en la arena junto a su hijo.
En Formentera no hay McDonald's, aquí los restaurantes se han hecho famosos a fuerza de paellas, así como los pequeños “chiringuitos” (bares de playa) son el punto de encuentro de turistas de todo el mundo con el sólo propósito de ver la puesta de sol sobre el mar.
En Formentera la tranquilidad desentona con el bullicio de su hermana mayor, ya que mientras en Ibiza (a 30 minutos de ferry) las discotecas gastan fortunas en contratar al DJ de moda, en Formentera todos baila al ritmo de las fiestas Flower Power.
Pero como en la isla nada es lo que debería, la estrella es el farmacéutico local que en las noches se transforma y hace bailar multitudes con éxitos de los 60 y 70 bajo el nombre artístico de DJ Pharma.
Pero el verdadero encanto de la isla está en sus playas, con unas de las aguas más limpias del mediterráneo gracias a una planta acuática llamada Posidonia, por eso fondean frente a sus costas cada verano los yates más ostentosos del mundo (desde la Familia Real Saudí hasta el multimillonario Abramovich).
Pero como la isla es una pequeña versión del edén, la gente disfruta del mar completamente desnuda dando una sensación de igualdad que no se ve en ninguna parte del mundo, haciéndonos pensar que Formentera sólo viven en nuestra imaginación.