Índice UV en niveles extremos: qué significa y cómo protegerse
Argentina llegó al nivel extremo, lo cual implica un riesgo muy alto de daños para la piel, los ojos y el sistema inmunológico, incluso en exposiciones breves al sol.
La radiación solar es capaz de producir quemaduras en periodos muy cortos.
El aumento de la radiación solar y el deterioro de la capa de ozono obligaron a mirar más allá de los datos clásicos del clima. Ya no alcanza con conocer la temperatura, la humedad o la sensación térmica: el Índice Ultravioleta (IUV) se volvió una referencia clave para medir riesgos concretos para la salud, sobre todo durante el verano.
En ese contexto, el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) y organismos sanitarios emitieron una advertencia que encendió alarmaS, con niveles muy altos a extremos en zonas del centro y norte argentino, Cuyo y el Litoral.
El Índice UV y por qué preocupa
El Índice Ultravioleta es una escala internacional que va de 0 a 11 o más. A partir de 11, el nivel se considera extremo y supone un riesgo muy elevado para la piel y los ojos, incluso con exposiciones breves. En jornadas de cielo despejado y altas temperaturas, como las que predominan en esta época del año, la radiación llega con mayor intensidad a la superficie.
Según registros recientes del SMN, gran parte del país atravesó la última semana con valores de UV entre 8 y 11+, lo que incrementa notablemente el peligro durante actividades al aire libre.
Alerta por Índice UV extremo en Argentina.
Entre los factores que explican estos niveles se encuentran la mayor altura del sol en la temporada estival, la baja nubosidad, la reflexión de superficies como el asfalto, el agua o la arena, y condiciones atmosféricas que reducen el filtrado natural de la radiación.
Riesgos reales para la salud
La radiación ultravioleta es considerada un carcinógeno conocido. La sobreexposición aumenta el riesgo de cáncer de piel, incluido el melanoma, y acelera el envejecimiento cutáneo. Además, la exposición acumulada puede generar daños oculares como cataratas, pterigión y otras lesiones que afectan la visión.
Incluso en días nublados o con temperaturas moderadas, los niveles de UV pueden resultar peligrosos. Las personas con enfermedades dermatológicas, fotosensibilidad o antecedentes de cáncer de piel presentan un riesgo mayor, al igual que quienes trabajan al aire libre y están expuestos durante varias horas.
La radiación ultravioleta es un carcinógeno conocido.
Los especialistas advierten que el impacto no se limita a la piel y los ojos: la radiación intensa también puede afectar el sistema inmunológico y favorecer cuadros de insolación, agotamiento o golpe de calor.
Cómo reducir la exposición al sol
Para minimizar los riesgos, las recomendaciones sanitarias insisten en extremar cuidados durante las horas de mayor radiación. Entre las medidas más importantes se destacan:
Evitar la exposición directa al sol entre las 10 y las 16.
Buscar sombra y usar ropa clara, de tejido tupido, con mangas largas y pantalones.
Aplicar protector solar de amplio espectro con FPS 30 o superior, idealmente 50+, y renovarlo cada dos horas o tras nadar o transpirar.
Utilizar anteojos de sol envolventes con protección total contra rayos UVA y UVB.
Proteger especialmente a niños y bebés, manteniéndolos a la sombra y con gorro; en menores de seis meses, consultar siempre al pediatra antes de usar protector.
También se aconseja hidratarse con frecuencia, limitar el uso de cabinas de bronceado y, cuando las actividades al aire libre sean inevitables, reorganizarlas fuera del horario crítico o priorizar espacios cubiertos.
Un indicador clave para el verano
El Índice UV se consolida así como una herramienta esencial para la prevención. Consultar el pronóstico diario del SMN o aplicaciones confiables que informen el nivel de radiación en tiempo real permite tomar decisiones simples que pueden evitar daños graves a corto y largo plazo.
Las organizaciones sanitarias internacionales recomiendan incorporar este indicador a la rutina diaria, del mismo modo que se consulta la temperatura, para atravesar el verano con mayor conciencia y cuidado.