Transporte Pedrito, de la sodería inmigrante al horizonte logístico de Santa Fe
La firma santafesina, cuya historia comienza en 1951, celebra el esfuerzo de sus fundadores y la adaptación de la tercera generación. En la previa de las cinco décadas de la distinción que entrega ADE, Esteban y Judith Poccia revelan cómo el sacrificio, el servicio de vocación y el recuerdo del histórico "lorito" siguen guiando una empresa que ya piensa en entregas con drones.
La empresa celebra más de 50 años de trayectoria y el reconocimiento del Premio El Brigadier.
Hay legados que se construyen con más que ladrillos y hierro; se forjan con la ilusión de inmigrantes y el poder de unos brazos incansables. La historia de Transporte Pedrito es una de ellas. En el marco del especial "Empresas con Legado", y a las puertas de la 50° edición del Premio El Brigadier, El Litoral dialogó con Esteban y Judith Poccia, representantes de la tercera generación, para desentrañar cómo esta empresa de la zona del Lazio (Italia) se convirtió en un referente logístico que hoy emplea a 150 personas y mira al futuro.
El cimiento fue el sacrificio, la evolución constante la clave, y el cliente, el "combustible del motor", expresó Esteban.
Los cimientos: sodería, sueños y el sello de Italia
La historia es un testimonio de la diáspora italiana. Todo comenzó con los abuelos Vicente y Josefa Zinicola, y luego Antonio Poccia. "La historia es como tantas de inmigrantes Italianos, en este caso de la zona del Lazio, que comenzó con los primeros pasos de los abuelos y luego Antonio Poccia... unas cinco décadas atrás", detalla Esteban.
Don Antonio, con "el bagaje de ilusiones y unos brazos poderosos", edificó su ideal. En 1951, ladrillo por ladrillo, levantó una sodería en el viejo galpón de Pasaje Ingenieros 4740. Este primer negocio permitió reunir los fondos para la llegada de la Abuela María Pimpinella, Mamá Ángela y los hijos Alejandro, Francisco Y Vicente Poccia (los fundadores de la transportadora).
El quiebre hacia el transporte ocurrió en 1962, cuando el hermano mayor incursionó en fletes entre Clorinda y Santa Fe. De aquel viaje, no solo trajo experiencia, sino también la mascota que hoy los identifica: el "tradicional Lorito" que da nombre e imagen a la empresa.
El despegue en 1972: una flota de leyenda
El año de fundación oficial de la empresa, 1972, encontró a los Poccia venciendo obstáculos con una flota modesta pero legendaria: "El primer automóvil Bedford, un Kaiser Carabela y un Ford T componían la flota de los Poccia", recordó la familia.
Vicente Poccia, junto a sus hermanos, continuó el sueño iniciado por su padre Antonio.
"La historia de transporte Pedrito arranca en el '72, por enero, febrero, con la primera impronta de mis abuelos, inmigrantes italianos, con sus tres hijos", relata Esteban Poccia. La obra creció gracias al "sacrificio, el servicio de vocación, la honradez y por lo tanto el reconocimiento de clientes y amigos", lo que les permitió adquirir las modernas instalaciones en Av. Peñaloza 6310.
Judith Poccia, la más joven de la tercera generación, resalta el pilar de la gestión: "El esfuerzo, el trabajo, el compromiso, la unión que tienen y cómo se supieron distribuir cada uno en su tarea. El compañerismo que tuvieron en el trabajo es admirable".
Nacidos en el camión y el compromiso como herencia
La nueva generación creció impregnada del espíritu viajero de sus mayores. "Yo nací arriba del camión, mi padre fue camionero", recuerda Esteban Poccia.
El mayor legado que transmitieron los fundadores, que "sin pausa siguieron el ejemplo de sus mayores", es la responsabilidad. “Tenemos que seguir respetando las bases que nos dejaron", enfatiza Esteban.
Judith, por su parte, reconoce que la empresa fue forjando su vocación, incluso dejando de lado los estudios iniciales de maestra jardinera. "Fui la última que entré a trabajar acá. A mi papá no le encantaba que yo venga, porque era una empresa donde había muchos hombres y yo era nena", cuenta, pero su compromiso la llevó a unirse de lleno al proyecto.
La familia Poccia, con Vicente al frente, recibe el Premio El Brigadier como reconocimiento a su trayectoria. Foto: Archivo
La evolución tecnológica: de la facturación manual al "dron"
El crecimiento de personal (de 20 o 30 empleados en los '90 a 150 hoy) fue de la mano con la transformación tecnológica, un cambio que Esteban lideró desde su paso por cobranzas y administración.
"El vuelco drástico fue en el avance informático en el año 2000. Al principio nos costó entender, pero empezamos a ver que el cambio fue favorable", explica Esteban. El contraste es notorio: "Antes se facturaba a mano. Hoy tenés aplicaciones para hacer las entregas: la informática te lleva a todo el avance", afirma.
Mirando hacia adelante, la visión de los Transporte Pedrito no tiene límites. Esteban Poccia es categórico: "Pienso que en el futuro inmediato de nuestro rubro vamos a tener que aggiornarnos a empezar a hacer las entregas en dron".
Esteban y Judith Poccia representan la tercera generación de Transporte Pedrito. Foto: Archivo
El Premio El Brigadier
Para la familia Poccia, la distinción del Premio El Brigadier –que celebra sus 50 años– es el broche de oro al esfuerzo de varias generaciones. "Esta distinción se obtiene por la responsabilidad, el prestigio que tiene la empresa, por su seriedad en toda la parte humana: el trato con los clientes, el estar sobre el cliente. Porque ellos son el combustible del motor de una empresa. Sin cliente, no hay empresa", subraya Esteban Poccia.
Judith Poccia destaca la importancia de este evento: "Hace muchos años que asistimos al evento y que recibimos el premio, para nosotros es muy importante. Las veces que nos juntamos toda la familia, es para la reunión de El Brigadier. Y en la entrega siempre nos vemos con clientes y con colegas, así que es un gran momento".
Transporte Pedrito es, en esencia, la concreción del sueño inmigrante: un legado basado en la honradez y el servicio de vocación, listo para enfrentar la revolución logística del futuro.
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