La nueva rotación de gobierno en Chile, la cual ya se convierte en una costumbre, se concretará recién en marzo de 2026, cuando Gabriel Boric le ceda la llave del Palacio de la Moneda a José Antonio Kast.

José Antonio Kast se impuso en el balotaje y posicionó nuevamente a la derecha en el país trasandino. Las bancas del Senado, el trato con Milei y el acercamiento a otra potencia.

La nueva rotación de gobierno en Chile, la cual ya se convierte en una costumbre, se concretará recién en marzo de 2026, cuando Gabriel Boric le ceda la llave del Palacio de la Moneda a José Antonio Kast.

El líder del Partido Republicano chileno obtuvo este domingo en el balotaje presidencial el 58,16% de los votos, lo que representan 7.254.850 personas, habiéndo escrutado el 99,97%. Su competidora, Jeannette Jara quedó en 41,84%, 5.218.444 de votos.
Kast tendrá aproximadamente tres meses para llevar adelante una transición que no presenta demasiados desafíos políticos, pero que sí ya muestra un accionar concreto en materia internacional. Sobre estos elementos, Joaquín Bernardis del Observatorio de Política Internacional (OPI) de la Universidad Católica de Santa Fe (UCSF), habló en CyD Litoral.
Lo que para el contexto argentino podría manifestarse como un elemento negativo, para el caso chileno puede resultar satisfactorio. “Hay una larga transición entre ambos gobiernos, algo tradicional en la historia política de Chile”, indicó Joaquín Bernardis.
La estabilidad se da a pesar de los cambios constantes de banderas políticas, incluso con escenarios similares: “La tercera es la vencida, es la tercera que se presentó Kast. 2021 fueron las últimas elecciones donde se presentó y quedó segundo. Similar escenario, ganó las primarias, pero en el balotaje se impuso Gabriel Boric”, comentó Bernardis.

“Es una ventaja que posee el estado chileno con una transición larga. En este caso, es un país muy estable. Apenas ganó Kast hubo un llamado con Boric. Creo que será un cambio ordenado”, agregó el licenciado en Relaciones Internacionales.
El piso de votos de Kast, tanto en 2021 como ahora en 2025, es de 24%.
“Es un escenario de relativa tranquilidad o menor cantidad de desafíos políticos. Cuando asumió Boric tenía por delante el desafío de modificar la constitución, algo importante en su agenda política y una de las banderas para llegar a la presidencia. Finalmente no pudo. Incluso se intentó con la propuesta de Kast y el pueblo chileno tampoco la aceptó”, detalló el especialista.
Respecto a la agenda de discusión, “en este caso se centró en la migración, sobre todo en la frontera norte. Una agenda similar a la Trump, con deportación masiva de inmigrantes ilegales y una fuerte seguridad pública a lo Bukele. La clásica de los últimos gobiernos de derecha”.

“En el balotaje, los principales temas son los que definen quién ganó”, expresó Bernardis y sumó: “En este caso un estado muy presente, no en términos de derechos sociales, si en seguridad pública y una justicia mucho más fuerte”.
Sin contabilizar el encuentro protocolar con Boric, la primera actividad designada en la agenda de Kast como presidente electo fue la visita a Casa Rosada con el presidente argentino Javier Milei, algo que “marca dos gobiernos con mucha sintonía política”, según Bernardis.
El trato entre ambos se sostiene desde los meses previos, con encuentros de ambos líderes en eventos de derecha con antecedentes previos a sus triunfos electorales. Un ejemplo es la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC), en Campinas, San Pablo, durante 2022, donde también estuvo Eduardo Bolsonaro, hijo de Jair.

Bernardis remarca que activo del oficialismo argentino con el triunfo de Kast puede tratarse de un aspecto más regional que bilateral: “También hay que analizar el posible efecto que podría tener en el Mercosur ya que tenés a Santiago Peña de Paraguay con mucha afinidad con Milei, que podría potenciar algún tipo de acuerdo trilateral o negociar algún acuerdo de flexibilización”.
Precisamente este fin de semana está agendada la cumbre del Mercosur. La misma se realizará el 20 de diciembre en Foz de Iguazú, Brasil, con dudas sobre la presencia de Milei.
Mirando por fuera de lo regional, Bernardis remarcó que la agenda estará “muy alineada con Estados Unidos”, con la idea de “levantar un poco el acelerador de las relaciones con China, que es algo que profundizó Boric”.