El huracán Melissa se convirtió temprano este lunes en un ciclón de categoría 5, la más alta en la escala Saffir-Simpson, con vientos sostenidos que alcanzaron los 260 km/h según informó el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos.

El sistema ciclónico denominado Huracán Melissa se intensificó hasta la categoría 5 sobre la escala de Saffir-Simpson a poco más de 200 km de la costa de Jamaica, donde las autoridades advierten que “muchas comunidades no sobrevivirán” ante lluvias, vientos extremos y desprendimientos.

El huracán Melissa se convirtió temprano este lunes en un ciclón de categoría 5, la más alta en la escala Saffir-Simpson, con vientos sostenidos que alcanzaron los 260 km/h según informó el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos.
Se ubicaba a aproximadamente 200 km al sur-suroeste de la capital de Jamaica, Kingston, y se prevé que su ojo pase muy cerca de la isla caribeña antes de dirigirse hacia el sureste de Cuba y después las Bahamas.
Las autoridades jamaicanas han ordenado evacuaciones obligatorias en varias comunidades vulnerables, entre ellas seis zonas consideradas de alto riesgo junto con la localidad costera de Port Royal.

En su mensaje público, el ministro de Gobierno Local, Desmond McKenzie, advirtió sin rodeos que “muchas de las comunidades no sobrevivirán a las inundaciones”.
El movimiento extremadamente lento del huracán agrava las condiciones, ya que incrementa “el riesgo de inundaciones, corrimientos de tierra y aislamiento prolongado de las comunidades”.
Los pronósticos señalan que áreas del este de Jamaica podrían registrar hasta 1 metro de lluvia (cerca de 40 pulgadas) y una marejada ciclónica que podría alcanzar los 4 metros de altura en la costa sur del país.
En tanto, el tráfico aéreo ya se encuentra interrumpido: el aeropuerto internacional de Kingston fue cerrado como medida preventiva.

La lentitud del avance y su fortalecimiento previo elevan el carácter potencialmente catastrófico del fenómeno, advierten meteorólogos. Según el boletín del NHC, "estas lluvias intensas simplemente se quedarán en un área durante varios días".
En la región de la isla hispana de Haití ya se han lamentado al menos tres muertos por deslizamientos e inundaciones vinculadas a la perturbación.
Ante este escenario, el gobierno jamaicano activó cerca de 881 refugios y comenzó el desplazamiento de población desde las zonas más expuestas.
Por su parte, organismos de ayuda humanitaria como la UNICEF han comenzado a movilizar recursos para afrontar la situación, advirtiendo que millones de niños podrían verse afectados por el impacto del huracán.
La combinación de vientos extremos, lluvias intensas y estancamiento del sistema genera tres amenazas principales: caída o pérdida de infraestructura básica (agua, luz, comunicaciones), inundaciones repentinas y derrumbes de terreno en zonas montañosas.

La llegada de Melissa se produce en un contexto ya sensible para Jamaica y los países del Caribe: la temporada de huracanes del Atlántico de este año había sido catalogada como “por encima de lo normal” por la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica.
A esta altura, las autoridades insisten en el llamado a la población para que cumpla con las órdenes de evacuación, almacene provisiones y permanezca informada a través de canales oficiales.
La isla caribeña se encuentra en situación de máxima alerta, con énfasis en que cada comunidad —especialmente las costeras y de ladera— debe asumir las advertencias con seriedad. El paso del huracán aún no ha ocurrido, por lo cual los daños definitivos deberán evaluarse.
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