Ciudad de México: mataron a tiros a la secretaria de la alcaldesa y su asesor
Ximena Guzmán y José Muñoz, colaboradores cercanos de la jefa de gobierno Clara Brugada (Morena), fueron ejecutados en la vía pública. El video del ataque circula en las redes sociales. Investigan si el crimen está vinculado a conflictos políticos o al crimen organizado.
Personal de investigación forense y servicios periciales trabajaron en el lugar.
Un violento ataque armado conmocionó este martes 20 de mayo a la capital mexicana. A plena luz del día y en una zona transitada de la alcaldía Benito Juárez, fueron asesinados Ximena Guzmán, secretaria particular de la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada, y su asesor José Muñoz.
El crimen ocurrió alrededor del mediodía sobre Calzada de Tlalpan, a escasos metros de la estación Xola del Metro, una de las arterias más importantes y vigiladas del sur de la capital mexicana. Imágenes captadas por cámaras de seguridad -que ya circulan en las redes sociales- muestran el momento del ataque, que fue perpetrado con una frialdad alarmante.
Así fue el ataque
Según los registros de video, Ximena Guzmán se encontraba dentro de un automóvil oscuro cuando un hombre con casco de motociclista se acercó, sacó un arma de fuego de una mochila y disparó en repetidas ocasiones a través del parabrisas. Al menos cuatro balas atravesaron el vidrio; varias impactaron en el cuerpo de la funcionaria.
El vehículo en el que se encontraba Ximena Guzmán.
José Muñoz, que estaba parado en la vereda, también recibió disparos y murió en el acto. Guzmán intentó acelerar el vehículo, avanzó unos metros, pero el agresor disparó una vez más a través de la ventana del lado del conductor. Luego, huyó corriendo en sentido contrario al tránsito.
Las imágenes revelan además la presencia de otro hombre vestido con remera blanca en las inmediaciones, cuya posible participación aún se investiga.
José Muñoz, que estaba parado en la vereda, también recibió disparos y murió en el acto.
Horas más tarde, las autoridades mexicanas localizaron dos vehículos que podrían estar vinculados al crimen: una camioneta en la colonia Barrio de la Asunción, a 2,5 km del lugar del asesinato, y una motocicleta hallada a solo 550 metros del automóvil en el que viajaban las víctimas.
Peritos forenses aplicaron técnicas de análisis de huellas dactilares en ambos vehículos. La Fiscalía de Ciudad de México no descarta ninguna hipótesis, aunque por la precisión y coordinación del ataque, se sospecha de un ajuste de cuentas o de una posible motivación política.
¿Quiénes eran las víctimas?
Ximena Guzmán se desempeñaba como secretaria particular de Clara Brugada, quien asumió recientemente como jefa de Gobierno de la CDMX tras la licencia de Martí Batres para participar en el proceso electoral. Brugada, figura destacada de Morena —el partido oficialista—, había incluido a Guzmán en su círculo más cercano desde su paso como alcaldesa en Iztapalapa.
Ximena Guzmán y José Muñoz.
José Muñoz, asesor político, también formaba parte del equipo más íntimo de Brugada y era conocido por su rol en la estrategia territorial del oficialismo en la capital.
Repercusiones políticas
El doble homicidio generó una inmediata respuesta desde los distintos niveles de gobierno. La Secretaría de Seguridad Ciudadana desplegó un operativo en la zona sur de la ciudad y el Gobierno capitalino prometió una investigación exhaustiva.
“Estos hechos no quedarán impunes. Vamos a llegar hasta las últimas consecuencias”, expresó Brugada en una breve declaración.
El caso de Guzmán y Muñoz se suma a una lista de crímenes de alto perfil en el país.
El ataque ocurre en medio de un clima de tensión política y de creciente violencia en México, en especial a semanas de las elecciones federales del 2 de junio. Según datos de la consultora Integralia, al menos 30 aspirantes a cargos públicos han sido asesinados desde que comenzó el proceso electoral.
México y su lucha contra el crimen político
El caso de Guzmán y Muñoz se suma a una lista de crímenes de alto perfil en el país, donde funcionarios, periodistas y activistas han sido blanco de ataques en los últimos años.
La combinación de crimen organizado, corrupción y luchas internas por el poder ha convertido a México en uno de los países más peligrosos del mundo para ejercer cargos público.
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