Una cámara Leica M-A que perteneció al papa Francisco fue subastada en Viena por 6,5 millones de euros, y la totalidad de lo recaudado se destinará a obras de caridad, tal como él lo había previsto.

Una cámara personal del papa Francisco, con grabados simbólicos y diseño exclusivo, fue rematada por una cifra millonaria en Viena. Según su deseo, todo lo recaudado se destinará a instituciones benéficas.

Una cámara Leica M-A que perteneció al papa Francisco fue subastada en Viena por 6,5 millones de euros, y la totalidad de lo recaudado se destinará a obras de caridad, tal como él lo había previsto.
El dispositivo, un modelo mecánico de 35 mm, fue un regalo que la marca Leica le entregó al pontífice en 2024. Su estética es particularmente llamativa: el cuerpo está revestido en blanco —un guiño a la vestimenta papal— y lleva grabados cuidadosamente realizados, entre ellos las llaves de San Pedro y el escudo de armas del Vaticano.
Sobre la parte posterior aparece el lema personal de Francisco, “Miserando atque eligendo” (“Con misericordia lo miró y lo eligió”). Además, tanto la cámara como su lente Noctilux-M 50 mm f/1.2 comparten un número de serie muy especial: el 5.000.000, lo que refuerza su carácter simbólico y de colección.

La subasta se realizó en la 47ª Leitz Photographica Auction, que tuvo lugar en el lujoso Hotel Imperial de Viena. La oferta inicial para la cámara estaba fijada en unos 30.000 euros, pero las pujas superaron con creces esa base: antes incluso de la subasta presencial, las ofertas en línea ya habían escalado sustancialmente.
El remate se llevó a cabo en un ambiente tenso y competitivo: según la casa de subastas, la puja duró casi diez minutos y se disputó entre al menos dos postulantes por teléfono.
Al finalizar, se anunció que los 6,5 millones de euros obtenidos serán destinados íntegramente a la organización benéfica personal del Papa Francisco, siguiendo la voluntad expresa del pontífice fallecido.
Desde la casa Leitz Photographica Auction informaron que renunciaron a cobrar comisión, de modo que la totalidad de la venta irá a caridad.
El director de la subasta, Alexander Sedlak, manifestó que se trató de “una de las pujas más apasionantes” en la historia de la casa, y remarcó que la venta demuestra que las cámaras Leica no solo son piezas funcionales, sino también objetos con valor histórico e incluso espiritual.

La elección del papa Francisco de subastar su cámara Leica y destinar los fondos a ayuda social no sorprende para quienes conocían su compromiso con los más vulnerables. Durante su pontificado, siempre enfatizó la importancia de la caridad, el acompañamiento a los más pobres y la sencillez en el uso de bienes materiales.
Al recibir este modelo tan especial de Leica —una marca prestigiosa y reconocida por su excelencia fotográfica— Francisco no optó por conservarlo para su disfrute personal. En cambio, decidió transformarlo en un instrumento de solidaridad: al ponerla en subasta, convirtió un objeto exclusivo en una fuente de apoyo para los necesitados.
Este gesto final, tras su fallecimiento en abril de 2025, refuerza su legado: no bastaba con predicar el amor al prójimo, también lo materializó en sus decisiones. La subasta de esta cámara emblemática demuestra que, para él, el valor de un objeto no radicaba tanto en su precio como en el bien que podía generar.