Una bola de fuego iluminó de forma inesperada el cielo del oeste de Japón la noche del 19 de agosto, sorprendiendo a miles de personas que fueron testigos de un fenómeno tan deslumbrante que, por momentos, convirtió la oscuridad en pleno día.

La intensa luz, visible incluso desde Osaka, fue causada por un bólido que se desintegró en la atmósfera sin dejar rastros. Expertos explicaron las características del meteoro y por qué eventos como este son tan inusuales.

Una bola de fuego iluminó de forma inesperada el cielo del oeste de Japón la noche del 19 de agosto, sorprendiendo a miles de personas que fueron testigos de un fenómeno tan deslumbrante que, por momentos, convirtió la oscuridad en pleno día.
Especialistas confirmaron que se trató de un bólido, un meteoro extremadamente brillante que se desintegró al entrar en la atmósfera terrestre sin dejar rastros físicos, pero sí imágenes espectaculares y relatos impactantes.
El fenómeno ocurrió exactamente a las 23:08 horas, en una noche que parecía transcurrir con normalidad hasta que el cielo se iluminó de manera repentina. La luz fue tan intensa que pudo verse desde múltiples prefecturas, incluyendo Kagoshima, Miyazaki y hasta Osaka, a más de 200 kilómetros del supuesto punto de ingreso del objeto.
Varios videos capturados desde automóviles, cámaras de seguridad y dispositivos móviles mostraron una intensa luz blanca cruzando el firmamento y dejando una estela detrás. La escena no tardó en viralizarse en redes sociales, donde los usuarios expresaron asombro y desconcierto.

Uno de los testimonios más citados fue el de Yoshihiko Hamahata, conductor en la ciudad de Miyazaki, quien contó que vio “una luz blanca que nunca había visto antes descender desde lo alto, tan brillante que pude ver claramente las casas a mi alrededor. Por unos segundos, parecía de día”.
Otro testigo describió el evento como “un relámpago que duró más tiempo, sin truenos, solo con silencio y luz”.
Kazuyoshi Imamura, curador de un museo astronómico local, explicó que este tipo de fenómenos, aunque no son comunes, pueden observarse eventualmente si las condiciones son adecuadas. Según el experto, un bólido como este suele verse apenas una o dos veces al año, y no siempre con tal claridad.

Los astrónomos explicaron que el objeto fue un bólido, término que se usa para referirse a un meteoro especialmente brillante, que al ingresar en la atmósfera se calienta rápidamente, generando una luz intensa antes de desintegrarse. Aunque no llegó a impactar contra la superficie terrestre, su aparición generó una descarga energética importante, visible incluso desde grandes distancias.
Según el Centro de Estudios de Objetos Cercanos a la Tierra (CNEOS) de la NASA, este tipo de cuerpos espaciales suele tener un tamaño superior al de un meteoro común y, al entrar en contacto con la atmósfera a gran velocidad, provocan una explosión lumínica que puede durar varios segundos.
En este caso, la trayectoria del bólido terminó sobre el océano Pacífico, lo que explicaría la ausencia de fragmentos o cráteres.
Este evento extraordinario no causó daños, pero sí dejó una marca imborrable en quienes lo presenciaron. El cielo nocturno japonés regaló una escena digna de película de ciencia ficción, recordándonos que el universo sigue lleno de sorpresas y que, en cualquier momento, una simple noche puede transformarse en un espectáculo luminoso de escala astronómica.
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